“Israel contra Irán”
- Fecha de publicación: Sábado, 21 Junio 2025, 17:23 horas
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Una batalla que el mundo entero sabía que llegaría desde hace 20 años, una batalla que se volvió inevitable en el momento en que el entonces presidente iraní Mahmoud Ahmadinejad abandonó toda pretensión de moderación y comenzó a pedir abiertamente la «aniquilación de Israel» en el escenario mundial.
Lo que Israel asestó en las primeras horas de la mañana del viernes 13 de junio del 2025, pasará a la historia como uno de los mayores ataques preventivos en la historia militar, rivalizando o superando los primeros disparos de la Guerra de los Seis Días hace casi 60 años. Las instalaciones nucleares iraníes fueron atacadas, científicos nucleares fueron asesinados y altos líderes militares fueron eliminados. En una sola noche, el poder militar de Irán fue diezmado y sus ambiciones nucleares retrocedieron por lo menos un año.
Según la inteligencia estadounidense e israelí, Irán había enriquecido suficiente uranio para fabricar casi diez bombas nucleares y estaba acercándose al punto de no retorno. Cualquier demora adicional podría haber conducido a una catástrofe global y al ascenso del principal patrocinador y difusor del terrorismo mundial al estatus de potencia nuclear.
El peligro no radicaba únicamente en que Irán pudiera colocar ojivas nucleares en los misiles balísticos que ha lanzado contra Israel, aunque ese peligro era grande. No hay forma de prever qué harían los ayatolás (máxima autoridad religiosa de Irán) con un arsenal nuclear. Ciertamente, usarían su amenaza nuclear para subyugar al resto de Medio Oriente, de la misma manera que han subyugado a Siria, Líbano, Gaza y Yemen durante el último medio siglo.
Otros países, como Arabia Saudita, se verían obligados a desarrollar sus propios programas de armas nucleares para contrarrestar a Irán, lo que desencadenaría una peligrosa carrera armamentista nuclear y una proliferación en todo Medio Oriente. La Tercera Guerra Mundial estaría a un solo error de cálculo en un Medio Oriente lleno de armas nucleares.
Dada la historia de Irán en el terrorismo internacional asesinando disidentes en ciudades europeas, haciendo explotar centros comunitarios judíos, intentando asesinar a un embajador extranjero y conspirando para asesinar a varios exfuncionarios estadounidenses, incluido el entonces candidato y actual presidente Donald Trump, existía un peligro real de que Irán entregaría un dispositivo nuclear rudimentario a un grupo terrorista para detonarlo en las calles de algunos países.
Durante décadas, muchos han dudado de la capacidad de Israel para atacar el programa de armas nucleares de Irán de la misma manera que atacó el de Irak en 1981 y el de Siria en 2007. La distancia, de unos 3.200 km., se consideraba demasiado grande. A diferencia de Irak y Siria, las instalaciones nucleares de Irán están dispersas y algunas de las más importantes están protegidas bajo tierra.
Afortunadamente para el mundo, las fuerzas de seguridad de Israel estuvieron a la altura del desafío. La inteligencia israelí se infiltró en el ejército iraní de manera asombrosa, e Israel creó una ventana de oportunidad al destruir la mayoría de los sistemas de defensa antiaérea de Irán en respuesta al masivo ataque con misiles balísticos de Irán en octubre del 2024.
La Fuerza Aérea Israelí logró rápidamente la superioridad aérea total en los cielos de Irán, lo que le permitió actuar con mayor ventaja sobre su enemigo. Los cazas israelíes se reabastecieron de combustible en el aire mientras aún estaban en Irán, continuando con los ataques a objetivos nucleares y militares días después de los primeros golpes. Irán también estaba fabricando sus propios misiles balísticos, con el objetivo de producir 300 al mes, en un sitio que Israel destruyó. La estrategia de Irán dependía de sus terroristas, principalmente Hamás y Hezbolá. Esas organizaciones terroristas debían bombardear Israel con decenas de miles de cohetes y drones, ese plan se arruinó cuando Hamás cometió la masacre del 7 de octubre del 2024 y Hezbolá lanzó miles de ataques durante el año siguiente contra Israel, lo que llevó a Israel a contraatacar y debilitar a ambas organizaciones.
Irán desperdició sus recursos cuando armó a Hezbolá, Hamás, los hutíes y otros grupos terroristas, y les proporcionó miles de millones de dólares que podrían haber servido para fortalecer su propio ejército y construir su economía. Su verdadero poder y peligro se extendía a través de grupos terroristas, y cuando esos fueron destruidos, Irán se reveló como un tigre de papel cuya única esperanza de restaurar su poder era obtener armas nucleares. “El mal se destruyó a sí mismo”. Una de las críticas al presidente de Estados Unidos Donald Trump desde que asumió al cargo hace medio año es que «amenaza, pero siempre retrocede». Irán ciertamente pensó que todas las amenazas y advertencias sobre su programa de armas nucleares no eran más que jactancia.
Israel ha comprobado que Trump no estaba alardeando al atacar el día 61, después de que diera a Irán 60 días para cumplir con sus demandas; Israel mantuvo la credibilidad de Estados Unidos en el escenario mundial, sin que tuviera que mover un dedo o involucrarse militarmente. Y al apoyar a Israel en este conflicto con Irán, donde ha demostrado al mundo entero por qué ser su amigo y aliado sigue siendo tan importante, Israel ha pagado un precio terrible por estos logros. Irán es débil e incapaz de ganar este conflicto, pero aún puede disparar cientos de misiles balísticos contra Israel. Hasta ahora, varias personas han muerto en ataques directos en ciudades y pueblos israelíes, y cientos han resultado heridas.
Y, sin embargo, los israelíes saben que podría haber sido mucho peor. Irán podría haber lanzado miles de misiles balísticos en lugar de cientos. Con la destrucción de Hamás y Hezbolá y la decisión de enfrentarse a Irán “AHORA” y no esperar a que tuviera diez veces más misiles balísticos, Israel ha evitado esos escenarios de pesadilla y ha cumplido con la promesa de “NUNCA MÁS”.
El trabajo aún no está terminado. Mientras la instalación nuclear permanezca y los ayatolás sigan en el poder, la amenaza de un Irán nuclear no habrá sido completamente eliminada. Israel no posee las bombas antibúnker necesarias para destruir esa instalación. Tampoco ha atacado a los ayatolás mismos, la fuente de la amenaza de un holocausto nuclear. Así como habría sido un desperdicio terminar las luchas contra Hamás y Hezbolá antes de la eliminación de sus liderazgos y el debilitamiento de sus ejércitos, sería un desperdicio terminar la Operación León Naciente mientras una instalación nuclear aún exista en Irán y aquellos que lideran el plan para destruir a Israel sigan en el poder.
Solo podemos ORAR para que haya un plan para evitar que los ayatolás vuelvan a amenazar a Israel, Medio Oriente y el mundo.
“Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no seáis arrogantes en cuanto a vosotros mismos: que ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles; y luego todo Israel será salvo, como está escrito: Vendrá de Sion el Libertador, que apartará de Jacob la impiedad. Y este será mi pacto con ellos, cuando yo quite sus pecados. Así que en cuanto al evangelio, son enemigos por causa de vosotros; pero en cuanto a la elección, son amados por causa de los padres” (Ro. 11:25-28).