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Deje que la Biblia hable sobre las lenguas - Respuesta a este polémico tema - El mayor don

Índice del artículo

El mayor don

(Léase 1 Corintios 14:1-19)

En su libro A Handbook forTongues, Interpretation and Prophecy (Manual para lenguas, interpretación y profecía), Don Basham, un destacado escritor carismático, incluye un poema escrito por el pastor Ernie Gruen, (1) que dice: “Mi oración a Dios fue así:”

“Señor, si no recibo lo que los apóstoles recibieron

De la manera que recibieron lo que recibieron,

Entonces no sabré que recibí lo que recibieron ellos.

Pero, Señor, si recibo lo que ellos recibieron

De la manera que recibieron lo que recibieron,

Entonces sabré que recibí lo que recibieron ellos.”

Aunque dicho sinceramente, este poema refleja varias cosas. Tal vez sin intención, se ve una sugerencia de coerción en las líneas 1 y 2. La actitud no parece ser la de buscar la voluntad de Dios, sino más bien: “Señor, tienes que conceder esta petición.”

¿Cómo sabemos que tenemos el bautismo del Espíritu Santo? ¿Por la experiencia o por la Palabra de Dios? Pablo ya ha dicho que todos los creyentes han sido bautizados en un cuerpo (1Co. 12:13) y han sido unidos con Cristo, la cabeza del cuerpo (Gá. 3:27). La cuestión que sigue siendo básica tocante a las lenguas es esta: “¿Establezco mi creencia sobre las experiencias o sobre la Palabra de Dios escrita e infalible?

Una observación más sobre el poema del pastorGruen… Si usted hablara en lenguas, ¿cómo sabría -realmente- que no recibió algo distinto de la que recibieron los apóstoles?

Recuerde que 1 Corintios 12 tiene que ver con los principios. El capítulo 13 relaciona el espíritu del ministerio de los dones con la superioridad del amor y de Cristo. Se presentó una fuerte evidencia del aspecto temporáneo del don de lenguas a medida que la Iglesia progresaba de la niñez a la madurez.

Siguiendo en 1 Corintios, el capítulo 14 trata del ejercicio del don de lenguas y de la regulación de ese don en la asamblea primitiva, apostólica de los santos.

CONTRASTE DEL PROPÓSITO Y DEL RESULTADO (1 CO. 14:1-4)

Pablo pone en contraste el propósito de hablar en lenguas con el profetizar y observa los resultados. Los versículos 1 al 19 presentan razones por la cuales el don de profecías es mayor que el don de lenguas. Por interpretación profecías en este capítulo tiene que ver con el sentido primario de pronunciar algo revelado, pero se puede aplicar hoy día al sentido secundario de predecir algo que va a ocurrir en un futuro inmediato. La primera palabra del versículo 2, “porque”, sugiere que habrá razones para el don superior de profecía.

“Seguid el amor; y procurad los dones espirituales [las cosas espirituales], pero sobre todos que profeticéis” (v. 1). La declaración clave, “pero sobre todo que profeticéis”, afirma una preferencia. Muchas veces decimos: “Prefiero que hacer esto que aquello”. La meta de Pablo al escribir a los corintios fue que ellos prefirieran profetizar más que hablar en lenguas. ¿Cuál es nuestra preferencia? ¿Escogeremos laautoedificación o la edificación de la Iglesia?

Recuerde que esto tuvo lugar en los días de Pablo cuando el don lenguas todavía estaba presente aunque disminuyendo, y, en segundo lugar, que Pablo trataba con el abuso de un don en decadencia, no del empleo de un don predominante. (2)

El apóstol ahora explica por que la profecía es mayor. “Porque el que habla en lenguas no habla a los hombres, sino a Dios; pues nadie le entiende, aunque por el Espíritu habla misterios” (v. 2). (Es importante tomar en cuenta que se debe omitir las palabras “extraña” y “desconocida” en este capítulo).

El versículo 2 pone en contraste el uso de las lenguas por su parte de los corintios con el deseo de Dios. Empleaban las lenguas para su provecho personal. Estaban absorbidos en sus propias habilidades y sus superioridades espirituales y egoístas. Fíjese en el contraste de la frase “a Dios” en el versículo 2 y “a los hombres” en el versículo 3. La glosolalia no la comprendían los otros. Tenía que ver con los misterios, mientras que el que proclamaba la Palabra “habla a los hombres” con ayuda práctica y genuina.

