Menu

Escuche Radio América

Preparación para la tribuna de testigos

  • Fecha de publicación: Miércoles, 29 Febrero 2012, 23:17 horas

Hace varios años cuando logré compilar el bosquejo de un libro me sentí emocionado de inmediato. Esta obra estaba designada a ayudar a los cristianos para que pudieran proclamarle las buenas nuevas a amigos, familiares y conocidos, que sabían que iban en el sendero de una eternidad perdida. Sin embargo,

cuando me puse en contacto con varios publicadores y les expuse mi idea, me dijeron que no estaban interesados en un libro sobre testimonio.

El título que finalmente había escogido para mi nuevo libro era Testificando a esta generación. A pesar de que estaba muy entusiasmado por este proyecto, después de enviarle el bosquejo del libro a tres publicadoras cristianas diferentes, mi entusiasmo disminuyó rápidamente.

¿Alguna vez le han pedido que testifique en una audiencia o una corte? Si lo ha hecho, sabrá que un testigo es una persona que ha sido llamada para que diga a ciencia cierta por qué cree que algo ocurrió o no sucedió. Ser un testigo para Jesucristo requiere que les digamos a las personas quién es Jesús y lo que ha hecho. ¿Es usted capaz de ser un testigo efectivo? El ser llamado a testificar en una sala de justicia puede ser una experiencia difícil. Para poder ser un buen testigo para Cristo, es necesario tener una comprensión clara de lo que cree y por qué lo cree. Cuando la última decisión del juez o del jurado está en la línea, la información presentada por todos los testigos tiene que ser sopesada y evaluada. Cada palabra que se ha dicho es tomada en consideración.

En la misma forma, si vamos a ser testigos para el Señor Jesucristo, necesitamos prepararnos apropiadamente para presentar un caso efectivo. ¿Cómo sabe que Jesucristo proveyó el único camino de salvación? ¿Hay otras religiones que tienen las llaves para la vida eterna? ¿Cómo sabe que Jesús es el único camino? ¿Está seguro de lo que cree, o se está dejando llevar sólo por emociones o sentimientos?

Tal vez una de las razones para que esté leyendo este artículo es porque se está preparando para comparecer ante la tribuna de testigos. ¿Qué con respecto a ese amigo suyo que no conoce al Señor? ¿Ha pensado alguna vez compartir su fe con esa persona, pero luego se ha retractado porque sentía que no tenía todas las respuestas?

Decirles a las personas sobre su necesidad de reconocer a Jesucristo como su Señor y Salvador personal no siempre es fácil. Casi todos los que han intentado testificar para el Señor Jesucristo han encontrado oposición de una clase u otra. Algunos responden diciendo que el cristianismo es una fe para individuos con una mente débil. Otros proclaman que el camino en el que Jesús nos instruyó que caminásemos es demasiado angosto. Hay quienes pueden sugerir que las personas que siguen las palabras de Jesús literalmente son anticuadas y están fuera de lugar en la sociedad contemporánea. Dudas, excusas, rechazo abierto y aveces hasta oposición hostil es lo que manifiestan comúnmente esos que rehúsan aceptar el evangelio.

Tal es la naturaleza de la batalla. Sin embargo, hay un punto muy importante para recordar, no depende de nosotros el hacer que las personas crean. Nuestra labor es simplemente sembrar las semillas de la verdad. La cosecha es responsabilidad de Dios.

Quiero retarlo para que tome un papel activo y se convierta en testigo para Jesucristo. Hay muchas personas a su alrededor que usted sabe que están viviendo sus vidas diarias sin comprender que el día que mueran pasarán la eternidad en el infierno. Pídale a Dios que lo use para plantar algunas semillas de verdad que haga que ellos consideren hacia dónde se encaminan. Pídaselo ahora mismo, sé que el Señor lo hará.

Por qué testificar

Los libros y los seminarios que ofrecen éxito instantáneo y cómo ser cristianos efectivos testificando, abundan. Sin embargo, cuando se trata de ser un testigo para Cristo, la Biblia nos ofrece valiosos principios y pautas, pero la clave para un evangelismo exitoso no está en manos de los seres humanos. Un testigo es alguien que es socio con Dios. Pero... ¿Qué significa ser un socio?

Hay dos factores importantes a considerar cuando se trata de evangelismo: uno involucra el esfuerzo humano, el otro depende totalmente de la soberanía de Dios. Tal como dijo Jesús: "Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en el día postrero" (Jn. 6:44). El aspecto de cómo testificamos se refiere sólo al factor humano en el testimonio cristiano. El resto depende del plan soberano de Dios que lo lleva a cabo de acuerdo a su voluntad.

Cuando se discute el tema de cómo ser un testigo efectivo es importante notar que la Biblia enseña que sólo hay dos categorías de personas, esos que están pereciendo y los otros que no. El apóstol Pablo, cuando le escribió al pueblo de Corinto no pudo ser más claro: "Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios" (1 Co. 1:18).

No es una reflexión placentera pensar en amigos, familiares y seres queridos, quienes pertenecen a la categoría de los que están pereciendo. La decisión que ellos tomen respecto a la obra consumada de Jesús sobre la cruz, determinará en dónde pasarán la eternidad.

Cuando le escribió a los creyentes en Tesalónica, Pablo proyectó una descripción vívida de lo que les ocurrirá a esos que rechazan voluntariamente el plan de salvación de Dios para el hombre. Dijo: "...cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder, en llama de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo" (2 Ts. 1:7, 8).

Hay personas a nuestro alrededor que están pereciendo. Aunque tal vez ellos piensan que sus vidas están en orden y que van camino al cielo, están viviendo una mentira. Un testigo es alguien que está dispuesto a esforzarse para ser un mensajero de las buenas nuevas, para que las personas puedan oír de la gracia salvadora de Dios.

¿Conoce a alguien que nunca le ha pedido al Señor Jesucristo que le perdone sus pecados? Si es así, entonces esa persona está pereciendo. ¿Se ha tomado el tiempo para considerar las consecuencias que ellos final e inevitablemente tendrán que enfrentar? Tome un momento y pregúntele a Dios qué puede hacer para compartir las buenas nuevas de nuestro Señor Jesús con ellos, o con otros como ellos. ¡Cuán maravilloso es poder servir como vehículo y compartir el mensaje de salvación que guiará a almas perdidas hacia la vida eterna!

volver arriba