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Cristianismo e Islamismo

  • Fecha de publicación: Jueves, 23 Agosto 2012, 04:35 horas

Si alguien no está familiarizado con las creencias básicas del islam, es muy poco lo que puede entender con respecto a la forma de pensar de los árabes o de los iraníes. Por lo tanto es un prerrequisito tener aunque sea un conocimiento somero de sus doctrinas básicas para poder comprender lo que ocurre actualmente en el Medio Oriente.

Esta misma declaración también podríamos hacerla con respecto a las creencias en nuestra fe y a la mente cristiana. Es virtualmente imposible que alguien pueda entender la Reforma Protestante y las «pugnas» actuales entre el cristianismo si no tiene conocimiento de la Biblia.

La fe conocida como islam significa «sumisión». Se entiende que esta es una «sumisión a la voluntad de Alá». Alá es la palabra árabe para Dios. La creencia generalizada es que Alá, en árabe Allah, tiene mucho en común con el Dios del judaísmo y del cristianismo y que es uno solo, perfecto, no creado, eterno, omnipotente y como el creador, la fuente del cosmos. Los musulmanes subrayan de forma habitual, la unidad y unicidad de Dios sobre todas las cosas, sin embargo, en un folleto de Publicaciones Chick, titulado Alá No tuvo Hijo, encontramos varios hechos importantes, leemos por ejemplo: «La historia dice que antes que comenzara el islamismo, los sabeos de Arabia adoraban al dios luna, quien se casó con el dios sol y dio a luz a tres diosas. Las llamaron Allaat, Al-Uzza y Manat. Ellas después llegaron a ser ídolos, y en esa parte del mundo eran adoradas como las 'Hijas de Alá'. El dios Luna era Alá, pero era sólo uno de los 360 ídolos de la Kaaba, en la Meca y Mahoma sabía todo esto. En el islamismo usan la luna creciente en todas partes, incluso el Ramadán comienza y termina con la luna creciente».

Y sigue diciendo: «Mahoma deseaba crear su propia religión. Necesitaba el apoyo de su tribu poderosa, así que escogió a Alá, el dios Luna que ellos adoraban para que fuera el único dios. ¡Y se declaró a sí mismo profeta de Alá! En la década de 1950, excavaron un templo importante al dios Luna en Hazor, Palestina. Allí encontraron dos ídolos del dios Luna, lo cual prueba que Alá fue una deidad pagana pre-islámica. Uno de los ídolos, representa a Alá sentado en un trono, con una luna creciente en su pecho».

La palabra Biblia significa «Libro». Nada más y nada menos. Es interesante notar que cuando entre los cristianos se usa el término Libro, con mayúscula, se sobrentiende que aplica a las Sagradas Escrituras, al Antiguo y Nuevo Testamento. Es un hecho reconocido que todos los cristianos usan la Biblia como una fuente de inspiración y autoridad sobre los asuntos que conciernen a la fe. Así como los cristianos usamos la Biblia, los musulmanes devotos usan también un libro, al que consideran santo llamado El Corán. Y así como muchos cristianos devotos memorizan versículos y leen toda la Biblia, muchos musulmanes hacen lo mismo con El Corán.

Los musulmanes también consideran a los cristianos y judíos como dhimmis, un término en árabe que quiere decir «la gente del Libro». De manera interesante, ningún musulmán devoto hace mofa de la Biblia, ni del Antiguo ni del Nuevo Testamento. Con todo, a un dhimmis no se le permite que monte a caballo o que porte armas. También es contrario a la ley islámica que un cristiano o un judío sea dueño de casas o que construyan centros de adoración cuyas torres o cúpulas sean más altas que los puntos más altos de las mezquitas.

Las mezquitas son los templos musulmanes de adoración, así como las iglesias y sinagogas son los lugares de adoración para los cristianos y judíos respectivamente. Una mezquita típica tiene varias torres llamadas minaretes. Los sacerdotes musulmanes, los muezzin en árabe, en un tiempo trepaban estos minaretes cinco veces al día para llamar al pueblo a la oración. En la actualidad se usa una grabación en casete con un parlante. Se requiere que un musulmán devoto diga sus oraciones de rodillas, mirando en dirección a La Meca, a Arabia Saudita. La posición y dirección física que observa el adorador mientras ora es llamada Qiblah.

 

Las enseñanzas en el Corán sobre Jesús el Mesías

Hace varios años leí que los musulmanes y su Corán aceptaban muchas de las verdades acerca de Jesús tal como están reveladas en los evangelios del Nuevo Testamento. En un principio pensé que el autor del libro estaba exagerando. Sin embargo, después de haber tenido la oportunidad de conversar con árabes musulmanes en Jerusalén y de investigar más profundamente el tema, estoy convencido que El Corán corrobora la historia de Jesús de Nazaret.

Mahoma no sólo menciona a Jesús, sino que de hecho discute en detalle su nacimiento, vida, enseñanzas, muerte y resurrección. Hay 28 referencias específicas y pormenorizadas sobre la vida de Jesús en El Corán. El Corán también repite muchas profecías del Nuevo Testamento acerca del retorno del Señor Jesucristo, para salvar al pueblo judío de la invasión del ejército del Anticristo. Todos esos escritos prepararán a los musulmanes para que entiendan finalmente durante el período de la tribulación quién es verdaderamente Jesús. Algunas de esas citas del Corán nos instruyen sobre lo que enseñaba Mahoma respecto a Jesús.

En referencias tales como Sura 6:86, Jesús es reconocido como un profeta legítimo de Dios. Dice: "Zacarías y Juan, Jesús y Elías (todos eran hombres justos)". Aunque El Corán niega que Jesús es el Hijo unigénito de Dios, declara que era hijo de María y que predicó el evangelio verdadero.

Y dice en Sura 19:19,20, que el ángel le dijo a María: «Yo soy sólo el enviado de tu Señor para regalarte un muchacho puro'. Dijo ella: '¿Cómo puedo tener un muchacho si no me ha tocado mortal, ni soy ramera?'».

Y sigue diciendo en Sura 5:46 «Hicimos que les sucediera Jesús, hijo de María, en confirmación de lo que ya había de la Tora. Le dimos el Evangelio que contiene Dirección y Luz, en confirmación de lo que ya había de la Tora y como Dirección y Exhortación para los temerosos de Dios».

En Sura 3:45 Jesús es declarado como el Mesías prometido: «Cuando los ángeles dijeron: '¡María! Dios te anuncia la buena nueva de una Palabra que procede de Él. Su nombre es el Ungido, Jesús Hijo de María...'».

El Corán confirma la autoridad de las enseñanzas de Jesús. Dios dice en Sura 5:115 «Dijo Dios: 'Sí, voy a hacer que os baje. Pero, si uno de vosotros, después de eso, no cree, le castigaré como no he castigado a nadie en el mundo».

En Sura19:32-34 habla sobre su resurrección: «'Me ha bendecido dondequiera que me encuentre y me ha ordenado la azalá y el azaque mientras viva, y que sea piadoso con mi madre. No me ha hecho violento, desgraciado. La paz sobre mí el día que nací, el día que muera y el día que sea resucitado a la vida. Tal es Jesús, hijo de María, para decir la Verdad, de la que ellos dudan'».

En un libro publicado en 1979, titulado Jesús un profeta del Islam, su autor Muhammad Ataur-Rahim, presenta la posición de que Jesús fue enviado por Dios como un profeta para llevar a los hombres a la verdad. Como musulmán Ataur-Rahim rechaza la declaración bíblica de que Jesús es el Hijo de Dios, porque cree que esto sería contrario a su creencia supuestamente monoteísta. Sin embargo, al citar extensamente del Corán y de otras fuentes islámicas, declara que los musulmanes aceptan los milagros de Jesús, su huida a Egipto, la visita al templo cuando tenía 12 años, los 70 discípulos, los 12 discípulos íntimos y los 40 días de tentación. Obviamente estos y muchos otros detalles en el Corán se derivan de los evangelios y del extendido conocimiento de la vida de Jesús. Mientras El Corán acepta que hubo una crucifixión, hay desacuerdo en cuanto a quién fue verdaderamente crucificado. Sin embargo, acepta la resurrección de Jesús.

Aunque las semejanzas entre el islamismo y el cristianismo son sorprendentes, sus diferencias son mucho más profundas. Mientras los cristianos no podemos aceptar El Corán como un libro inspirado, ni a Mahoma como un profeta, los musulmanes reverencian al Señor Jesucristo. Creen que nació de una virgen y que fue «un gran profeta». El Corán le llama en forma repetida el «Hijo de María» y habla de Jesús en estos términos: «Y recuerda a María en la Escritura, cuando dejó a su familia para retirarse a un lugar de Oriente. Y tendió un velo para ocultarse de ellos. Le enviamos Nuestro Espíritu [el ángel Gabriel] y éste se le presentó como un mortal acabado. Dijo ella: 'Me refugio de ti en el Compasivo. Si es que temes a Dios'. Dijo él: 'Yo soy sólo el enviado de tu Señor para regalarte un muchacho puro'. Dijo ella: '¿Cómo puedo tener un muchacho si no me ha tocado mortal, ni soy una ramera?'. 'Así será', dijo. 'Tu Señor dice 'Es cosa fácil para Mí. Para hacer de él signo para la gente y muestra de Nuestra misericordia. Es cosa decidida'. Quedó embarazada con él y se retiró con él [con Jesús] a un lugar alejado» (Sura 19:16-22).