El beneficio del contraste aparece en el versículo 3: “Pero el que profetiza habla a los hombres para edificación, exhortación y consolación.” La profecía es ventajosa para la iglesia. Los creyentes se beneficiarán de la edificación (edificar), de la exhortación (estimular), y de la consolación (alentar). Al usar las lenguas uno habla para edificarse a sí mismo. Pero el uso de la profecía edifica la iglesia (v. 4).

Es posible que usted goce con las lenguas, pero posiblemente nadie más goza. Es como eso de cantar un solo. Suena magnifico en el baño, espléndido en el bosque o en la montaña, pero si cantara en un grupo, podría desafinar a otros. Gozaría con ello, ¡pero no los demás! De una manera similar, si uno habla en lenguas se edifica a sí mismo, pero no se edifican los otros.

Los corintios usaban las lenguas para su propio provecho. La profecía sirve para más. La profecía alcanza a muchos con las bendiciones del evangelio y el ministerio de edificación, exhortación y consuelo. Hace falta que el creyente sea sensible al contraste entre los dones de lenguas y la profecía.

INTERPRETACIÓN DE LENGUAS (1 CO. 14:5-6)

Entra en la escena la interpretación de lenguas. “Así que, quisiera que todos vosotros hablaseis en lenguas, pero más que profetizaseis; porque mayor es el que profetiza que el que habla en lenguas, a no ser que las interprete, para que la iglesia reciba edificación” (v. 5).

Las palabras “pero más que” aparecen otra vez en este versículo. Una vez más hay una opción. Estamos ejerciendo un mayor don al profetizar que al hablar en lenguas.

Surgen dos problemas. ¿Es que el deseo de Pablo en el versículo 5 de que todos hablen en lenguas contradice la preferencia vista en “más que”? ¡No! Aunque sabía que no todos los creyentes tenían este don, su deseo concuerda con el propósito del don-señal de los versículos 21 y 22. Algunos judíos todavía estaban en Corinto. ¡Todavía necesitaban eses don de esa señal judicial de su incredulidad! ¡Pero aun así Pablo prefiere la profecía! ¡“Pero más que”!

El segundo problema se encuentra en la última parte del versículo 5. ¿Se infiere que, si hay interpretación, las lenguas serían iguales a la profecía? Sí, en un sentido, pero el mero hecho de que las lenguas necesitan interpretación prueba que la profecía es un mayor don. La palabra griega que quiere decir “interpretación” es intensa, indicando la necesidad de una traducción y plena explicación.

Sigue Pablo: Ahora pues, hermanos, si yo voy a vosotros hablando en lenguas, ¿qué os aprovechará, si o os hablare con revelación, o con ciencia, o con profecía, o con doctrina?” (v. 6). Pregunta qué provecho tendría la iglesia si él hablara con lenguas sin interpretación. ¿Se comprenderían la revelación, la ciencia, la profecía o la doctrina, y beneficiarían a sus oyentes? ¡La respuesta es que no! El hablar en lenguas es un método inferior de comunicar la verdad a la iglesia porque es menester tener un intérprete. ¡No hay necesidad de tener intérprete para la profecía!

El principio es éste: ¡es provechosa la comunicación que resulta en la compresión!

COMUNICACIÓN CON PROVECHO (1Co. 14:7-12)

En los versículos 7 al 12 Pablo presenta una serie de ilustraciones que demuestran sus razones adicionales por las cuales la profecía es mayor que las lenguas.

Ilustra su argumento empleando los instrumentos musicales. “Ciertamente las cosas inanimadas que producen sonidos, como la flauta o la cítara, si no dieren distinción de voces, ¿cómo se sabrá lo que se toca con la flauta o con la cítara? Y si la trompeta diere sonido incierto, ¿quién se preparará para la batalla? Así también vosotros, si por la lengua no diereis palabra bien comprensible, ¿cómo se entenderá lo que decís? Porque hablaréis al aire” (vv. 7-9).

