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Un tiempo de dar gracias

Ya se aproxima la conclusión del año 2020, y tristemente todos tenemos que admitir que ha sido uno de los más aciagos de nuestra existencia.  La pandemia del Covid-19 y la recesión económica resultante, han afectado negativamente la salud mental de muchas personas, creando además nuevas complicaciones para quienes ya padecían enfermedades psicológicas y trastornos por el uso de medicamentos.

En este primer domingo del mes de diciembre, deseamos pedir a todos los hermanos, y en particular a los que son miembros de nuestra Iglesia o siguen este ministerio a través de la Radio, o Internet, que durante este periodo, tomemos un tiempo cada día para reflexionar en el significado y motivo original de la celebración de diciembre: que es el don de Jesús nuestro bendito Salvador.

Si usted es cabeza de familia, ore con todas las personas que viven en su casa, ya sea cuando se encuentran sentados ante la mesa, o en un momento de tranquilidad, enfocándose en el significado de la Navidad, porque la oración nos recuerda las cosas que son verdaderamente importantes en esta vida.

Tomemos un tiempo diario para acercarnos a Dios y darle gracias por nuestra salvación en Cristo Jesús.  Estas oraciones, ya sea que las hagamos antes de comer cada día o cuando estemos reunidos con familiares o amigos, inspirarán a todos los presentes a dar gracias y regocijarse.  ¡Permita nuestro Padre Celestial que estas palabras llenen la mente, corazón y espíritu de cada uno con alegría y gratitud!

Es muy posible que las circunstancias que lo rodean lo hayan deprimido, y que se sienta algo perturbado en esta temporada de angustia y confusión.  Pero quizás ahora sea el momento más apropiado, para que reconsidere ¡que las tiernas misericordias del Señor se derraman en la vida de cada uno de nosotros todos los días!

Creemos que es importante que todos retrocedamos y meditemos realmente en dónde nos encontramos, tanto como ciudadanos, como individuos. A veces es fácil quedar atrapados en las molestias de la vida, y sentirnos decepcionados por los engaños.  Tal como les ha ocurrido a los creyentes norteamericanos, incluso hasta a personas en otras partes del mundo, quienes esperaban la reelección del señor Trump como Presidente, pero no fue así.  Muchos de nosotros estamos experimentando estos sentimientos, por lo tanto, es importante que meditemos en las tiernas misericordias del Señor Dios.

Para hacerlo buscaremos en nuestras Biblias el Salmo 25.  Fue escrito por el Rey David, y comienza diciendo en los versículos 1-3: “A ti, oh Jehová, levantaré mi alma. Dios mío, en ti confío; no sea yo avergonzado, no se alegren de mí mis enemigos. Ciertamente ninguno de cuantos esperan en ti será confundido; serán avergonzados los que se rebelan sin causa”.

A veces es fácil impacientarse.  Nos sentimos intranquilos por lo que el Señor está haciendo, o por lo que percibimos que quizás no está haciendo. Pero, como escribió el Rey David, ninguno de los que esperamos en Él nos avergonzaremos jamás.
En otras ocasiones corremos de aquí para allá, tratando de hacer lo que consideramos necesario.  El Pastor Holowaty, en ocasiones cuando bromeaba a este respecto, decía: «¡No puedo esperar hasta tener un poco de paciencia!»  Pero la realidad es que el Señor nos está enseñando a tener paciencia todos los días, y a veces nos ayuda a ponerla en práctica con esas cosas que tenemos que esperar. 

Esta ha sido una triste realidad en este año, con el gran desastre que estamos viviendo.  Pero nosotros creemos, que con todo esto, Dios nos está dando la oportunidad de aprender a tener aceptación y perseverancia.
Y siguen diciendo los versículos 4, 5 del Salmo 25: “Muéstrame, oh Jehová, tus caminos; enséñame tus sendas. Encamíname en tu verdad, y enséñame, porque tú eres el Dios de mi salvación; en ti he esperado todo el día”.  Pero... ¿Cómo exactamente nos enseña el Señor Sus caminos, y nos muestra y conduce a Sus verdades?  ¡Claramente, por Su Santa Palabra!

De tal manera que si pedimos al Señor Jesús en oración que nos enseñe Sus caminos, nos guíe por Sus sendas y nos muestre Sus verdades, pero no estudiamos la Palabra de Dios, entonces no estamos realmente aspirando a recibir esa bendición, ni mucho menos guardarla en nuestro corazón, ni aplicarla a nuestra vida.  Por lo tanto, si nos encontramos buscando la verdad en un mundo que ha abrazado el relativismo, debemos asegurarnos de estar bien cimentados en la Palabra de Dios, que es la Verdad.

El relativismo es la teoría popular de nuestros días, de que nada es verdad o mentira, ni bueno, ni malo, sino que todo depende de la forma cómo lo considere cada persona.

Al llegar al versículo 6, David le dice a Dios: “Acuérdate, oh Jehová, de tus piedades y de tus misericordias, que son perpetuas”.  Las palabras “piedades y misericordias” fueron traducidas en otras versiones de la Biblia como “las tiernas compasiones” del Señor.  Sus misericordias son inmerecidas, y Él nos las otorga por Su gracia, sin embargo, son tiernas todos los días.
Continuará...

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