Los musulmanes reconocen que Jesús resucitó a personas de la muerte y que realizó muchos milagros. Por ejemplo, dice El Corán sobre Jesús: «Cuando dijo Alá: '¡Oh Jesús, hijo de María! Recuerda Mi gracia, que os dispensé a ti y a tu madre cuando te fortalecí con el Espíritu Santo y hablaste a la gente en la cuna y de adulto, y cuando te enseñé la Escritura, la Sabiduría, la Tora y el Evangelio. Y cuando creaste de arcilla a modo de pájaros con Mi permiso, soplaste en ellos y se convirtieron en pájaros con Mi permiso. Y curaste al ciego de nacimiento y al leproso con Mi permiso. Y cuando resucitaste a los muertos con Mi permiso. Y cuando alejé de ti a los Hijos de Israel cuando viniste a ellos con las pruebas claras y los que de ellos no creían dijeron: 'Esto no es sino manifiesta magia'» (Sura 5:110).

Las referencias a Jesús en El Corán creando pájaros de la arcilla no se encuentran en las Escrituras cristianas inspiradas. El relato de Jesús creando a pájaros cuando era niño, se encuentra documentado en El relato de Tomás de la infancia de Jesús. Es parte del Nuevo Testamento Apócrifo y Los libros perdidos de la Biblia. A pesar de que La infancia de Jesús de Tomás, es un manuscrito antiguo, no hay evidencia de que sea auténtico. Dice en el Evangelio de Tomás, capítulo 2, versículos 1 al 5: «Este niño Jesús, que a la sazón tenía cinco años, se encontraba un día jugando en el cauce de un arroyo después de llover. Y, recogiendo la corriente en pequeñas balsas, la volvía cristalina al instante y la dominaba con su palabra. Después hizo una masa blanda de barro y formó con ella doce pajaritos. Era a la sazón día de sábado y había otros muchachos jugando con él. Pero cierto hombre judío, viendo lo que acababa de hacer Jesús en día de fiesta, se fue corriendo hacia su padre José y se lo contó todo: 'Mira, tu hijo está en el arroyo y, tomando un poco de barro, ha hecho doce pájaros, profanando con ello el sábado'. Vino José al lugar y, al verle, le riñó diciendo: '¿Por qué haces en sábado lo que no está permitido hacer?'. Mas Jesús batió sus palmas y se dirigió a las figurillas, gritándoles: '¡Marchaos!'. Y los pajarillos se marcharon todos gorjeando. Los judíos, al ver esto, se llenaron de admiración y fueron a contar a sus jefes lo que habían visto hacer a Jesús».

Es un hecho bien documentado que los fundadores de la fe islámica tuvieron contacto considerable con los cristianos y las doctrinas cristianas antes que Alá le revelara sus doctrinas a Mahoma. Se sabe incluso, que había cristianos entre su familia y no existe ninguna evidencia que algunos de ellos se convirtiera jamás al islam. Los musulmanes consideran a Jesús de Nazaret como un gran maestro y profeta, pero nunca le llaman el Hijo de Dios: «Dimos a Moisés la Escritura y mandamos enviados después de él [los profetas del Antiguo Testamento]. Dimos a Jesús, hijo de María, las pruebas claras de la soberanía de Alá y le fortalecimos con el Espíritu Santo [el ángel Gabriel]. ¿Es qué teníais que mostraros altivos siempre que venía a vosotros un enviado [de Alá] con algo que no deseabais? A unos les desmentisteis, a otros les disteis muerte» (Sura 2:87).

Los musulmanes también se refieren a los cristianos como Nazarani que significa «seguidor del hombre de Nazaret». La muerte, entierro y resurrección de Jesús es cuestionable y confusa en la literatura coránica. El Corán asimismo cuestiona la crucifixión de Cristo. Note el siguiente pasaje de su texto sagrado: «... por su incredulidad [es decir la de los judíos], por haber proferido contra María una enorme calumnia, y por haber dicho: 'Hemos dado muerte al Ungido, Jesús, hijo de María, el enviado de Alá', siendo así que no le mataron ni le crucificaron, sino que les pareció así. Los que discrepan acerca de él, dudan. No tienen conocimiento de él, no siguen más que conjeturas. Pero, ciertamente, no le mataron, sino que Alá lo elevó a Si. Alá es poderoso, sabio» (Sura 4:156-158).

Cuando la blasfema película La última tentación de Cristo, fue presentada al público, los musulmanes denunciaron el filme por considerarlo blasfemo. Ellos creen que Jesús era el Cristo, lo cual significa "el ungido de Dios": «Entre la 'gente de la Escritura' no hay nadie que no crea en él antes de su muerte. El día de la Resurrección, [él Jesús] servirá de testigo contra ellos» (Sura 4:159).

Los musulmanes actuales sostienen una posición teológica conocida como shirk. Este es un concepto imposible de traducir rápido y fácilmente. Su significado real es que Dios o Alá, es uno. Él es sólo Uno. No hay una Trinidad como creemos los cristianos. El concepto shirk de los musulmanes es similar al de los judíos. No hay Espíritu Santo. El Espíritu Santo que se menciona en El Corán siempre se refiere al ángel Gabriel. No hay Hijo de Dios, Jesús era simplemente el hijo de María. Tales enseñanzas son blasfemas a sus doctrinas. Una vez más permítame citar las escrituras islámicas sobre este punto: «¡Oh gente de la Escritura! ¡No exageréis en vuestra religión! ¡No digáis de Alá sino la verdad: que el Ungido, Jesús, hijo de María, es solamente el enviado de Alá y Su Palabra, que Él ha comunicado a María, y un espíritu que procede de Él [de Alá]! ¡Creed, pues, en Dios y en Sus enviados! ¡No digáis Tres! ¡Basta ya, será mejor para vosotros! Dios es sólo un Dios Uno. ¡Gloria a Él! Tener un hijo ... Suyo es lo que está en los cielos y en la tierra ... ¡Dios basta como protector!» (Sura 4:171).

Es así como los musulmanes que están tan cerca de comprender a Jesús están muy lejos de conocerlo. Ningún musulmán tiene esperanza alguna de vida eterna sin la comprensión completa, de que Jesús es "el camino, y la verdad, y la vida" (Juan 14:6). A pesar de todo, los musulmanes creen que en los últimos días, un gran maestro, el Imán retornará a este mundo y le mostrará a todos los hombres el verdadero camino.

¿Es qué teníais que mostraros altivos siempre que venía a vosotros un enviado [de Alá] con algo que no deseabais? A unos les desmentisteis, a otros les disteis muerte» (Sura 2:87).

Los musulmanes también se refieren a los cristianos como Nazarani que significa «seguidor del hombre de Nazaret». La muerte, entierro y resurrección de Jesús es cuestionable y confusa en la literatura coránica. El Corán asimismo cuestiona la crucifixión de Cristo. Note el siguiente pasaje de su texto sagrado: «... por su incredulidad [es decir la de los judíos], por haber proferido contra María una enorme calumnia, y por haber dicho: 'Hemos dado muerte al Ungido, Jesús, hijo de María, el enviado de Alá', siendo así que no le mataron ni le crucificaron, sino que les pareció así. Los que discrepan acerca de él, dudan. No tienen conocimiento de él, no siguen más que conjeturas. Pero, ciertamente, no le mataron, sino que Alá lo elevó a Si. Alá es poderoso, sabio» (Sura 4:156-158).

Cuando la blasfema película La última tentación de Cristo, fue presentada al público, los musulmanes denunciaron el filme por considerarlo blasfemo. Ellos creen que Jesús era el Cristo, lo cual significa "el ungido de Dios": «Entre la 'gente de la Escritura' no hay nadie que no crea en él antes de su muerte. El día de la Resurrección, [él Jesús] servirá de testigo contra ellos» (Sura 4:159).

Los musulmanes actuales sostienen una posición teológica conocida como shirk. Este es un concepto imposible de traducir rápido y fácilmente. Su significado real es que Dios o Alá, es uno. Él es sólo Uno. No hay una Trinidad como creemos los cristianos. El concepto shirk de los musulmanes es similar al de los judíos. No hay Espíritu Santo. El Espíritu Santo que se menciona en El Corán siempre se refiere al ángel Gabriel. No hay Hijo de Dios, Jesús era simplemente el hijo de María. Tales enseñanzas son blasfemas a sus doctrinas. Una vez más permítame citar las escrituras islámicas sobre este punto: «¡Oh gente de la Escritura! ¡No exageréis en vuestra religión! ¡No digáis de Alá sino la verdad: que el Ungido, Jesús, hijo de María, es solamente el enviado de Alá y Su Palabra, que Él ha comunicado a María, y un espíritu que procede de Él [de Alá]! ¡Creed, pues, en Dios y en Sus enviados! ¡No digáis Tres! ¡Basta ya, será mejor para vosotros! Dios es sólo un Dios Uno. ¡Gloria a Él! Tener un hijo ... Suyo es lo que está en los cielos y en la tierra ... ¡Dios basta como protector!» (Sura 4:171).