El toque de trompeta para la batalla del versículo 8 tiene que ver el rebato especial de los judíos, usando las trompetas de plata. Número 10:1-10 describe seis usos distintos de dos trompetas de plata. El pueblo recibía las órdenes de Moisés por medio de sonidos distintivos de trompeta en las marchas haciaCanaán.

Israel tenía una alarma especial para la guerra. “Y cuando saliereis a la guerra en vuestra tierra contra el enemigo que os molestare, tocareis alarma con las trompetas; y seréis recordados por Jehová vuestro Dios y seréis salvos de vuestros enemigos” (Nm. 10:9). Si los israelitas no podían distinguir entre estos toques de trompeta, ¡se prepararían para la batalla? (v. 8).

El versículo 9 aplica la ilustraciones de la trompeta. “Así también vosotros”. A menos que hablemos palabras fácilmente comprensibles. ¿cómo sabrá la gente lo que se dice? Será como hablar al aire. La comunicación sin entendimiento es inútil. La comunicación con entendimiento es provechosa.

Siguen las ilustraciones con clases de voces o idiomas en los versículos 10 y 11.

“Tantas clases de idiomas hay, seguramente, en el mundo, y ninguno de ellos carece de significado. Pero si yo ignoro el valor de las palabras, seré como extranjero para el que habla, y el que habla será como extranjero para mí.”

Los erudito han contado como 5.000 lenguas habladas en el mundo, además de los dialectos que son formas locales de un idioma. Algunos de estos idiomas y dialectos son hablados sólo por unos grupitos de pocos centenares o pocos miles de personas. Pero sean chino, ruso,waiwai, o nepalés, cada uno tiene significado. Si uno oye y no puede entender la voz de la lengua, ¿qué provecho hay para el que habla o para el que escucha?

Estas ilustraciones de la música y de los idiomas subrayan el principio que se nos comunica: la comunicación sin el entendimiento no tiene provecho. Si el hablar en lenguas no trae comprensión, no es provechoso. Aun cuando es interpretado, es menos deseables. La profecía es un mayor don.

Vuelve a aparecer la gran meta en el versículo 12. “Así también vosotros; pues que anheláis dones espirituales, procurad abundar en ellos para edificación de la iglesia.” Edificar la iglesia es la gran meta. La profecía y la comunicación con comprensión lograrán esta meta.

ORAR EN LENGUAS (1Co. 14:13-17)

En la iglesia primitiva los corintios debían orar por una interpretación de la lengua para comunicar con comprensión y de esta manera edificar la iglesia. “Por lo cual, el que habla en lengua extraña, pida en oración poder interpretarla” (v. 13).

En el versículo 4 Pablo habló de edificarse a sí mismo por medio de las lenguas. Presentó esto como algo inferior a la profecía o “la presentación de nuevas revelaciones de Dios”.

Ahora habla de uno de los medios deautoedificación por medio de las lenguas, tal vez el medio más importante. Llega al corazón de la situación de los corintios y también de la gente moderna que quieren edificarse a sí mismos con las lenguas. Surge una pregunta importante. ¿Es bíblico orar en lenguas para recibir edificación personal?

“Porque si yo oro en lengua desconocida, mi espíritu ora, pero mi entendimiento queda sin fruto. ¿Qué, pues? Oraré con el espíritu, pero oraré también con el entendimiento; cantaré con el espíritu, pero cantaré también con el entendimiento” (vv. 14-15).

¿Estimulaba Pablo a orar en lenguas a solas? ¡De ninguna manera! Pablo dice en el versículo 15 que oraba con su entendimiento y con la bendición del Espíritu al mismo tiempo. El “entendimiento” y el “Espíritu” no están separados: están unidos.

Cuando Pablo oraba, entendía lo que decía. Participaba toda su personalidad. Considero esto como algo superior a orar en lengua.

En la adoración de la diosa Diana, los paganos oraban en un habla extática sin involucrar su mente o su entendimiento. Los corintios empleaban el don de lenguas, que en aquel entonces era un don legítimo de la manera que habían empleado el habla extática en su adoración pagana antes de hacerse cristianos. Pablo rechaza esto.

