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Seis consejos para comenzar el nuevo año - P2

3. Cuente sus bendiciones
Es en momentos como éste que estamos viviendo ahora mismo, que nuestras bendiciones se vuelven más claras, ricas y significativas.  Algo sucede en lo profundo de nuestro corazón cuando las contamos.  Efesios 1: 3 dice: “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo”.  Por lo tanto, empecemos a contar todas las bendiciones que hemos recibido en este año 2021 que ya concluye.

Cuando pensamos en todo esto, nuestra concentración se agudizará y nuestra percepción de lo que es verdaderamente importante se enfocará mejor, permitiendo que apreciemos y disfrutemos las simples bendiciones de la vida.

La Biblia dice: “Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús” (1 Ts. 5:18).  De la abundancia del Señor, hemos recibido innumerables bendiciones.  Aprovechemos esta oportunidad para enfocarnos en Él y estar agradecidos por ellas.

4. Confíe en sus Promesas
Un hombre le dijo una vez al evangelista Dwight Lyman Moody: «Encontré un versículo maravilloso para ayudarme a superar mi miedo».  Citando a continuación el Salmo 56:3: “En el día que temo, yo en ti confío”.  El Hermano Moody respondió: «Puedo darle una mejor promesa», mencionando a continuación Isaías 12:2: “He aquí Dios es salvación mía; me aseguraré y no temeré; porque mi fortaleza y mi canción es JAH Jehová, quien ha sido salvación para mí”.

Antes de fallecer en el año 2016 debido a complicaciones de esclerosis lateral amiotrófica, el Pastor Ed Dobson escribió un pequeño libro titulado Oraciones y Promesas, en el que describió la debilidad que sintió mientras estuvo enfermo.  Durante años, se sintió abrumado mientras leía la Palabra de Dios, pero llegó un momento en que se le volvió difícil leer la Biblia e incluso hasta orar.  Dios le respondió dándole algunos versículos cada día que lo mantuvieron tranquilo y fuerte. 

Hebreos 13:5, 6 lo ayudó más que cualquier otro pasaje de la Biblia: “Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré; de manera que podemos decir confiadamente: El Señor es mi ayudador; no temeré Lo que me pueda hacer el hombre”.  Dios nos ha dado muchas promesas en Su Palabra, ¡solo debemos confiar en ellas!

5. Considere su responsabilidad
Al escribir para The Gospel Coalition (La Coalición del Evangelio), una red de publicación a través de Internet, Todd Wagner afirmó, que «A lo largo de la historia, los cristianos a menudo se han destacado porque han estado dispuestos a ayudar a los enfermos, incluso durante plagas, pandemias y persecuciones. Amaban a la gente y no le temían a la muerte porque entendían que ‘vivir es Cristo y morir es ganancia’ (Fil. 1:21). Fue así como al involucrarse y preocuparse por atender a los enfermos pudieron demostrarles su fe a un mundo que los observaba».

Entonces, en lugar de simplemente estar preocupados por no contagiarnos, o por decidir si debemos aplicarnos o no las vacunas, o cómo podemos mantenernos saludables, debemos preguntarnos: «¿Cómo puedo ayudar a los enfermos?»  Seamos rápidos para ayudar y lentos para escondernos en nuestros hogares.

Durante este tiempo de incertidumbre sin precedentes, es necesario alentar y cuidar a otros.  Llame o envíe un mensaje de texto a alguien con una palabra de aliento.  Averigüe las necesidades de las personas enfermas (medicina, alimentos, etc.), y vea la forma de cómo poder proveérselas. Ofrézcase para hacer un mandado a alguien que esté confinado en su casa.  Tómese el tiempo para orar con alguien por teléfono.  Todos podemos ser las manos de Jesús que se extienden a los necesitados hoy.  Consideremos esto como una responsabilidad.

6. Continuemos trabajando
Hay muchas cosas a las que estábamos acostumbrados y que no podemos hacer ahora.  Algunas actividades pueden cambiar quizás para siempre debido a los protocolos recientes y las realidades económicas.  En lugar de centrarnos en lo que no podemos hacer, ocupémonos en lo que sí podemos realizar.

El hecho de que estemos en esta tierra es una clara indicación de que Dios tiene un trabajo significativo para nosotros.  Si oramos y le pedimos que nos guíe, Él nos mostrará lo siguiente que debemos hacer.  Incluso mientras luchamos contra la pandemia, Jesús viene a nosotros en nuestra lucha, ofreciéndonos la paz y el aliento que necesitamos.  En Juan 14:27, dijo: “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo”.

Tenemos acceso a la paz divina y la fuerza sobrenatural a través de Jesucristo, nuestro Señor.  La única pregunta es, si aprovecharemos ese poder.  Nuestra oración es que se una a nosotros para elegir responder a esta crisis con paz en lugar de pánico.

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