Es así como los musulmanes que están tan cerca de comprender a Jesús están muy lejos de conocerlo. Ningún musulmán tiene esperanza alguna de vida eterna sin la comprensión completa, de que Jesús es "el camino, y la verdad, y la vida" (Juan 14:6). A pesar de todo, los musulmanes creen que en los últimos días, un gran maestro, el Imán retornará a este mundo y le mostrará a todos los hombres el verdadero camino. La mayoría de musulmanes creen que «Ese» que «vendrá por segunda vez» es Jesús. Note una vez más este versículo que ya citara del Corán que lo identifica como el «Mesías». Es necesario señalar un punto a este respecto. Por favor, note las palabras en el versículo: «Dimos a Moisés la Escritura y mandamos enviados después de él. Dimos a Jesús, hijo de María, las pruebas claras de la soberanía de Alá y le fortalecimos con el Espíritu Santo» (Sura 2:87).

Por favor note que este versículo del Corán fue dado supuestamente al fundador del islam por un dios, el propio Alá. Pero observe una cosa, que el propio texto de la escritura del islam habla en plural. Advierta que dice «Dimos a Moisés» en plural, «Dimos a Jesús ... le fortalecimos con el Espíritu Santo ...» De acuerdo con el comentario sobre El Corán, publicado por la Oficina Suprema Principal para Investigación Religiosa en el Reino de Arabia Saudita, leemos que: «... El Santo Corán y las tradiciones del Profeta Mahoma ... son las únicas fuentes del islam, la religión de la verdad» (Abdul Rahman ben Hammad Al Omar, islam la Religión de la Verdad, página 4).

Estuve escudriñando a través del entero comentario por una explicación de cómo «un Dios» un «sólo Dios» podía hablar refiriéndose a sí mismo en plural, tal como en el versículo que acabo de citar. La única cosa que se aproximó a una explicación fue la declaración que acabo de citar. Mi observación es que si ese «Dios único» estuviera hablando en estas "escrituras", entonces tanto la traducción en inglés como en español deberían decir «Le dí a Moisés ... Le dí a Jesús ...» etc. Si el fundador del islam estaba «ayudando» a Alá a lo largo de su revelación, es decir que él y Alá estaban hablando, entonces la traducción verdaderamente debía decir «dimos».

Por otra parte, si éste fue el caso y Mahoma estaba incluyendo sus propios pensamientos con esos de Dios, ¡entonces el profeta se elevó a sí mismo como si fuera igual a Dios y por lo tanto divino! Vale la pena que haga notar que Mahoma estaba bien al tanto que en la Biblia judeo-cristiana, Dios es frecuentemente presentado como Elohim, un nombre singular que denota plural. Sin embargo, ahora no estoy hablando de la Biblia, sino del Corán, el cual de manera inflexible declara que Alá es un Dios, «que no hay otro».

 

La salvación: Perspectiva cristiana y musulmana

Ni El Corán, ni Mahoma pueden darle a nadie la seguridad de que sus pecados han sido perdonados mientras se encontraba aquí en la tierra. Tampoco pueden proveerle seguridad de vida eterna después de la muerte o que va a morar en un lugar en el cielo. Las credenciales de Jesús de Nazaret, el hombre, son auténticas y abrumadoras. Los profetas de la antigüedad profetizaron su venida más de 300 veces, predicciones que Jesús cumplió fielmente desde su nacimiento, muerte, hasta su resurrección. Nuestro Padre Celestial confirmó su relación con su Hijo. Los hechos milagrosos que obró, confirmaron su poder. Asimismo el Espíritu Santo clarifica esta verdad de la cual los apóstoles y el Nuevo Testamento testificaron poderosamente.

 Jesús, es Dios. A lo largo de la historia han sido muchos los que se han autoproclamado dioses, pero esta fue la única ocasión en que el Dios Hombre vino a la tierra. Esto era necesario, tal como le dijera el ángel a José: "Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados" (Mateo 1:21). Jesucristo vino para salvarlo a usted y a mí de la muerte eterna en el infierno para llevarnos a vida eterna en el cielo. Vino para salvarnos de las tinieblas y traernos luz y cambiar el odio en amor. Tal como nos dijo: "... Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia" (Juan 10:10b). Escuche las propias palabras del Señor: "Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido" (Lucas 19:10). La palabra que se traduce como "perdido" en el texto original griego, es la misma que se usa para "pecador", ya que la Palabra de Dios declara, que "Por cuanto todos pecaron están destituidos de la gloria de Dios" (Romanos 3:23).

Juan el Bautista evaluó a Jesús con estas palabras: "He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo" (Juan 1:29b). El Apóstol Pedro declaró en Hechos 4:12, "Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos". Pero... ¿Cómo pudo ser eso posible? Por sustitución. Ocupó nuestro lugar. El primer Adán libró la batalla y la perdió y con él toda su descendencia, mientras que el segundo Adán, luchó y ganó para que pudiéramos ser santos e hijos de Dios. La tragedia de la cruz se convirtió en un triunfo del crucificado. Quien no cometió pecado, se hizo pecado por nosotros para que pudiéramos experimentar el perdón de Dios mediante arrepentimiento y fe.

¿Por qué los judíos antiguos ofrecían la sangre de los sacrificios en el templo? Incluso el propio Corán, fomenta los sacrificios, porque "... sin derramamiento de sangre no se hace remisión" (Hebreos 9:22b). Todos los sacrificios de animales señalaban al sacrificio final, al sacrificio de Jesús, el Cordero de Dios, cuya sangre cubre todos los pecados y los remueve totalmente. "Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe" (Efesios 2:8,9). ¿No es maravilloso? Las buenas obras que Dios espera que hagamos, son una consecuencia de nuestra salvación, no una forma de ganarla.

No necesitamos de una ciudad santa ni Jerusalén ni Meca ni Roma, todas son demasiado pequeñas para albergar la majestad de Dios. La limpieza ceremonial podía limpiar las impurezas exteriores, pero nunca la mancha del pecado. A Dios no le impresiona nuestras plegarias o ayunos, sino que nos ama y desea y quiere salvarnos por su gracia, mediante la fe en el Salvador Jesucristo. Y como dice su Palabra: "Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre" (Fil. 2:5-11).

Ésta es la salvación para el cristiano, pero. . . ¿qué es la salvación para los musulmanes? Los musulmanes según sus propias palabras, "Creen en un solo Dios, en el Dios de Abraham, Moisés y Jesús". El islam rechaza el dogma del pecado original. De acuerdo con El Corán, Adán y Eva pecaron, pero se arrepintieron y Dios aceptó el arrepentimiento de ellos en su misericordia y gracia. El islam declara que el perdón de los pecados no puede obtenerse de ninguna manera por el sufrimiento y sacrificio de otra persona, así sea humana o divina, sino que proviene de la gracia de Dios, de su misericordia. El islam también enseña que usted no puede ganar aceptación delante de Dios por estar dando alabanzas, diciéndole a todos que cree en él ni tampoco se puede asegurar que ha obtenido la salvación por que tuvo una experiencia en particular.

Según los musulmanes, El Corán enseña la misma fórmula que enseñaran y practicaron Mahoma, los profetas y Jesús: Primero, en obtener la justificación mediante la fe, fe en Dios. Luego, si tiene fe verdadera, sus obras y acciones, serán una reflexión correcta de esta fe. Aseguran que Jesús creía y practicaba esta misma salvación.

 

El Origen del Islam

En este punto, considero que es necesario hablar sobre el origen del islam y la historia de los primeros días de esta religión que aunque asegura ser monoteísta, existen pruebas que demuestran lo contrario. El islam es una fe que fue creada por un hombre llamado Abú al-Qasim Mohamed ibn Abdalá ibn Abd al-Mutalib ibn Hashim, conocido en español como Mahoma, quien vivió en el siglo VI, entre los años 570 al 632 de la era cristiana, en la ciudad árabe de La Meca. Nació en la península de Arabia Saudita en el año 570 de la era cristiana e inició su religión en el año 622. El Islam cuenta hoy con más de 1. 700 millones de seguidores.

Mahoma aceptó la autoridad divina del Pentateuco bíblico, los Salmos y los Evangelios. A menudo le hizo notar a los lectores del Corán que advirtieran la convergencia en la doctrina entre los temas encontrados en la Biblia y el Corán. Aunque no realizó milagros ni resucitó a muertos ni tampoco nunca dijo haberlo hecho, es considerado por los musulmanes como un gran profeta, mayor que Jesucristo. Ningún musulmán puede referirse jamás a Mahoma como «un profeta», de acuerdo con sus creencias, él era «EL PROFETA».

Mahoma fue un suplantador de Jesús y negó su autoridad y relación con Dios. Esto es una desgracia, porque a pesar de los horribles informes falsos que Mahoma ha propagado en este mundo, tenía más respeto por Jesús, que muchas de las personas hoy que se llaman a sí mismas cristianas. Esto también es cierto con respecto a los musulmanes como un todo. Una de las doctrinas básicas del Corán es que un día habrá una resurrección general de todos los hombres y un juicio colectivo. De acuerdo con la enseñanza islámica, después de morir cada persona será entrevistada por dos ángeles terribles llamados Monker y Nakir, mientras se encuentran sentados en su tumba. Debido a esto, algunos musulmanes mandan a hacer sus sepulturas en tal forma, que una persona tendría suficiente espacio para sentarse.

El Islam enseña que el tiempo de la resurrección sólo es conocido por Dios. Se dice que Mahoma le preguntó al ángel Gabriel respecto al tiempo y que él respondió que nadie lo sabía, porque sólo Dios conocía ese día. El Señor Jesucristo le dijo a sus discípulos 500 años antes: "Pero el día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre" (Mt. 24:36). El Islam también enseña que habrán una serie de eventos que servirán como advertencia a los hombres de que se aproxima el juicio de Dios.

