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Nuestro Refugio Seguro

No hay peor cosa en este mundo, que ver cómo los seres perversos que hacen el mal, roban, no respetan a Dios ni a sus semejantes y hasta son asesinos, son aparentemente recompensados con belleza física, salud y riquezas.  Esto hace que algunas personas al reflexionar en esto, hasta se enojen y pregunten: “Señor, ¿cómo es posible que permitas que a los perversos siempre les vaya bien?”.

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Thomas Hitton

“Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios” (Hebreos 12:1–2)

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Johnny M. Hunt

“Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y en la casa de Jehová moraré por largos días” (Salmos 23:6).

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La roca de nuestra salvación

“Viva Jehová, y bendita sea mi roca, y enaltecido sea el Dios de mi salvación” (Salmo 18:46).

Néguev es un desierto de Asia, situado al sur de Israel, en el distrito meridional.  Su nombre proviene de una raíz hebrea que significa “seco”, pero tomó asimismo el significado de “sur”, por su ubicación.  Ocupa un área de unos 13.000 kilómetros cuadrados, y tiene forma de triángulo invertido cuyo vértice meridional está situado en Eilat, sobre la costa del mar Rojo.  Al oeste limita con la península del Sinaí en Egipto, y al este con la zona meridional de Jordania, sirviendo de frontera el wadi Aravá.  La ciudad principal es Beerseba, situada en el borde septentrional del desierto, con Eilat al sur en la costa del mar Rojo, Dimona, Mitzpé Ramón y Rahat.

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Las lenguas

"Y conoceréis que en medio de Israel estoy yo, y que yo soy Jehová vuestro Dios, y no hay otro; y mi pueblo nunca jamás será avergonzado.  Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones. Y también sobre los siervos y sobre las siervas derramaré mi Espíritu en aquellos días” (Jl. 2:27-29).

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