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El prisionero que no quiso ser libre

Cuando la Bastilla estaba próxima a ser destruida, un prisionero fue sacado de la tenebrosa celda en que se encontraba encerrado.  En lugar de recibir gozosamente la libertad que le estaban garantizando, por extraño que parezca, suplicó que le llevaran de regreso a su calabozo.  Hacía tanto tiempo que no había visto la luz que sus ojos no podían soportar el resplandor del sol.

Además de esto, todos sus amigos habían muerto, no tenía hogar y no podía moverse porque sus extremidades estaban entumecidas.  Su mayor deseo ahora era que le permitieran morir en el lóbrego y oscuro calabozo donde había estado cautivo por tanto tiempo.
Denton

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