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¿Dios también tiene fe?

¿Sabe usted que existen muchos predicadores quienes enseñan que Dios también tiene fe?  Pero... ¿Acaso no es cierto que Él es Omnisciente (que lo sabe todo)?  Y si tiene fe, ¿fe en qué o en quién?  Los que predican esta herejía, afirman que Dios tiene fe en nosotros.  Pero Dios dice todo lo contrario.  Él dice: “Yo conozco tus obras…” (Ap. 3:15a).  Él no necesita creer en nadie ni en nada, porque conoce todo y a todos: “Oh Jehová, tú me has examinado y conocido. Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme; has entendido desde lejos mis pensamientos. Has escudriñado mi andar y mi reposo, y todos mis caminos te son conocidos. Pues aún no está la palabra en mi lengua, y he aquí, oh Jehová, tú la sabes toda. Detrás y delante me rodeaste, y sobre mí pusiste tu mano. Tal conocimiento es demasiado maravilloso para mí; alto es, no lo puedo comprender. ¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia? Si subiere a los cielos, allí estás tú; y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás. Si tomare las alas del alba y habitare en el extremo del mar, aun allí me guiará tu mano, y me asirá tu diestra. Si dijere: Ciertamente las tinieblas me encubrirán; aun la noche resplandecerá alrededor de mí. Aun las tinieblas no encubren de ti, Y la noche resplandece como el día; lo mismo te son las tinieblas que la luz. Porque tú formaste mis entrañas; tú me hiciste en el vientre de mi madre. Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; estoy maravillado, y mi alma lo sabe muy bien. No fue encubierto de ti mi cuerpo, bien que en oculto fui formado, y entretejido en lo más profundo de la tierra. Mi embrión vieron tus ojos, y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, sin faltar una de ellas” (Sal. 139:1-16).

¿Será cierto que Dios confía en nosotros y al mismo tiempo dice que es maldita la persona que confía en los hombres?  “Así ha dicho Jehová: Maldito el varón que confía en el hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta de Jehová” (Jer. 17:5).  “No creáis en amigo, ni confiéis en príncipe; de la que duerme a tu lado cuídate, no abras tu boca” (Mi. 7:5).

Los predicadores de la herejía conocida como «La Palabra de Fe», enseñan que, usted dice algo con fe y puede crear nuevos mundos, tal como Dios creó todas las cosas según Génesis 1 y 2. ¿Qué base bíblica usan estos modernos herejes para enseñar sus desvaríos?  Le parecerá extraño, pero ellos usan las palabras en Marcos 11:22b, donde dice: “Tened fe en Dios”.  ¿Acaso existe la posibilidad a que esto signifique... Dios tiene fe en el hombre?

Es probable que sea Satanás, no Dios, quien tiene fe en “caballos bien alimentados”, que, aunque no relinchen tras la mujer de su prójimo, sí relinchan por televisión tras el dólar y el euro: Como caballos bien alimentados, cada cual relinchaba tras la mujer de su prójimo” (Jer. 5:8).

La idea que afirma que Dios tiene fe en los hombres es herejía mayor y sin duda el nuevo invento de Satanás le resultó bien.  ¡Quién diría que los cristianos llegarían a rebajar tanto a Dios y a su Palabra!

Esta “teología” es más bien una “tergiversiología”.  Estos “predicadores” están vomitando todas sus herejías.  Lo peor de todo es que se burlan directamente de Dios: “Sabiendo primero esto, que en los postreros días vendrán burladores, andando según sus propias concupiscencias” (2 P. 3:3).  Si usted no sabe quiénes son los maestros del poder de la palabra, mientras los escuche, ellos dicen, por ejemplo:

1. Usted puede tener lo que declare con sus labios.  Dios (dicen ellos) promete salud, sanidad, milagros y prosperidad material a todo el que tiene fe y lo confiesa positivamente con sus labios.

2. La razón por qué no se ha sanado, es porque no tiene suficiente fe.

3. Es necesario repetir en forma audible ciertos versículos bíblicos, visualizar en la mente las cosas materiales que se deseen y orar pidiéndolas a Dios.  Pero el Señor nos dice: “Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos.  No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis” (Mt. 6:7, 8).

4. Se deben atar y reprender a esos espíritus que estropean nuestra salud o impiden que recibamos las riquezas.

5. Nosotros podemos escribir nuestro propio boleto con Dios si decidimos lo que queremos, creemos que es nuestro y lo confesamos con la boca.

6. Fe no es algo que tenemos mucho, es algo que hacemos.

7. Hay que ofrendarle grandes cantidades de dinero a cualquiera de los que profesan esta creencia, “porque Dios lo devolverá multiplicado en forma sobrenatural”.

8. Todo lo anterior está acompañado además por las lenguas, la risa sagrada, y diversas manifestaciones del “espíritu”.

Lo que está ocurriendo no es nada nuevo, se deriva de un viejo problema, un problema con el cual, incluso hasta la nación de Israel ha luchado.  Este pasaje de Jueces lo resume muy bien: “En estos días no había rey en Israel; cada uno hacía lo que bien le parecía” (Jue. 21:25).

Sin embargo, estos “maestros de la fe” dicen: «Nosotros no estamos haciendo lo que es correcto ante nuestros propios ojos... estamos haciendo lo que Dios dice.  Estamos caminando por fe en su Palabra.  ¡Estamos viviendo en la voluntad perfecta de Dios!»  Si esto es lo que Dios dice, entonces los que creemos en la Palabra inspirada por el Espíritu Santo seguramente estamos totalmente equivocados.  Ninguna persona salva por la fe en Cristo jamás aceptaría tanta burla de la Palabra de Dios.

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