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¿Las piedras hablan hoy?

Cuando el Señor entraba triunfalmente en la ciudad de Jerusalén, sus discípulos le aclamaban: “¡Bendito el rey que viene en el nombre del Señor; paz en el cielo, y gloria en las alturas! Entonces algunos de los fariseos de entre la multitud le dijeron: Maestro, reprende a tus discípulos. El, respondiendo, les dijo: Os digo que si éstos callaran, las piedras clamarían” (Lc. 19:38-40).

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¿Cuál es el pecado más grande?

Si tuviéramos que buscar al peor y el más antiguo de todos los pecados. El “más grande” pecado de todos los demás, usted no va a creer si no conoce la Biblia, la palabra de Dios, entonces diría: «Bueno, es el homicidio, es la blasfemia contra Dios, son tal vez los asaltos o el adulterio y vaya a saber cuántas cosas más». No, nada de eso es el mayor de todos los pecados, tiene un nombre que a la mayoría les parece que ni siquiera debe ser para clasificar entre los pecados mortales, se llama “DESOBEDIENCIA”.

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David y Goliat como semblanzas proféticas (VIII)

Dice en Apocalipsis 17:12-14: “Y los diez cuernos que has visto, son diez reyes, que aún no han recibido reino; pero por una hora recibirán autoridad como reyes juntamente con la bestia. Estos tienen un mismo propósito, y entregarán su poder y su autoridad a la bestia. Pelearán contra el Cordero, y el Cordero los vencerá, porque él es Señor de señores y Rey de reyes; y los que están con él son llamados elegidos y fieles”.

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David y Goliat como semblanzas proféticas (VII)

La Unión Europea

Esto es lo que le espera a nuestro mundo: Un nuevo orden mundial y un hombre fuerte al frente.  Estamos viendo cómo la pugna por una unión mundial está tornándose mucho más fuerte en nuestro día.  La Unión Europea está cada vez más grande y más poderosa.  Está convirtiéndose en una fuerza arrolladora que amenaza con aplastar todo a su paso.  ¡La restauración del Imperio Romano está teniendo lugar en nuestra generación!  ¡Las personas hablan hoy de un gran despertar en la Unión Europea!

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David y Goliat como semblanzas proféticas (VI)

La Iglesia vence al enemigo y al espíritu anticristiano, apoya a Israel porque es una parte del poder del Buen Pastor, y está oculta en su saco pastoril.  La Iglesia es el elemento que impide la revelación del inicuo, porque en ella mora el Espíritu Santo.  Como dijera el apóstol: “Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo” (1 Jn. 4:4).  “Y ahora vosotros sabéis lo que lo detiene, a fin de que a su debido tiempo se manifieste.  Porque ya está en acción el misterio de la iniquidad; sólo que hay quien al presente lo detiene, hasta que él a su vez sea quitado de en medio” (2 Ts. 2:6, 7).

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David y Goliat como semblanzas proféticas (V)

El escudero

Dice la Palabra de Dios en 1 Samuel 17:7, 41: “... Y iba su escudero delante de él... Y el filisteo venía andando y acercándose a David, y su escudero delante de él”.  Goliat y su escudero trabajaban mano a mano.  Según la palabra profética, sabemos que la iglesia apóstata, de donde saldrá el falso profeta, trabajará mano a mano con el Anticristo.  Esta otra bestia mencionada en Apocalipsis 13:11, la cual viera Juan en visión, precederá a la primera, al Anticristo, como una especie de escudero, y preparará el camino para él: “Después vi otra bestia que subía de la tierra; y tenía dos cuernos semejantes a los de un cordero, pero hablaba como dragón” (Ap. 13:11).

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David y Goliat como semblanzas proféticas (IV)

Continuamos con las semblanzas entre David y el Señor Jesucristo:

10. NO RECONOCIDO AL PRINCIPIO: David al principio no fue reconocido por su familia como su rey y fue despreciado por sus hermanos a pesar de haber estado presente al momento de su unción: “Y Samuel tomó el cuerno del aceite, y lo ungió en medio de sus hermanos...”  (1 S. 16:13).  Jesús, asimismo, no fue reconocido como el Mesías de Israel: “A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron” (Jn. 1:11).

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David y Goliat como semblanzas proféticas (III)

Goliat como semblanza del Anticristo

Cuando los filisteos congregaron sus ejércitos para la guerra en contra de Israel y el ejército israelita bajo las órdenes del rey Saúl, los tres hermanos mayores de David se encontraban entre los soldados, pero David no.  En ese momento se encontraba cuidando el rebaño de su padre.  Esto significa proféticamente que cuando los ejércitos de las naciones se congreguen en contra de Israel, el David celestial, nuestro Señor Jesucristo, todavía no estará en Israel.  Él como entonces, estará cuidando las ovejas de su Padre, a la Iglesia redimida de entre las naciones, como el Buen Pastor.  Todos los que creemos en Él somos sus ovejas.  Procedamos a continuación a examinar la aparición en escena de Goliat y los paralelos proféticos que encontramos en la Palabra de Dios.

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David y Goliat como semblanzas proféticas (II)

Por David podemos ver el contraste entre el sacerdocio Levítico y el sacerdocio Mesiánico cuando leemos en la Epístola a los Hebreos: “Mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable; por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos. Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos; que no tiene necesidad cada día, como aquellos sumos sacerdotes, de ofrecer primero sacrificios por sus propios pecados, y luego por los del pueblo; porque esto lo hizo una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo” (He. 7:24-27).

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David y Goliat como semblanzas proféticas

Saúl, el primer rey de Israel aceptó el trono con renuencia.  Se excusó con el profeta Samuel argumentando que era un miembro de la familia más pequeña y de la tribu menos importante, la de Benjamín: “Saúl respondió y dijo: ¿No soy yo hijo de Benjamín, de la más pequeña de las tribus de Israel?  Y mi familia ¿no es la más pequeña de todas las familias de la tribu de Benjamín?  ¿Por qué, pues, me has dicho cosa semejante?” (1 S. 9:21).

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