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Dos caminos hacia la eternidad

  • Fecha de publicación: Miércoles, 29 Febrero 2012, 23:25 horas

De tiempo en tiempo, pueden ocurrir eventos en nuestras vidas que nos hacen reflexionar profundamente acerca de la dirección en que nos encaminamos en el camino de la vida. A partir de ese momento, he estado más consciente de las personas a mi alrededor quienes se encaminan hacia una eternidad perdida.

 Fue uno de esos momentos inolvidables. Ocurrió mientras trataba de abordar un metro en el centro de Moscú durante la hora de mayor afluencia de tránsito y transeúntes. Cuando bajaba por la escalera, tratando de abrirme paso hasta el área de abordaje, había miles de personas a ambos lados de mí, estaban empujando y avanzando en direcciones opuestas. Por un instante me sentí acometido por el pánico. ¿Terminaría por ser pisoteado? Si me tropezaba y caía, ¿qué ocurriría? Por un momento me sentí muy asustado. La persona tras la que iba había desaparecido de mi vista. Un momento después pude ver la espalda del amigo que seguía. Continué avanzando en esa dirección mientras trataba desesperadamente de alcanzarlo.

De súbito mis pensamientos fueron transformados más allá de la situación presente. Los rostros de las personas que pasaban a lado y lado mío, parecían blancos y sin expresión. ¿Hacia dónde iban todas esas personas? ¿Qué encontrarían al llegar?

Mi mente era bombardeada con una miríada de pensamientos, como copos de nieve chocando contra una ventana en una tormenta. La compasión y un sentido de urgencia inundaba mi mente conforme pensaba en los millones de personas que no conocen a Jesús. Allí estaban en el camino de la vida, encaminándose precipitadamente hacia el infierno y no tenían idea de lo que yacía adelante.

Jesús proclamó que hay dos caminos que contrastan ampliamente y que conducen hacia el destino eterno de la humanidad. Él dijo: "Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan" (Mt. 7:13, 14).

Sí, el camino hacia el infierno es amplio y un número incontable de personas avanzan por él. Cuántos de los que nos encontramos en el camino angosto, avanzando en la dirección opuesta hemos hecho alguna vez el intento de gritarles palabras de advertencia.

Piense en alguien que sabe que se encuentra en el camino de la vida y se encamina hacia la dirección equivocada. ¿Está usted dispuesto a alcanzarlos y compartir la verdad con ellos? ¿Por qué no le pide a Dios que lo use como un medio para llamar la atención de ellos en alguna forma? Él está buscando a esos que estén dispuestos a ser sus testigos.

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