Incluso en esos primeros años de la historia humana, en el siglo VII de la era cristiana, La Meca era la ciudad más sagrada en Arabia. En ese tiempo los árabes eran paganos politeístas; los moradores de La Meca eran los custodios de los numerosos ídolos falsos del pueblo de Arabia. Ellos disfrutaban de un negocio lucrativo como resultado de su posición privilegiada entre la sociedad árabe. Cada vez que cualquiera de las tribus paganas deseaba ir y adorar ante sus ídolos, lo cual usualmente ocurría cada año, tenían que pagarle dinero a los habitantes de La Meca por este privilegio. Este hecho es de mucha importancia en lo que ocurrió más tarde en la historia del islam.

Mahoma pertenecía a uno de los clanes de comerciantes más poderosos e influyentes de la ciudad, el de los Hashim. Aunque el joven Mahoma quedó huérfano a una corta edad, fue muy afortunado al haber quedado, primero bajo la tutela de su abuelo materno y cuando éste falleció, al cuidado de su tío Abú Talib, a quien acompañó en varios viajes de negocios.

En uno de ellos, alrededor del año 595, conoció a Jadiya, una rica viuda con quien contrajo matrimonio. Este casamiento le procuró la independencia económica necesaria para dirigir sus propias empresas. Esta riqueza permitió que Mahoma disfrutara de muchos ratos libres durante los cuales comenzó a pensar con respecto al estado religioso del mundo en general y de los árabes en particular.

Al cabo de un tiempo, Mahoma empezó a tener visiones. Hacia el año 610, Mahoma tuvo la visión de un ser majestuoso, luego identificado como el arcángel Gabriel, y oyó una voz que le dijo: «Tú eres el mensajero de Dios». Esas revelaciones se repitieron durante toda su vida y después de cierto tiempo empezaron a ser registradas por escrito. Recogidas hacia el año 650 con ellas se formó El Corán, el libro sagrado musulmán.

Mahoma llegó a la conclusión de que sus experiencias eran similares a las que habían tenido los profetas judíos y cristianos anteriores a él. La nueva religión que surgió de sus visiones fue denominada islam, que significa como ya dijera en un principio «sumisión», esto es «sumisión a la voluntad divina». Sus adherentes se llamaron muslimes o musulmanes, que quiere decir «los que se han sometido».

Mahoma comenzó a predicar en el año 613 entre sus amigos y familiares, y Jadiya fue su primera convertida; más tarde un pequeño grupo empezó a seguirlo. La nueva fe despertó pronto la suspicacia de los poderosos de La Meca, cuyos santuarios eran un próspero centro de peregrinación. Aunque la hostilidad hacia Mahoma nunca fue violenta, cuando cambió el jefe de su clan, el profeta perdió la protección familiar frente a los poderosos de La Meca. Debido a ello emigró a la ciudad de Yatrib el 26 de julio del año 622, episodio conocido como la Hégira, y que constituye el inicio del calendario islámico.

En Yatrib que pasó a llamarse Medina, Mahoma consiguió la conversión de las tribus locales y comenzó a hostigar las caravanas que viajaban desde y hacia La Meca, hasta que la guerra entre ambas ciudades llegó a ser abierta. De tres batallas, Mahoma perdió la segunda y ganó las otras dos, la última de ellas en el año 627. Al mismo tiempo estableció alianzas con tribus nómadas, expulsó de Medina a los judíos que no quisieron adoptar la nueva religión y consiguió adeptos incluso entre gente de la ciudad enemiga.

Vamos a discutir la reacción de los judíos ante el profeta de Alá. Pero primero es necesario que usted entienda que siguiendo a la catástrofe nacional de la guerra judeo-romana ocurrida en el año 70 de la era cristiana, y la fatídica derrota de Bar- kochba en el año 135 de la era cristiana, los judíos fueron dispersados a todo lo ancho del mundo en lo que llegó a ser conocido como la gran diáspora.

Algunos de estos judíos se habían trasladado a la península Arábiga y habían estado viviendo allí en paz relativa entre sus hermanos árabes. Como «todos» sabían que los judíos eran parientes, Mahoma esperaba que los israelitas lo recibieran como su Mesías, pero en lugar de eso lo ridiculizaron, ellos abiertamente lo negaron reconociéndolo como un «falso profeta».

En los primeros días del islam, Mahoma había dirigido a todos los musulmanes para que oraran con el rostro en dirección a la santa ciudad de Jerusalén. Sin embargo, tras el rechazo de los judíos, «el profeta» cambió la posición del Qilbah de Jerusalén a La Meca. Su admiración y respeto por los judíos, más tarde se convirtió en odio y repudio por ellos. Su rechazo en contra del pueblo del pacto ha continuado hasta nuestros días; él plantó las semillas para el actual conflicto árabe-israelita.

Los judíos no fueron el único problema que tuvo que enfrentar Mahoma. Incluso la mayoría de los vecinos de Mahoma tenían problemas con sus nuevas enseñanzas controvertidas. Los habitantes paganos de La Meca, temiendo que «el profeta» arruinara su economía local y su lujoso estilo de vida, expulsaron a Mahoma y a sus seguidores de la ciudad en el año 622 de la era cristiana.

Para ellos el dinero era más importante que la religión. Su partida hacia la ciudad de refugio, Medina, marcó como ya dijera la Hégira, el comienzo del islam. Siguiendo este incidente, la nueva religión creció rápidamente y se propagó a través de la península Arábiga. Mahoma regresó a La Meca en el año 628. Una de las concesiones que Mahoma le hizo a los habitantes de La Meca fue que bajo este nuevo sistema continuarían siendo los custodios de la religión; en otras palabras, las cosas no iban a cambiar «mucho» para ellos.

Hoy, las santas ciudades de La Meca y Medina se encuentran dentro de los límites de la moderna nación de Arabia Saudita. A ningún ser humano se le permite la entrada a una de estas ciudades, a menos que sean musulmanes. Desde ese tiempo de Mahoma, a cada musulmán se le exige por ley religiosa, si puede cubrir el costo, viajar a La Meca en peregrinaje, por lo menos una vez en la vida.

En un sentido, el cambio realmente fue poco para los mecanos. En aquellos primeros tiempos, «centenares» visitaban los «dioses antiguos», hoy cientos de miles de peregrinos llegan allí cada año. La Meca ha crecido desde un pequeño oasis desconocido, hasta convertirse en una de las ciudades religiosas mejor conocidas en el mundo entero.

En La Meca los musulmanes encuentran la Kaaba. Se cree que esta Kaaba se remonta al tiempo de Abraham. Era dentro de las paredes de la Kaaba en donde se hallaban los 365 ídolos paganos que adoraban los antiguos habitantes de La Meca. Hoy todavía se encuentra dentro de la Kaaba, la piedra negra santa y venerada. Los musulmanes creen que era la piedra angular del altar que Abraham construyó y sobre el cual ofreció a su hijo Ismael.

Creo que es necesario expresar una palabra de clarificación con respecto a la construcción de la Kaaba. La Santa Biblia enseña que Dios había llamado a Abram para que saliera de la antigua ciudad pagana de Ur de los caldeos, el antiguo imperio sumerio en Mesopotamia y que fuera a la tierra que él le mostraría. Dios le dijo a Abram, que allí haría de él una gran nación: "Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra" ( Gn. 12:1-3).

Abram hizo como se le ordenó y finalmente se convirtió en Abraham, el padre de la nación de Israel. Sin embargo, todo el mundo sabe, que no puede construirse una nación sin personas. Pese a todo, Abraham, después de 20 años de haber recibido esta promesa todavía no tenía hijos. Bajo tales circunstancias era imposible que llegara a existir una nación.

Sara, la esposa de Abraham, queriendo ayudar a Dios para que le cumpliera la promesa a su esposo, planeó en conformidad con la costumbre prevaleciente de ese día, que su sierva egipcia, Agar, tuviera un hijo con su esposo: "Dijo entonces Sarai a Abram:Ya ves que Jehová me ha hecho estéril; te ruego, pues, que te llegues a mi sierva; quizá tendré hijos de ella. Y atendió Abram al ruego de Sarai. Y Sarai mujer de Abram tomó a Agar su sierva egipcia, al cabo de diez años que había habitado Abram en la tierra de Canaán, y la dio por mujer a Abram su marido. Y él se llegó a Agar, la cual concibió; y cuando vio que había concebido, miraba con desprecio a su señora" ( Gn. 16:2-4).

El hijo que tuvo Agar se llamó Ismael. Y más tarde, en su tiempo, Dios le dio otro hijo a Abraham, Isaac. Él era el hijo prometido del pacto, no Ismael. Según el capítulo 22 de Génesis, después de cierto número de años, Dios le ordenó a Abraham que fuera y ofreciera a Isaac en sacrificio. Abraham hizo conforme lo dispuesto por Dios, pero en el último minuto Dios libró a Isaac y Abraham ofreció un carnero en su lugar: "Entonces el ángel de Jehová le dio voces desde el cielo, y dijo: Abraham, Abraham. Y él respondió: Heme aquí. Y dijo: No extiendas tu mano sobre el muchacho, ni le hagas nada; porque ya conozco que temes a Dios, por cuanto no me rehusaste tu hijo, tu único. Entonces alzó Abraham sus ojos y miró, y he aquí a sus espaldas un carnero trabado en un zarzal por sus cuernos; y fue Abraham y tomó el carnero, y lo ofreció en holocausto en lugar de su hijo" ( Gn. 22:11-13).

