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La educación es el proceso por medio del cual nuestras mentes son programadas con información. Como cristianos tenemos una ventaja: Reconocemos que la Palabra de Dios es verdad y que es importante que tomemos decisiones en conformidad. Siempre debemos decidirnos por esas opciones que nos acerquen más a Dios,

mientras que al mismo tiempo tenemos que evitar esas que nos apartan de una relación íntima con el Creador.

¿Es usted cristiano? ¿Está eligiendo correctamente? Satanás, el engañador sabe exactamente cómo trabajan nuestras mentes. No nos creó, pero ciertamente es lo suficientemente inteligente para saber cómo manipularnos. Desde la caída del hombre, vivimos en un mundo en donde nuestra carne desea reinar. A pesar de que nos convertimos en una nueva creación en Cristo, todavía tenemos que luchar contra la carne. Pablo escribió acerca de esto. Declaró en el libro de Gálatas: “Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis. Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley. Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios. Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos” (Gá. 5:16-24).

La lista de Pablo sobre las obras de la carne es familiar a nosotros. Conforme la leemos podemos ver que la carne es corrupta y carnal. Los cristianos estamos supuestos a crucificar “la carne con sus pasiones y deseos”. Sin embargo, esto no es completamente posible. Siempre hay una batalla constante entre la carne y el espíritu. En el libro de Romanos Pablo escribió: “Porque sabemos que la ley es espiritual; mas yo soy carnal, vendido al pecado. Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago” (Ro. 7:14, 15).

En la lista del capítulo 5 de Gálatas que describe el comportamiento del hombre caído, reconocemos que los cristianos no sólo tenemos la capacidad, sino la habilidad, no únicamente de ser carnales, sino de participar en prácticas que son absolutamente demoníacas. Algunos cristianos tal vez nieguen que esto sea posible, pero es posible documentar muy bien que este es el caso. Satanás el maestro supremo en engaños, es el padre de la mentira. No sólo desea que las personas pasen la eternidad en el infierno, sino que también quiere que sean engañadas en nombre del libertador, el Señor Jesucristo. Por lo tanto, asegúrese de detenerse y pensar antes de tomar una decisión. Recuerde las palabras de Jesús, quien dijo: “El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él” (Jn. 14:23).

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