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Cronología de la Tribulación (III)

Quinta trompeta

“El quinto ángel tocó la trompeta, y vi una estrella que cayó del cielo a la tierra; y se le dio la llave del pozo del abismo” (Ap. 9:1).  Es obvio que la palabra “estrella” en este versículo se usa en forma figurada.  La llave del pozo del abismo no se le puede dar a una cosa o a un objeto, sino a un ser.  Aquí la palabra estrella se usa como muchas veces la usamos para referirnos “a una estrella de cine, del deporte”, etc., e indica que se trata de un ángel.

“Y abrió el pozo del abismo, y subió humo del pozo como humo de un gran horno; y se oscureció el sol y el aire por el humo del pozo.  Y del humo salieron langostas sobre la tierra; y se les dio poder, como tienen poder los escorpiones de la tierra” (Ap. 9:2, 3).  Cuando se abra el pozo del abismo el aire llegará a estar saturado con humo y niebla y en medio de esto emergerán unas criaturas como escorpiones, las cuales no tienen contraparte en toda la historia.  Algunos les llaman “querubines infernales”.  “Tenían corazas como corazas de hierro; el ruido de sus alas era como el estruendo de muchos carros de caballos corriendo a la batalla; tenían colas como de escorpiones, y también aguijones; y en sus colas tenían poder para dañar a los hombres durante cinco meses” (Ap. 9:9, 10).

Hay discrepancia entre los expositores bíblicos respecto a estas criaturas, algunos sugieren que son quimeras productos de la ingeniería genética, otros afirman que son criaturas espirituales que vendrán a la tierra con el propósito de perseguir a las personas más allá de nuestra comprensión.  Cuando los seres humanos vean estas criaturas sin dudas sus corazones sucumbirían al terror.

“Y tienen por rey sobre ellos al ángel del abismo, cuyo nombre en hebreo es Abadón, y en griego, Apolión” (Ap. 9:11).  El nombre en griego del ángel líder de estos espíritus diabólicos, Apolión, significa “Destructor”.  A diferencia de cualquier clase de langosta que haya existido antes que ellas, estas no van a dañar la vegetación sino a los seres humanos.  No matarán a las personas, sino que las atormentarán por cinco meses.  La Biblia describe este tormento “como tormento de escorpión cuando hiere al hombre” (Ap. 9:5).  La picadura del escorpión es considerada una de las más dolorosas conocidas.  El dolor será tan intenso, que “en aquellos días los hombres buscarán la muerte, pero no la hallarán; y ansiarán morir, pero la muerte huirá de ellos” (Ap. 9:6).

Sexta trompeta

“El sexto ángel tocó la trompeta, y oí una voz de entre los cuatro cuernos del altar de oro que estaba delante de Dios, diciendo al sexto ángel que tenía la trompeta: Desata a los cuatro ángeles que están atados junto al gran río Éufrates.  Y fueron desatados los cuatro ángeles que estaban preparados para la hora, día, mes y año, a fin de matar a la tercera parte de los hombres” (Ap. 9:13-15).  Al toque de la sexta trompeta serán desatados cuatro ángeles, que deben ser diabólicos porque están atados. 

“Y el número de los ejércitos de los jinetes era doscientos millones. Yo oí su número.  Así vi en visión los caballos y a sus jinetes, los cuales tenían corazas de fuego, de zafiro y de azufre. Y las cabezas de los caballos eran como cabezas de leones; y de su boca salían fuego, humo y azufre.  Por estas tres plagas fue muerta la tercera parte de los hombres; por el fuego, el humo y el azufre que salían de su boca.  Pues el poder de los caballos estaba en su boca y en sus colas; porque sus colas, semejantes a serpientes, tenían cabezas, y con ellas dañaban” (Ap. 9:16-19).

Este ejército será algo sin precedentes y los cuatros ángeles que estaban atados serán sus líderes.  Algunos teólogos creen que no son seres humanos sino espíritus diabólicos.  Otros creen, que bien podrían ser criaturas producto de la manipulación genética o la clonación.  Ellos le darán muerte a un tercio de la población mundial.  El río Éufrates era una frontera protectora natural en contra de los imperios del Este.  En la actualidad, gracias a la represa Ataturk que se construyera allí en 1990, es posible detener el curso del río en cuestión de minutos, lo cual permitirá el paso a los ejércitos de Oriente: “El sexto ángel derramó su copa sobre el gran río Éufrates; y el agua de éste se secó, para que estuviese preparado el camino a los reyes del oriente” (Ap. 16:12).

Séptima trompeta

“El séptimo ángel tocó la trompeta, y hubo grandes voces en el cielo, que decían: Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos” (Ap. 11:15).  Los cristianos que creen que el rapto tendrá lugar después de la Tribulación, argumentan que esta séptima trompeta, es la última trompeta mencionada en 1 Corintios 15:52, que dice: En un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados”; y que hay una fuerte correlación entre los eventos mencionados en Isaías 27:13, donde leemos: Acontecerá también en aquel día, que se tocará con gran trompeta, y vendrán los que habían sido esparcidos en la tierra de Asiria, y los que habían sido desterrados a Egipto, y adorarán a Jehová en el monte santo, en Jerusalén”; Mateo 24:29-31: E inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo, y las potencias de los cielos serán conmovidas. Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria. Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro; y 1 Tesalonicenses 4:16: Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero”.

Usan estos paralelos para apoyar la doctrina del rapto después de la Tribulación.  Sin embargo, la naturaleza de la séptima trompeta sólo indica que el misterio de Dios ha concluido, tal como dice Apocalipsis 10:6, 7: “Y juró por el que vive por los siglos de los siglos, que creó el cielo y las cosas que están en él, y la tierra y las cosas que están en ella, y el mar y las cosas que están en él, que el tiempo no sería más, sino que en los días de la voz del séptimo ángel, cuando él comience a tocar la trompeta, el misterio de Dios se consumará, como él lo anunció a sus siervos los profetas”.

Continuará...

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