Los cristianos hoy reconocemos que esto fue una profecía de Dios Padre ofreciendo a su propio Hijo Jesús sobre la cruz del Calvario, por los pecados del mundo. Los judíos y musulmanes, claro están, niegan nuestra interpretación del evento. En cualquier caso, los musulmanes creen que el hijo que fue ofrecido en esa ocasión fue Ismael, no Isaac como dice la Santa Biblia. Creen que la Biblia está «equivocada» sobre este punto.

Considere la enseñanza del Corán a este respecto. Este evento supuestamente tuvo lugar inmediatamente después de la «ofrenda de sacrificio» mientras los dos estaban erigiendo la Kaaba en acción de gracias: «Y cuando Abraham e Ismael levantaban los cimientos de la Casa (la Kaaba en La Meca Arabia); Abraham oró: '¡Señor, acéptanoslo!¡Tú eres Quien todo lo oye, Quien todo lo sabe!¡Y haz, Señor, que nos sometamos a Ti, haz de nuestra descendencia una comunidad sumisa a Ti, muéstranos nuestros ritos y vuélvete a nosotros!¡Tú eres, ciertamente, el Indulgente, el Misericordioso!¡Señor! ¡Suscita entre ellos a un Enviado de su estirpe que les recite Tus aleyas y les enseñe la Escritura y la Sabiduría y les purifique! Tú eres ciertamente, el Poderoso, el Sabio'» (Sura 2:127-129).

Dado que se dice que El Corán es básicamente las palabras del propio «Profeta», es interesante notar que Mahoma arreglara las cosas de tal forma que el Padre Abraham ofreciera una «oración profética» concerniente a él mismo, es decir a Mahoma, quien habría de nacer 2. 600 años después. Es importante no olvidar que Ismael fue el hijo de Abraham y Agar, la sierva egipcia de Sara, la esposa de Abraham. Debido a que Agar tan pronto concibió comenzó a menospreciar a Sara, esto suscitó una situación que se tornó intolerable, tanto que Sara y Agar ya no podían vivir en paz. Fue así como la sierva y su hijo fueron expulsados de la casa de Abraham: "Entonces Abraham se levantó muy de mañana, y tomó pan, y un odre de agua, y lo dio a Agar, poniéndolo sobre su hombro, y le entregó el muchacho, y la despidió. Y ella salió y anduvo errante por el desierto de Beerseba" ( Gn. 21:14).

Naturalmente, esta expulsión provocó profundas hostilidades en los corazones de Agar y de su hijo. Este odio y hostilidad se ha mantenido entre sus descendientes a lo largo de los siglos. Los descendientes modernos de Ismael son los árabes; ellos continúan todavía con su amargura.

Después de la muerte de Mahoma, el islam fue exportado por la fuerza a través de toda la región. Por un tiempo, la Europa medieval se vio amenazada por los ejércitos de avanzada de los musulmanes. El anhelo actual de los modernos islamitas es empujar a los judíos hasta el mar, erradicarlos de la faz de la tierra, lo cual no es más que un intento de parte de los descendientes de Ismael para «reclamar» una herencia, que sienten que literalmente les fue robada.

La declaración o credo de fe de los musulmanes, el shahada, es el siguiente: «Yo testifico que no hay dios excepto Dios (Alá) y Mahoma es el profeta». Aunque los cristianos y judíos están de acuerdo con la primera frase del Shahada, ningún cristiano o judío acepta la última frase del fragmento. De acuerdo con las doctrinas del islam, Mahoma es el «sellado» o «último» profeta. Él supuestamente recibió la más completa revelación de Dios, de Alá. Esta revelación literalmente reemplaza la Santa Biblia. Permítame recordarle que los musulmanes también consideran a Moisés y a Jesús como grandes profetas.

Sin embargo, Mahoma, es considerado superior a todos antes que él. Note lo que dice este mensaje del Corán: «Decid: 'Creemos en Alá y en lo que se nos ha revelado, en lo que se reveló a Abraham, Ismael, Isaac, Jacob y las tribus, en lo que Moisés, Jesús y los profetas recibieron de su Señor. No hacemos distinción entre ninguno de ellos y nos sometemos a Él (a Alá)' » (Sura 2:136).

En algún momento en la vida de Mahoma, aunque se desconoce la fecha exacta, los musulmanes creían que «El Profeta» en un trance, fue transportado sobrenaturalmente a Jerusalén. Él, como el «Padre Ismael», fue colocado sobre la gran piedra de sacrificio en donde Abraham «ofreció a su hijo». Desde este punto, «El Profeta» fue trasladado de la tierra al cielo por Alá en donde pudo recibir «revelaciones» adicionales. Es por estas razones que los musulmanes tienen tan gran veneración por el monte del templo en Jerusalén.

Los guías turísticos árabes señalan un lugar específico en la gran piedra dentro de la mezquita, asegurando que allí se encuentra la huella de Mahoma hecha durante su traslado al cielo. El punto es tan sagrado para los musulmanes que en el año 643 de la era cristiana, el califa Omar construyó la mezquita de Omar, conocida también como Cúpula de la Roca, sobre la piedra. Esta mezquita ha sido aclamada como el tercer lugar más sagrado en todo el islam.

Por años tantos cristianos, judíos como musulmanes habían creído que el antiguo templo salomónico había sido edificado sobre este lugar exacto. Estos conflictivos puntos de vista sostenidos por tres de las grandes religiones monoteístas han acrecentado y agravado la controversia que rodea el entero Medio Oriente.

En este punto considero que es necesario aclarar algo con respecto a las escrituras islámicas. Los dichos de Mahoma fueron recopilados por sus seguidores después de su muerte y luego compilados en un libro sagrado llamado El Corán. Corán, es una palabra árabe que significa «recitación». Geoffry Parrinder dice en su libro Religiones del Mundo: «EL CORÁN tiene aproximadamente el mismo largo del Nuevo Testamento. Está dividido en 114 capítulos o Suras, arreglados aproximadamente de acuerdo con el orden de su extensión con los más largos primero. Un Sura muy corto llamado el 'Fatiha' (La Apertura) es sin embargo, el primero de todos. Está en la forma de una plegaria a Alá para guía. Este pequeño capítulo es probablemente la porción recitada más frecuentemente del Corán, porque es usada tanto en las plegarias diarias y en muchas otras clases de ocasiones religiosas. Y dice:

'En el nombre de Alá, el Compasivo, el Misericordioso, alabado sea Alá, Señor del universo, Dueño del día del juicio.

A Ti sólo servimos y a Ti sólo imploramos ayuda. Dirígenos por la vía recta, la vía de los que Tú has agraciado, no de los que han incurrido en la ira, ni de los extraviados'».

 A cada musulmán se le exige que acepte lo que se conoce como «Los Cinco Pilares» (o ibadat; «la obligación» a Alá) para un cumplimiento de su fe:

EL PRIMER PILAR: El shahada , es la declaración de fe que ya mencionara anteriormente y que dice:«Yo testifico que no hay dios excepto Dios (Alá) y Mahoma es el profeta».

EL SEGUNDO PILAR: Es el peregrinaje o viaje a La Meca y se conoce como haji. Es posible que la base para este pilar fuera la concesión que le hiciera Mahoma a los mecanos al tiempo de su victoria sobre ellos, la cual les garantizaba la riqueza. El señor Geoffry Parrinder, experto en religiones, dice en las páginas 504 al 506 de su libro Religiones del Mundo: «. . . Cada musulmán adulto que posea los medios se espera que vaya en peregrinaje al menos una vez en su vida. Para muchas personas en las regiones remotas de Arabia, el haji es el clímax de años de anhelos, y algunos lo hacen varias veces. Al entrar en el área sagrada de La Meca, los peregrinos se ponen un vestido especial, el 'ihram' y después de completar la ceremonia se afeitan el pelo. La ceremonia total del 'haji' es completamente elaborada y ocupa varios días, pero sus partes principales son el caminar alrededor de la Kaaba, el 'tawaf', culminando con el beso a la piedra negra empotrada en una de sus esquinas y el sacrificio de un animal en Mina. Este día se celebra a través del mundo musulmán como el 'Id al- Adha', o Festival de Sacrificio, en conmemoración de la disposición de Abraham para 'sacrificar a su hijo'».

EL TERCER PILAR: El salat, es la oración de las cinco plegarias diarias, al amanecer, al mediodía, en la tarde, a la puesta del sol y después de la puesta del sol. Parrinder dice en las páginas 503 y 504 de su libro: «. . . Antes de las plegarias, el adorador debe prepararse por un ritual purificador de lavado, el 'wadu'. El 'salat' propiamente dicho comienza con el adorador en una posición de pie, seguido por una serie de reverencias de la cintura, 'el raku' y postraciones, en las cuales la frente toca el suelo, el 'sujud'. Cada etapa de la oración está acompañada por una cita del Corán o alguna otra recitación repetida en silencio. El 'Salat' puede llevarse a cabo en cualquier lugar, pero hay un mérito especial si se realiza en una mezquita». El Salat debe hacerse mirando físicamente en dirección a la ciudad árabe de La Meca.

EL CUARTO PILAR: Es el zakat, la práctica de la «caridad». El zakates voluntario en algunos países musulmanes, pero en otros constituye un impuesto del gobierno. En los primeros días, el zakat consistía de aproximadamente el 2 1/2% de los ingresos de la persona. Parrinder dice que en el moderno islam: «. . . los arreglos para la colección de 'zakat' han fracasado. . . bajo la presión de otros gravámenes impuestos por el estado. En una sociedad islámica todos los musulmanes devotos dan limosna a los pobres como una declaración de fe al igual que por compasión».

