Logo
Imprimir esta página

Igual que mi perro

Un niñito de seis años fue invitado a almorzar en la casa del vecino.  Cuando estaban sentados todos en la mesa se sirvió la comida.  El niño estaba confundido y con la franqueza característica de su edad le preguntó al dueño de la casa: “¿No hacen ninguna oración antes de comer?”.

El anfitrión estaba avergonzado por la pregunta tan atrevida del niño y murmurando replicó: “No, no tenemos tiempo para eso”.  El niño se quedó en silencio por un momento y luego dijo: “Hacen exactamente lo mismo que mi perro, se van directo y comen”.
Al Bryant

Diseño © Radio América