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Deje que la Biblia hable sobre las lenguas - Respuesta a este polémico tema - Conclusión

Índice del artículo

Conclusión

La evidencia conduce a una conclusión. Hablar lenguas era un don temporáneo del Espíritu Santo para la iglesia primitiva pero no es para hoy. Las indicaciones bíblicas son claras. La historia apoya la Palabra de Dios.

El estudio de la historia de hablar en lenguas revela que tanto creyentes como incrédulos han hablado y hablan algo que ellos llaman lenguas. Pero no sería apropiado encontrar base para el movimiento moderno de lenguas en el testimonio de la historia eclesiástica.

El donneotestamentario de hablar en lenguas tuvo su principio en el día de Pentecostés y capacitó a algunos a hablar en idiomas genuinos. Las lenguas no son la evidencia del bautismo del Espíritu Santo hoy día. El bautismo del Espíritu es una obra soberana que tiene que ver con la posición del creyente al momento de ser salvo. La confirmación que debe ser evidente es moral más que milagrosa. En el día del Pentecostés las lenguas dieron evidencia de la venida del Espíritu al mundo para residir, y autenticaron a los apóstoles y su mensaje.

EnCesarea y enEfeso el hablar en lenguas les aclaró a los creyentes judíos que los creyentes gentiles también pertenecía al cuerpo de Cristo, la iglesia verdadera. Una vez demostrada esta transición de la dispensación de la ley a la dispensación de la gracia, ya no había más necesidad de tales evidencias para los creyentes judíos.

A pesar de su gloriosa posición espiritual en Cristo, la iglesia de Corinto no era una iglesia espiritual. Más bien, se caracterizaba por divisiones, egoísmo, crítica, tolerancia de pecado, y falta de madurez. Manifestaba los dones del Espíritu pero no la madurez espiritual.

La madurez espiritual no está determinada no por la posesión ni por la experiencia de los dones espirituales, sino más bien por el crecimiento que el creyente. La iglesia de Corinto no logró demostrar crecimiento a pesar de su énfasis aparente en el hablar en lenguas.

Los dones son conferidos soberanamente por Dios como El desea, no como los queremos nosotros, y en una diversidad asombrosa en unidad.

Contemplar los muchos miembros del cuerpo físico ilustra la verdad de los muchos miembros del cuerpo espiritual, los cuales deben funcionar sin celos y con equilibrio, reconociendo a Cristo como la cabeza. El cuidado y respeto mutuos impiden las divisiones en el cuerpo.

Pablo trataba de mostrar a la iglesia de Corinto que habían estado buscando un don menor –las lenguas– en lugar del que era de más beneficios y mayor –la profecía– (comunicar una verdad revelada). Les instaba para que anhelaran el mayor don para edificación de la iglesia y no el don menor para edificación personal. Además, las lenguas ocupaban el último lugar en el orden de la importancia de los dones.

¡El Señor apropiadamente incluyó 1 Corintios 13 en el corazón del pasaje principal del Nuevo Testamento sobre las lenguas! El verdadero espíritu de la experiencia de este don debe ser el amor, manifestando el hecho que la vida verdaderamente espiritual debe ser una vida controlada por el Espíritu de Dios, la cual se evidencia por el fruto del Espíritu, no por los dones del Espíritu. El hablar en lenguas carece de valor si no hay amor.

Además de la promesa conocida, “y cesarán las lenguas” (1Co.13:8), se presentaron cinco líneas de evidencias para sostener el hecho del aspecto temporáneo del don de lenguas, el hablar en lenguas no es una instrucción bíblica para hoy día.

Primera Corintios 14 hace hincapié en la superioridad del don de profecía sobre el don de lenguas, instando a los corintios para que reclamen el don que es mayor y más provechoso más que el don que era menor y más ostentoso. Uno de los principios presentados es la comunicación con entendimiento (profecía) es provechosa. Pablo trataba con el abuso de un don en decadencia más que con el uso de un don prominente.

El propósito básico de las lenguas fue el de ser la señal judicial contra la incredulidad de los judíos como nación. Mucho depende de este factor: el las lenguas eran una señal no para el creyente, sino para el judío incrédulo. Cuando fue completado el juicio de Dios sobre la incredulidad judía, terminó la necesidad de este propósito clave. El juicio que consistió en la dispersión final tuvo lugar en 70 d.C., cuando Jerusalén fue destruida por los ejércitos romanos.

Los reglamentos para hablar en lenguas en la iglesia primitiva incluían la necesidad de interpretación, edificación, control, y su ejercicio sólo para los varones.

Finalmente, la causa básica de hablar en lenguas en la actualidad ha sido una deficiencia en el conocimiento de la Palabra de Dios y su apropiación en la vida diaria.

Los fenómenos de la actualidad tienen su explicación como fenómenos satánicos, psicológicos (éxtasis,autohipnosis, o interferencia en el control consciente del cerebro), o prácticas aprendidas. Las manifestaciones aparentes de idiomas extranjeros frecuentemente son incoherentes con lenguas fluidas.

Cuando se aplican pruebas bíblicas a lo que posiblemente son instancias de hablar lenguas, parece muy difícil satisfacer estos criterios hoy día.

Además, resultan algunas consecuencias dañosas del movimiento de lenguas, de las cuales la mayor tragedia es la de perder la vida verdaderamente llena del Espíritu. Cuando tenemos a Cristo, ya tenemos todo, pero ¡a nosotros nos toca reclamar nuestra herencia en El!

Una exhortación final: ¡debemos prestar atención a las Escrituras y amarnos unos a los otros! Sea que hablemos en lenguas o no, debemos amar a un mundo perdido y moribundo, a los pecadores por quienes Cristo murió. Cada uno de nosotros tiene una lengua, ¡un regalo que vino de El! ¡De un corazón enamorado de Jesucristo alabémosle cada uno con esta lengua!