Anteriormente el Señor Jesús había amonestado contra la oración impropia. En Mateo 6:7 dijo El: “Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles.” Se refiere a los gentiles entre quienes la oración extática era común. El término traducido “vanas repeticiones” viene del verbo griego battalogeo que quiere decir “repetir futilmente” o “hablar batta, batta, batta”.

El doctorCarlPfeil, autor del libro Charismatic Concerns (Inquietudes Carismáticas) Afirma: “Batta es un término peculiar en griego que ilustraba por su sonido exactamente lo que significaba, sonidos disparados sin significado. Así que en esta prohibición tan importante, nuestro Salvador nos prohíbe orar con sonidos que no entendemos nosotros mismos, como los gentiles que en sus templos paganos oraban diariamente con sonidos extáticos, pero sin significado.” (3)

En lugar de eso Cristo dijo: “Oraréis así”, y dio la oración del Señor como modelo de la oración, con cada palabra y frase enteramente comprensible para el orador.

Algunos defensores de las lenguas han tratado de encontrar la oración en lenguas en Romanos 8:26, que dice: “Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.”

Fíjese con cuidado. El hablar en lenguas no se encuentra en este versículo. Se notará que los “gemidos” ¡son indecibles!

Ya sea orar en el Espíritu, o cantar en el Espíritu, obendecir en el Espíritu, Pablo dice que hará todo con entendimiento para que haya edificación de otros (vv. 16-17).

UNA COMPARACIÓN NUMÉRICA (14:18-19)

Pablo ahora hace una confesión. “Doy gracias a Dios que hablo en lenguas más que todos vosotros” (v. 18).

Ya hemos visto el hecho de que en sus muchos viajes, Pablo hablaba con las lenguas de los griegos, de los romanos, de los bárbaros, y en arameo, y eso “más que todos vosotros”.

Acuérdese además de que Pablo es un apóstol, que Israel todavía está en la tierra, y que el juicio de la señal judicial todavía no había caído. ¡Así es que Pablo todavía está en la posición de amonestar a la nación incrédula de Israel personalmente por medio del uso del don-señal de lenguas!

En su confesión Pablo hace un contraste muy importante. “Pero en la iglesia prefiero hablar cinco palabras con mi entendimiento, para enseñar también a otros, diez mil palabras en lengua desconocida” (v. 19). Aquí indica que las lenguas consisten de palabras que llevan significado, no expresiones estática de jeringonza tonta.

La proporción de referencia entre las expresiones comprensibles y las expresiones incomprensibles es imponente: cinco palabras con entendimiento en comparación con 10.000 palabras en lenguas. ¡La razón aquí es 2.000 a 1! Gardiner observa: “Si recordamos que diez parafrasear la comparación y decir. ‘… que infinitas palabras en lengua desconocida’.” (4)

Desgraciadamente, hoy día hay algunos que prefieren invertir la proporción, y prefieren hablar 10.000 palabras en una lengua y solo cinco palabras con entendimiento.

Fíjese de nuevo en la palabra “prefiero” en el versículo 19. Esta es la tercera referencia en este capítulo a esta preferencia.

En resumen, el don de profecía es mayor que el de las lenguas porque:

1. Su propósito es mayor: para edificación, exhortación y consolación.

2. Las lenguas sirven para la edificación de uno mismo, la profecía sirve para la edificación de la iglesia.

3. Las lenguas necesitan un intérprete; la profecía no.

4. Las lenguas en sí no se entienden y por eso no son provechosas. Se puede entender la profecía y es provechosa. La comunicación con entendimiento es provechosa ya sea para Dios o para los hombres.

5. Mirando más adelante en el capítulo, las lenguas traían burla (v. 23), pero la profecía traía convicción al pecador para salvación y para la adoración de Dios (vv. 24-25).

 

Como dice Dillow para resumir, la profecía es superior o mayor que las lenguas en la comunicación (vv. 1-12), en la alabanza (vv. 13-19), y en el evangelismo (vv. 20-25). (5)

Pablo afirmó que preferiría cinco palabras con su entendimiento. ¿Cuáles habrían sido esas cinco palabras? Les dijo a los corintios en el capítulo sobre la resurrección que “Cristo murió por nuestros pecados”. Ese era el mensaje en aquel entonces, y todavía es el mensaje para hoy. ¡Predíquelo con fidelidad!