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Epigrama

  • Fecha de publicación: Viernes, 01 Septiembre 2017, 08:25 horas

Un hombre dijo orgullosamente: “He ido a la iglesia sólo dos veces en mi vida.  En la primera ocasión me rociaron la cabeza con agua y en la segunda me rociaron con arroz”.

Alguien que lo escuchaba dijo: “Y la tercera vez le rociarán con tierra”.

La iglesia no es un club de santos, es un hospital para pecadores.

La mayoría de las personas piensan de la iglesia como si fuera un drama: El ministro es el principal actor, Dios el apuntador y los laicos la crítica.  Pero el caso real es que la congregación es el principal actor, el ministro el apuntador y Dios el crítico.
James Kennedy

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