EL ÚLTIMO PILAR : Es el «ayuno de Ramadán» o « sawn». Es requerido a todos los musulmanes que estén físicamente capacitados para hacerlo. Este ritual se lleva a cabo de la siguiente manera. No se puede ingerir ningún alimento sólido durante las horas del día. Un desayuno nutritivo se sirve en la oscuridad antes del amanecer. No se puede servir ningún alimento cuando la persona puede distinguir un hilo blanco de uno negro fuera de la casa. Una comida abundante se puede ingerir después de la puesta del sol. El ayuno es considerado como un tiempo de profunda meditación religiosa y un período para limpiarse de los pensamientos, ideas y prácticas impuras. El día después de sawnes de fiesta, se intercambian regalos y se ponen las mejores ropas.

Todos los musulmanes creen en el juicio y en la vida después de la muerte. A los malos y a los infieles les está reservado el infierno. Los fieles irán a un lugar del paraíso donde son servidos por las huríes, unas ninfas hermosas. El Corán expresa este pensamiento en esta forma: «Anuncia la buena nueva (oh Mahoma) a quienes creen y obran bien: tendrán jardines por cuyos bajos fluyen arroyos. Siempre que se les dé como sustento algún fruto de ellos, dirán: 'Esto es igual que lo que se nos ha dado antes'. Pero se les dará algo parecido. Tendrán esposas purificadas y estarán allí eternamente» (Sura 2:25). Este mismo mensaje se encuentra por lo menos en tres otros lugares en El Corán: Sura 3:14-15; Sura 4:13. En cada caso las palabras son casi idénticas.

El término «esposas purificadas» mencionado en el versículo anterior es una referencia a mujeres hermosas «puras». Según me han dicho, muchos musulmanes creen que hay por lo menos seis hermosas mujeres «esposas» o huríes para cada varón. Obviamente, esta creencia ha sido embellecida con el paso de los años. Pero los musulmanes no son los únicos en creer que el «cielo» es un lugar de sensualidad. Los antiguos vikingos en el año 800 de la era cristiana, también creían que serían atendidos y servidos en el cielo, al que llamaban Valhalla, por las Valkyries, unas mujeres de belleza extraordinaria.

La mayoría de musulmanes creen que esos que mueren defendiendo el islam son enviados de inmediato a este paraíso. Esta falsa promesa fue lo que permitió que Ayatollah Khomeini de Irán pudiera inspirar enteros escuadrones de magníficos jóvenes iraníes para que fueran a la muerte durante la guerra entre Iraq e Irán. Cuentan que cuando esos jovencitos entraban al combate, todos llevaban llaves sobre sus frentes. Eran las llaves que supuestamente abrirían las puertas del paraíso para ellos.

Naturalmente, los musulmanes creen que Alá juzga a los individuos al igual que a las naciones. Por lo tanto, lo que más ha desconcertado a los musulmanes iraníes, es que después de la revolución islámica de 1979, hayan ocurrido tantos terremotos en su nación. Muchos creen incluso, que los terremotos son una forma de «juicio» de parte de Alá. La guerra que perdieran con Iraq entre 1980 a 1989, también sirvió para socavar la confianza de muchos musulmanes en sus líderes religiosos.

Aunque los musulmanes parecen estar unidos en su fe, existe una gran división entre ellos. Esta división es casi tan vieja como el propio islam y tiene que ver con la sucesión de los líderes después de la muerte del «Profeta». Siguiendo al fallecimiento de Mahoma, Abu Bakr fue proclamado Califa, o sucesor de la fe por muchos de sus seguidores. Abu Bakr sólo vivió dos años y el siguiente Califa que le sucedió fue Omar; después de él fue Uthman. La mayoría de musulmanes estuvieron satisfechos con esta sucesión.

Sin embargo, había un grupo que estaba descontento. Su insatisfacción se debía al hecho de que creían que los sucesores debían ser siempre del linaje de Mahoma. De ahí que desearan tener como Califa a Ali ibn Abi Talib, un primo y yerno del «Profeta». Muy pronto surgió un conflicto entre los dos grupos; estalló una guerra y el islam se dividió en dos facciones, los Sunnis y los Shia. Esta división ha persistido hasta este día.

La más común de las sectas islámicas es la de los Sunnis, palabra que significa «costumbre» o «el camino de Mahoma». Este grupo estaba satisfecho con la sucesión histórica. Quizá un 85% de todos los musulmanes hoy son Sunnis en sus convicciones y prácticas. Los Sunnis tienden a ser prácticos, también se la llevan mejor con los no musulmanes. En asuntos de fe, los Sunnis a menudo se inclinan por la «predestinación». La práctica religiosa de acuerdo con la moda Sunni se centra en El Corán y también en el hadith o «tradiciones de Mahoma».

El Shia o Shia'ite, el «partido de Alí», por otra parte, es el segundo tipo más común de musulmanes. Ellos eran los revolucionarios que deseaban al pariente de Mahoma como Califa. El número de Shias suma del 11 al 12% del mundo musulmán. El gobierno de Irán está controlado por el clero del Shia y le han dado a los seguidores del Shia una reputación de extremismo.

Quizá el 90% de los iraníes pertenecen al Shia, mientras que el 55% de los iraquíes y el 40% de los libaneses también son del Shia. Por favor, note que cada nación mencionada ha sido un virtual foco de guerra y de intriga política en los años recientes. En otras partes, el Shia representa un porcentaje muy pequeño de la población.

Una creencia muy interesante de los musulmanes Shias, es ésta que menciona Geoffry Parrinder en su libro Religiones del mundo. Y dice: «... Habiendo sido frustrado en la esfera política (es decir, la guerra fracasada por poner a Alí en el trono), el Shia recurrió a la exaltación religiosa de Alí y su familia. La piedra fundamental de la doctrina es la creencia que Mahoma escogió a Alí para ser el receptor del lado esotérico de las enseñanzas islámicas porque nadie más era capaz de entenderlas... Alí y sus descendientes eran llamados Imanes (palabra que significa líderes) debido a su distinción como los portadores de la sabiduría divina y guía. No sólo el gobierno pertenece apropiadamente al Imán de la era, sino que él es la única fuente de verdad. Para el Shia no hay esperanza de una vida digna o recompensa después de ella, excepto mediante la devoción al Imán... Varios grupos de Shias difieren en el número de Imanes que ellos reconocen como tales. El grupo más numeroso reconoce 12 y por esta razón se les conoce como 'La secta de los 12'. Se cree que el último de los imanes todavía está vivo, aunque decidió desaparecer de las miradas humanas para retornar nuevamente en el futuro como el Imán Mahadi ('el Imán Guiado Rectamente'), quien iniciará los eventos que conllevarán a los últimos días. Aunque él ahora está escondido, continúa siendo la primavera viviente de la sabiduría divina en el mundo a través de los 'mujtahids', o hombres entendidos de la comunidad Shia, a través de los cuales él se comunica con el pueblo».

Mientras algunos Sunnis piensan que Jesús es el Imán que retornará, de manera sorprendente un número de la denominación musulmana de Shias también cree esto mismo.

Los Sunnis son fáciles de entender en su autoridad de adoración debido a su uso fundamental del Corán y el Hadith, es decir las tradiciones. Sin embargo, los Shias creen que además de los libros santos ya mencionados, sus eruditos también les pueden dar revelaciones divinas y manifestarles «verdades adicionales», incluso hoy. Este hecho se alude en la discusión respecto al Imán que habrá de retornar. A los más famosos y respetados de estos eruditos se les conoce como Ayatollah.

Este término sin duda es reconocido fácilmente por muchos debido a la influencia de un Ayatollah en particular en la historia de Estados Unidos, el Ayatollah Khomeine. Por la revolución del señor Khomeini en Irán, la palabra Ayatollah se ha convertido de uso común en América. Sin embargo, esta palabra no es un nombre propio, sino más bien un título. La palabra Ayatollah podría traducirse como «el reflejo de Dios». Por lo tanto, es una blasfemia referirse a cualquier hombre con este término.

El reinado de terror del señor Khomeini en Irán reflejó un simple hecho, la razón de por qué no se tiene religión oficial en Estados Unidos, porque todas las religiones del estado finalmente degeneran en persecución en contra de las otras religiones. Los cristianos, los judíos y los zoroástricos, la religión de la antigua Persia, han sido salvajemente perseguidos en Irán. El terror en Irán ha continuado después de la muerte de Khomeini. Muchos del clero en Irán todavía se refieren a sí mismos como Ayatollah.

Aunque pensamos que todos los musulmanes son árabes, este no es el caso. La religión de más rápido crecimiento en África es el islam. La mayoría de personas en Bangladesh y Paquistán profesan el islamismo. También China tiene millones de chinos étnicos llamados Hui, quienes son musulmanes al igual que hay millones de musulmanes que no son chinos. Algunos estiman que en Estados Unidos hay unos seis millones de musulmanes. Según la publicación Alá no tuvo hijo: "El islamismo es la segunda religión más grande y de mayor crecimiento en Estados Unidos". Ellos esperan "que para el año 2010 flamee una bandera musulmana en la Casa Blanca y que será el fin del cristianismo en Estados Unidos".

