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Evangelismo de la creación

  • Fecha de publicación: Jueves, 01 Marzo 2012, 00:18 horas

Los seminarios y conferencias que se celebran por todo el mundo, intentan proveer el último plan estratégico para evangelismo. Las juntas directivas en las iglesias, las escuelas bíblicas y los seminarios discuten el asunto en reuniones que se prolongan por días.

Se han escrito libros sobre evangelismo, se han distribuido cassettes y se han impreso folletos. Pero... ¿Es que alguien tiene la respuesta para aumentar el crecimiento de la Iglesia cristiana?

Cuando se llega al tema del crecimiento de la iglesia hay toda clase de personas con todo tipo de programas. Sin embargo, desde la perspectiva bíblica, es obvio que no hay reglas o fórmulas. Sólo Dios tiene la respuesta y la solución. No importa cuántos predicadores, maestros o profesores de seminarios traten de concretar planes y escenarios para proclamar el mensaje de esperanza eterna, la Biblia siempre nos lleva de regreso al punto en cuestión. Hay una palabra de advertencia en la Escritura para todos los que buscan un plan de evangelismo concebido simplemente con el entendimiento humano: «Si Dios no está en él, no funcionará».

Tal declaración no debe desanimarnos para continuar examinando la Palabra de Dios en busca de revelación y comprensión cuando se llega al tema de testificar. Revela unos valiosos precedentes. La Biblia comienza con las palabras “En el principio creó Dios los cielos y la tierra” (Gn. 1:1). Sin Dios no hay principio. Me parece que cuando compartimos el evangelio y le testificamos a nuestra generación, es imperativo que presentemos el evangelio comenzando donde empieza la Biblia: “En el principio”.

Casi todos los cristianos, en una ocasión u otra han encontrado a un promotor del evangelio “sólo Jesús”. El evangelio “sólo Jesús” supone que todos los creyentes ya tienen una comprensión y creencia en el Dios de la Biblia. Sin embargo, en el mundo de hoy, donde millones de personas están siguiendo, ya sea el sendero tan trillado del paganismo hacia el infierno o el arrogante intelectualismo que desestima la espiritualidad, tal suposición puede estar mal dirigida.

A fin de presentar clara e inteligentemente el hecho de que necesitamos ser salvos de nuestros pecados, es usualmente una buena idea explicarle al incrédulo en primer lugar, cómo la humanidad se las arregló para llegar a una situación tan deplorable. Sin presentar el recuento bíblico de que el hombre fue creado en una condición perfecta y sin pecado, no se puede comprender su caída y sentencia subsecuente de muerte. Cuando se reconoce la santidad de nuestro creador eterno Dios, en contraste con la maldad mortal de hombres y mujeres degenerados, su gracia y poder redentor a menudo llega a ser una buena alternativa.

¿Por qué no tratar con el evangelismo de la creación? El tópico de la creación o la evolución puede a menudo abrir la puerta para una oportunidad de compartir su fe. Tenga en mente, claro está, que a fin de declarar por qué cree que el Dios de la Biblia es el Creador, usted necesita tener hechos para demostrar las razones que sustentan su creencia. No olvide orar y pedir por la dirección de Dios.

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