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El reino de Israel bajo Salomón y bajo el Señor Jesucristo

El Reino de Israel bajo Salomón

Una de las vidas más fascinantes en toda la historia fue la del gran rey Salomón, quien reinó 40 años sobre Israel durante su periodo de más grande influencia, aproximadamente desde los años 971 al 931 a. C.  Esto incluía un breve periodo, cuando la antigua promesa que le diera Dios a Abraham registrada en Génesis 15:18, concerniente a la extensión geográfica de la tierra prometida, tuvo cumplimiento; de que el territorio se extendería “... desde el río de Egipto hasta el río grande, el río Éufrates”, al norte de Siria.

Sin embargo, la influencia de Salomón se extendió mucho más allá de los límites de su reino.  Según el registro bíblico, “Era mayor la sabiduría de Salomón que la de todos los orientales, y que toda la sabiduría de los egipcios. Aun fue más sabio que todos los hombres... y fue conocido entre todas las naciones de alrededor. Y para oír la sabiduría de Salomón venían de todos los pueblos y de todos los reyes de la tierra, adonde había llegado la fama de su sabiduría” (1 R. 4:30, 31, 34).

Su reinado además fue extraordinariamente próspero: “Y excedió el rey Salomón a todos los reyes de la tierra en riqueza y en sabiduría” (2 Cr. 9:22).  Finalmente, durante su gobierno reinó la paz.  Mientras que su padre, el rey David, tuvo que librar muchas guerras, incluso hasta una guerra civil contra su hijo Absalón, Salomón “señoreaba en toda la región al oeste del Éufrates, desde Tifsa hasta Gaza, sobre todos los reyes al oeste del Éufrates; y tuvo paz por todos lados alrededor” (1 R. 4:24).

Este versículo implica que Salomón reinaba sobre todas las provincias desde el río Éufrates hasta la tierra de los filisteos, y aun hasta las fronteras de Egipto.  El Éufrates estaba al este de los dominios de Salomón; los filisteos estaban al oeste, sobre el mar Mediterráneo; y Egipto estaba al sur.  Salomón tenía como tributarios, los reinos de Siria, Damasco, Moab y Amón, que estaban entre el Éufrates y el Mediterráneo.  De modo que parece que poseía todas las tierras que Dios le prometiera a Abraham que daría a su posteridad.

Según la Enciclopedia Británica edición 1980, este reino abarcaba un área de 720.000 kilómetros cuadrados.  Se extendía hasta lo que hoy se conoce como las Alturas del Golán, el territorio de Siria, Jordania, Damasco y Egipto.

Por otra parte, según Wikipedia, la extensión actual del territorio de Israel es de 22.145 kilómetros cuadrados, es decir, que todavía le faltan 697.855 kilómetros cuadrados para igualar la extensión del reino de Salomón.

El Reino de Israel bajo el Señor Jesucristo

El reino terrenal de Israel, el cual es diferente a la Nueva Jerusalén celestial descrita en Apocalipsis 21:9-22:7, continuará durante el milenio.  Será entonces que tendrán pleno cumplimiento las promesas largamente esperadas que se relacionan con esta ciudad.  Por ejemplo, profecías tales como estas:

1. “Acontecerá en lo postrero de los tiempos, que será confirmado el monte de la casa de Jehová como cabeza de los montes, y será exaltado sobre los collados, y correrán a él todas las naciones. Y vendrán muchos pueblos, y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará sus caminos, y caminaremos por sus sendas. Porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová. Y juzgará entre las naciones, y reprenderá a muchos pueblos; y volverán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en hoces; no alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra” (Is. 2:2-4).

2. “Alza tus ojos alrededor y mira, todos éstos se han juntado, vinieron a ti; tus hijos vendrán de lejos, y tus hijas serán llevadas en brazos. Entonces verás, y resplandecerás; se maravillará y ensanchará tu corazón, porque se haya vuelto a ti la multitud del mar, y las riquezas de las naciones hayan venido a ti. Multitud de camellos te cubrirá; dromedarios de Madián y de Efa; vendrán todos los de Sabá; traerán oro e incienso, y publicarán alabanzas de Jehová. Todo el ganado de Cedar será juntado para ti; carneros de Nebaiot te serán servidos; serán ofrecidos con agrado sobre mi altar, y glorificaré la casa de mi gloria” (Is. 60:4-7).

3. “Y serás corona de gloria en la mano de Jehová, y diadema de reino en la mano del Dios tuyo. Nunca más te llamarán Desamparada, ni tu tierra se dirá más Desolada; sino que serás llamada Hefzi-bá, y tu tierra, Beula; porque el amor de Jehová estará en ti, y tu tierra será desposada. Pues como el joven se desposa con la virgen, se desposarán contigo tus hijos; y como el gozo del esposo con la esposa, así se gozará contigo el Dios tuyo” (Is. 62:3-5).

4. “Acontecerá en los postreros tiempos que el monte de la casa de Jehová será establecido por cabecera de montes, y más alto que los collados, y correrán a él los pueblos. Vendrán muchas naciones, y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, y a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará en sus caminos, y andaremos por sus veredas; porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová. Y él juzgará entre muchos pueblos, y corregirá a naciones poderosas hasta muy lejos; y martillarán sus espadas para azadones, y sus lanzas para hoces; no alzará espada nación contra nación, ni se ensayarán más para la guerra. Y se sentará cada uno debajo de su vid y debajo de su higuera, y no habrá quien los amedrente; porque la boca de Jehová de los ejércitos lo ha hablado” (Mi. 4:1-4).

5. “Toda la tierra se volverá como llanura desde Geba hasta Rimón al sur de Jerusalén; y ésta será enaltecida, y habitada en su lugar desde la puerta de Benjamín hasta el lugar de la puerta primera, hasta la puerta del Ángulo, y desde la torre de Hananeel hasta los lagares del rey” (Zac. 14:10).

Espiritualmente, Jerusalén será la ciudad santa, de justicia, la ciudad de Jehová porque de nuevo se verá la manifestación visible de su presencia.  Será la ciudad de adoración, no sólo para Israel, sino para todas las naciones del mundo.

Políticamente será el centro de toda la tierra, porque el Mesías Rey y Sacerdote, reinará desde Jerusalén sobre todas las naciones, sin temor a invasor alguno.  Será la ciudad de paz y gozo incondicionales, y la más gloriosa y prominente del mundo.

Físicamente, bajo el reinado del Señor Jesucristo, Jerusalén será ensanchada grandemente, abarcando un área superior a la del reino de Salomón, el cual como ya hemos visto, se extendía hasta lo que hoy se conoce como las Alturas del Golán, el territorio de Siria, Jordania y Egipto.

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