Un artículo publicado recientemente en los periódicos informaba que el islam ha reemplazado al judaísmo como la tercera religión más numerosa en Estados Unidos. En Europa, Yugoslavia tiene más de cuatro millones de musulmanes. La mitad de la población de Albania es musulmana. Indonesia y Malasia son dos sociedades del sureste de Asia que tienen un número abrumador de musulmanes. En Filipinas, en la isla de Mindanao, se encuentran los musulmanes conocidos como Moros. Ellos combatieron la opresión española por 400 años y luego pelearon contra los soldados estadounidenses en la guerra hispano americana. Los Moros combatieron mucho al gobierno de Corazón Aquino en Filipinas.

En Rusia, la ola de islamismo ha sobrepasado al comunismo. Los musulmanes se encuentran en la mayoría de repúblicas ex-soviéticas. Unos 60 millones de musulmanes viven en la mancomunidad de naciones ex-soviéticas, casi todos en la parte central de Asia y en el sur de la península del Cáucaso. Desde antes de la revolución comunista, ellos habían sido dominados primero por los zares rusos y luego por los comisarios.

Las leyes y costumbres del antiguo islam son practicadas en diferentes grados en varios países. En Arabia Saudita, el sharia o ley islámica es absoluta. Estas leyes son confusas para muchos americanos que ahora apoyan a ese país y defienden a otros. Es dudoso que Arabia Saudita pueda moderar muchas de estas leyes. Si uno cree que una ley es designada por Dios, entonces sería blasfemia no tomarla en cuenta.

A pesar de que los soldados norteamericanos estuvieron protegiendo Arabia Saudita, ellos al mismo tiempo estaban violando muchos de los principios del reino Saudita. Los sauditas están estrechamente asociados con lo que se conoce como Wahhabis. Esto último se refiere a un hombre que deseaba purificar el islam y retornar la fe a sus formas antiguas. La familia saudita ha contraído matrimonio con seguidores de este movimiento a quienes ha apoyado, pero se refiere a sí misma como Sunnis porque siente que son otros quienes han sido infieles.

Bajo la ley islámica, sólo se puede comer carne si la misma está ceremonialmente limpia. Esos familiarizados con las leyes religiosas judías que autorizaban un alimento determinado en el Antiguo Testamento tendrán un punto de referencia. El musulmán no puede comer carne de cerdo bajo ninguna circunstancia, excepto quizá por inanición suprema. De hecho, es contra la ley comer o llevar a Arabia Saudita, carne de cerdo o productos derivados.

A los soldados norteamericanos en Arabia Saudita se les enviaba raciones en las que estaban escritas las letras MRE. Estas siglas en inglés quieren decir carne lista para comer. Estas raciones a menudo contenían jamón y frituras de carne de cerdo. Los sauditas por su lado permanecían atentos esperando el momento en que un soldado americano les ofreciera estas raciones MRE a algunos de los soldados aliados sauditas, sirios o egipcios.

Otra prohibición en el islam es el consumo del alcohol. Es absolutamente prohibido beber licor y es ilegal llevar bebidas alcohólicas a Arabia Saudita. El castigo son azotes con un látigo. A algunos turistas americanos les disgusta profundamente esta prohibición. Los militares están tratando rigurosamente de prevenir la importación de alcohol. A pesar de todo, siempre se contrabandea licor hasta el reino de Arabia Saudita. En secreto, un gran número de árabes beben licor cuando están en el extranjero. Después de comer, el musulmán virtuoso dice bismillah, lo que quiere decir «gracias a Dios». Cada vez que ocurre un accidente o un evento fuera de lo común, el musulmán dice inshallah que significa «es la voluntad de Dios». Hay una fuerte tendencia hacia la predestinación en El Corán y los musulmanes a menudo argumentan respecto a la doctrina de la predestinación y libre albedrío al igual que hacen muchas denominaciones cristianas en Estados Unidos.

Entre los musulmanes las mujeres no tienen ningún derecho, sino que se les considera peor que ciudadanos de segunda categoría. La señora Benizer Bhutto quien lograra alcanzar la presidencia en Paquistán, fue única en el mundo musulmán, pero no duró mucho. El ejército y los marinos de Estados Unidos en Arabia Saudita han violado las leyes islámicas al permitir que las mujeres conduzcan vehículos, camiones o aparezcan sin velo. Durante la guerra del golfo se le pidió al gobierno de Estados Unidos que no permitiera que las mujeres americanas aparecieran sin las túnicas reglamentarias cerca de los soldados sauditas porque esta vestidura es considerada por ellos como pornográfica.

La pornografía es rígidamente controlada en el reino, la correspondencia es revisada y cualquier fotografía de mujeres que no estén cubiertas de la cabeza a los pies son a menudo confiscadas. También es un hecho encubierto que la libertad de prensa no existe en ningún lugar en el territorio musulmán y que existe la censura absoluta tanto de palabra como de prensa. Incluso en Turquía, el cual en muchas formas es el más moderno de los países islámicos, no hay libertad política ni de expresión como en los países occidentales. Sin embargo, en Turquía existe mucha más libertad que en la mayoría de naciones islámicas.

Los musulmanes sostienen que todos los hombres son inferiores a Dios, pero que son iguales entre sí. Esta idea del igualitarismo ofrece la esperanza de que un día la democracia llegue a florecer en los países musulmanes. Sin embargo, todavía no es el caso porque ninguna nación musulmana está trabajando en la democracia. En la actualidad hay algún tipo de elecciones libres en Turquía y eso es lo más próximo a democracia que podemos ver en el mundo musulmán.

El odio de las naciones árabes por Israel es legendario. Los árabes sostienen que las promesas dadas a los judíos, los descendientes de Isaac, el hijo del pacto de Abraham, fueron en realidad dadas a los descendientes de Ismael y por eso reclaman a Palestina. El hecho de que Israel sea la única democracia en el Medio Oriente es una espina en el costado de los apologistas árabes. La represalia de Israel en contra de los árabes a menudo provoca frenesí comprensible entre los musulmanes. Pero lo que más les desagrada es el apoyo de Estados Unidos a Israel.

El otro punto de disputa es la propia libertad de que gozan las naciones en el occidente, especialmente en Estados Unidos. La libertad de expresión en Estados Unidos es algo que intoxica y repudian los musulmanes. No se trata de que los musulmanes no deseen la libertad, sino que no la anhelan hasta el punto de tener que pagar un precio moral tan alto ni aceptar la cultura pornográfica que es apoyada ahora en casi todo el mundo. Hasta cierto punto tienen toda la razón. Ellos no pueden entender cómo un gobierno puede tolerar los horrores que el Tío Sam ha estado apoyando.

En los países musulmanes, incluyendo Arabia Saudita, es reo de muerte cualquiera que convierte un musulmán a cualquier otra religión, incluyendo el cristianismo. A los capellanes norteamericanos que estuvieron en Arabia Saudita durante la guerra del golfo, se les pidió que se quitaran sus cruces y que ocultaran sus estrellas de David, por temor a ofender a los musulmanes que prohíben cualquier clase de proselitismo no musulmán.

Fue gracias a la intercesión del senador Jesse Helms y a los puntos que él destacó, que el gobierno saudita permitió que los militares norteamericanos pudieran llevar consigo sus Biblias a Arabia Saudita, incluso el ministerio de relaciones extranjeras Saudita, vio con complacencia que los cristianos y judíos estuvieran defendiendo a Arabia y vio la llegada de las Biblias como «una buena señal».

A los musulmanes no les gusta que se haya reducido el papel del hombre a fin de beneficiar a la mujer. Para un musulmán es inconcebible que el ejército de Estados Unidos tenga mujeres como soldados o que ellas desempeñen trabajos de hombres. Ningún musulmán puede siquiera tolerar la idea de que los niños estén bajo la custodia de mujeres. La idea de mujeres policías, juezas, oficiales o soldados es algo que perturba la mente de los musulmanes, pero tales ideas también habrían tenido un efecto similar entre los ciudadanos norteamericanos hace sólo cien años. Nadie puede prever qué le depara el futuro a los pueblos del islam. Sin embargo, podemos asumir que el fervor religioso de los fieles continuará perturbando la economía y pensamiento contemporáneo del occidente.

 

La raíz del problema actual

También se podría decir, hablando con algún cinismo, claro está, que todo es culpa de Karl Benz, el ingeniero alemán, que en 1885 inventó la batería eléctrica de ignición que más tarde se usaría en el motor de los automóviles. Esto ocurrió en 1893 y para 1903 Henry Ford usando un capital básico de $100.000 (Dlls.), inició la compañía Ford Motor Company y posteriormente inventó la línea de ensamblaje. Este pequeño paso de la humanidad, aunque insignificante en ese tiempo, fue en realidad un paso gigantesco. Abrió la puerta para que cada persona pudiera tener su propio vehículo de transportación. Después de esto nuestro mundo no sería el mismo.

Una cosa importante acerca de los vehículos es que necesitan de gasolina para funcionar. En un principio esto no era ningún problema, porque no habían muchos automóviles. Conforme el número fue aumentando en todo el mundo, la necesidad de gasolina se tornó prodigiosa. Desde la conclusión de la primera guerra mundial, la adicción universal por el petróleo ha sido aguda.

Hitler reconoció esto y durante la década de 1930 ordenó la construcción de plantas para elaborar petróleo sintético del carbón extraído en Alemania. Sin embargo, esto fue y permanece siendo un proceso muy costoso. Además, el Feuhrer de Alemania reconoció que tales plantas no pueden ser protegidas contra el bombardeo. Hoy sólo África del Sur usa este método. Esta atribulada nación, ha recurrido a este sistema parcialmente debido a la sanción en contra de ella al igual que para no llegar a depender del petróleo extranjero. El precio de este petróleo sintético es demasiado alto para poder ser considerado como una posibilidad factible para América.

La energía nuclear es peligrosa y sus residuos constituyen un problema, dudo que llegue a popularizarse algún día en Estados Unidos. El carbón causa demasiada polución y su limpieza ocasiona demasiados gastos. De tal manera, que hasta ahora el petróleo continúa siendo la fuerza que impulsa a los automóviles y a las maquinarias en el mundo civilizado. Ya hemos avanzando demasiado tecnológicamente y no hay manera de retroceder.

El resultado de esta realidad poco placentera es que cualquier potencia que controle las reservas globales de petróleo dominará el mundo. En el principio, Estados Unidos fue el principal proveedor de petróleo del mundo. El primer pozo fue perforado cerca de Titusville, Pennsylvania por Edwin I. Drake el 27 de agosto de 1859.

Es un hecho documentado que una de las principales fuentes de ingresos para las personas de La Meca, en Arabia fue el haji o peregrinaje. Durante la primera guerra mundial, los árabes casi fueron a la quiebra porque las hostilidades impedían el fácil acceso de los peregrinos a la ciudad santa. Sin embargo, cuando la guerra concluyó, una nueva riqueza ingresó a los bolsillos de los árabes quienes eran entonces los soberanos del Mandato Británico. Los problemas políticos y faccionales entre las tribus árabes, una vez más los empobrecieron convirtiendo el peregrinaje en un riesgo. Debido a su desesperada necesidad de dinero, la familia real Saudita finalmente permitió que los exploradores norteamericanos firmaran contratos para propósitos de perforaciones.

El 20 de marzo de 1938, los que perforaban el pozo número siete encontraron un gran yacimiento, desde entonces el mundo no ha vuelto a ser el mismo. En mayo de 1939, el buque cisterna D. G. Schofield zarpó de Ras Tanura colmado de petróleo saudita para exportar al exterior. Los campos petroleros en el Medio Oriente han demostrado ser los más inmensos sobre la faz de la tierra. El dinero no ha parado de ingresar desde que la embarcación D. G. Schofield levara anclas por primera vez. Los árabes ya nunca más serían pobres. Ya «la mano de todos (no está) contra él» y su progenie, los descendientes de Ismael, sino que ahora las personas llegan ante ellos con el sombrero en la mano.

Muy pronto, el mundo comenzó a depender más y más del petróleo árabe. Desde la revolución industrial las maquinarias mundiales cada vez dependen más del petróleo. El Medio Oriente se convirtió en el principal proveedor mundial. Aunque en el momento no tengo disponible las cifras exactas, se sabe que las naciones islámicas con las mayores reservas de petróleo son: Irán, Iraq y Arabia Saudita. Las diferencias políticas y religiosas entre cada una de estas naciones las convierte en competidores. Otro pequeño reino rico en petróleo en el área de golfo Pérsico era Kuwait. Fue esto lo que motivó la codicia de Saddam Hussein para invadir a Kuwait, ya que razonaba que si lograba apropiarse de Kuwait podría controlar casi la mitad de las reservas mundiales de petróleo.

Considere esto: Si alguien llegara a controlar la mitad de las reservas de petróleo en el Medio Oriente y por alguna razón tuviera problemas con Europa o Japón, esto crearía un caos económico. Fue por esta misma razón que a Estados Unidos no le convenía que Iraq y Kuwait se fusionaran. Entre más competencia exista entre los países árabes mejores son los precios del petróleo para los compradores.

Se estima que Estados Unidos sólo compra un 10% del petróleo árabe dependiendo en su mayor parte de México y Venezuela para su suministro. No obstante, si algo le ocurriera al petróleo en el Medio Oriente, estos dos países de inmediato aumentarían sus precios. Si el valor de barril de petróleo aumenta, los principales países exportadores del mundo automáticamente tendrían que elevar el precio de sus bienes provocando una recesión mundial.

Vemos entonces que la «realidad económica» fue la causa número uno de la intervención de Estados Unidos en la guerra del golfo Pérsico. Mientras que la segunda razón fue la inestabilidad política de la región y de sus líderes.

A la luz de todo lo que está ocurriendo en el Medio Oriente, el auge del fundamentalismo musulmán desde África del Norte hasta Indonesia, creo que vale la pena tratar de comprender un poco mejor las creencias sustentadas por esos profundos movimientos políticos, militares y religiosos en esa área crítica del mundo. Las señales del apocalipsis que se aproxima dadas en El Corán, caen en dos grupos diferentes: Las señales proféticas menores y las señales proféticas mayores.

 

Las señales proféticas menores

• La decadencia de la fe y el aumento de la sensualidad.

• Tumultos y sediciones en todas partes.

• Una gran guerra con los turcos y gran tensión en todo el mundo.

• La rebelión de Siria e Iraq.

• La expansión de la ciudad sagrada de Medina.

 

Las señales proféticas mayores

 • Se manifestarán señales sobrenaturales en el cielo, incluyendo la salida del sol por el oeste, un eclipse especial de luna y humo colmando toda la tierra.

 • Habrá una guerra con los griegos (los europeos) y Constantinopla será tomada por 70.000 judíos; en medio de esta victoria surgirá el Anticristo.

• Vendrá el Anticristo, llamado al Masih al Dajjal (que quiere decir el falsario o Cristo mentiroso); tendrá un ojo y estará marcado en la frente con las letras CFR, que quieren decir Cafer o infiel; él será el último en una serie de anticristos; los judíos inicialmente le aceptarán como el Mesías ben David, creyendo que será quien restaurará su reino; el Anticristo aparecerá cerca de Iraq y Siria, irá montado en un pollino y será seguido por 70.000 judíos, dejará desolados muchos lugares y finalmente será muerto por Jesús, quien se encontrará con él ante la puerta (la puerta oriental sellada). involucrará a los musulmanes y a los bárbaros de Magog (Yajuj y Majuj); ellos desaguarán el mar de Tiberias y atacarán a Jerusalén; Jesús y Dios destruirán juntos el ejército y será provisto un gran sacrificio con los animales y aves; tomará siete años quemar las armas de la guerra hasta que Dios limpie la tierra con lluvia.

• Jesús descenderá al mundo en algún lugar cerca de Damasco, derrotará los ejércitos del Anticristo y le dará muerte; después de eso, Jesús proveerá gran seguridad, prosperidad y paz; todo el odio y malicia será destruido, la naturaleza será domada y los leones y los corderos convivirán en paz.

• Los árabes retornarán a la adoración pagana.

• Se descubrirá gran cantidad de oro y plata bajo el río Éufrates, lo cual provocará la destrucción de muchos.

• La Kaaba o templo de La Meca, será destruido por los ejércitos etíopes.

• El fuego estallará en Yemen.

• Vendrá el Mohdi o director, el cual se cree será un descendiente directo del profeta Mahoma, el último de los 12 imanes (es decir, de los líderes espirituales) nacido en el año 255 de la hégira, del calendario árabe.

• Sonarán tres grandes toques de trompeta; el de la consternación, el de la muerte y el de la resurrección.

El Corán enseña que habrá un período de juicio del reino el cual durará mil años siguiendo a la gran crisis que pondrá fin a esta edad.

 

La similitud con la profecía bíblica

Aunque hay un buen número de características diferentes en esta escatología islámica, muchas de las profecías fueron tomadas directamente del Antiguo Testamento. En ellas se les da un lugar prominente a Jesús, el Anticristo, el milenio y la guerra de Gog y Magog. Como Mahoma citó a los profetas Ezequiel, Daniel, Joel, Isaías y Jesús, no sorprende entonces que encontremos en sus escritos tantas características apocalípticas de los judíos y cristianos.

En el libro de Apocalipsis dice que durante el terrible período conocido como la gran tribulación, 144.000 testigos judíos de las 12 tribus le predicarán a toda la humanidad sobre el reino celestial que se aproxima y el Rey venidero. El profeta Juan dijo que la enseñanza de estos testigos y la proclamación sobrenatural de los mensajeros angélicos, motivará el mayor despertar espiritual de la historia. Juan describe a "una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero..." (Ap. 7:9). Más tarde el ángel identifica a este inmenso grupo, como "los que han salido de la gran tribulación, y han lavado sus ropas, y las han emblanquecido en la sangre del Cordero" (Ap. 7:14).

Creo que la mayor respuesta a la proclamación del mensaje de Dios será de parte de esas personas en el mundo que no han sido evangelizadas. Es obvio que habrá seres humanos en Norte América que también responderán a estos eventos sobrenaturales y mensajes de la tribulación, porque el ángel dice que esa gran multitud estará integrada por personas «de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas». No obstante, es muy improbable que entre esos mártires que creerán en Jesucristo y sufrirán el martirio bajo el Anticristo, se encuentre un gran número de esos que han rechazado el gentil llamado de Cristo durante la edad de la gracia. Es muy posible que la mayor respuesta vendrá de esas partes que no han sido evangelizadas hasta ahora, incluyendo a los países musulmanes e hindúes en donde viven más de la mitad de la humanidad.

Tal parece que Dios usará las enseñanzas en El Corán acerca de Jesús y el Anticristo para preparar al pueblo musulmán para que acepte el verdadero mensaje del evangelio predicado por los testigos judíos durante el período de la tribulación.

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