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¿Quién o qué instruye a sus hijos?

  • Fecha de publicación: Martes, 19 Febrero 2013, 23:19 horas

Hoy tratamos un tema relacionado con drogas y demonios bajo el título de «Las drogas de diseño que ponen a temblar a EE.UU.

     Lucen como coloreados paquetes inofensivos de incienso o sales de baño en los mostradores de tiendas de conveniencia, estaciones de servicio o sitios de internet.  En realidad son drogas con peligrosos efectos que nadie hasta ahora puede predecir. 

Hasta la fecha, el peligro fundamental de estas drogas de moda había sido la falta de control de las autoridades sobre su producción y consumo.  Pero recientemente el presidente estadounidense firmó una radical ley federal que prohíbe varios tipos de estas sustancias sintéticas, tras varios intentos infructuosos de decenas de gobiernos locales para vetarlas.  En los últimos meses, los servicios de emergencia de ciudades estadounidenses se han visto sorprendidos con cada vez más ingresos de pacientes con extraños síntomas.  En mayo, muchos señalaron a este tipo de drogas como las responsables del comportamiento de Rudy Eugene, el hombre que arrancó a mordiscos gran parte del rostro de un indigente en Miami, Florida.  Sin embargo, la autopsia de Eugene (quien fue abatido por la policía mientras atacaba a su víctima) indicó que sólo había consumido marihuana.  Los usuarios de estas drogas de diseño presentan episodios de paranoia extrema, agitación, alucinaciones y fuerza fuera de lo común, pero los exámenes toxicológicos no muestran ningún consumo de sustancias no autorizadas».

Después de leer esta información, inmediatamente pensé en aquellas iglesias donde suponen “echar demonios” a la vista de todo el mundo vía satélite e internet.  Al ver algunos casos donde el supuesto endemoniado actúa como tal, retorciéndose, gimiendo, chillando, gritando y babeando, uno pensaría que no es otra cosa, sino una posesión demoníaca, tal como la Biblia habla de quienes tuvieron el encuentro con el Señor y/o los apóstoles.  Piense por un momento lo que hacen estos que consumen marihuana sintética.  ¿Se imagina a ese hombre que casi se come todo el rostro de otro indigente?  ¿Se imagina la increíble fuerza que tienen estos individuos? «Los usuarios de estas drogas de diseño presentan episodios de paranoia extrema, agitación, alucinaciones y fuerza fuera de lo común».  Es muy fácil confundirlos con los endemoniados que fueron liberados por nuestro Señor.

Sin duda alguna que aquí lo que se necesita, es prohibir terminantemente la venta del producto ya mencionado y se acabarán los “endemoniados” que supuestamente son liberados por algún dotado de poder que los sacude y “ordena” a ese “demonio” a que deje a su víctima.

Si alguna vez se preguntó usted dónde estaba el truco de los modernos milagros, ahora ya sabe cuál es la verdad y bien puede llamarlo... «Marihuana Sintética».  Aquí no hay nada que esconder.  Debemos recordar que este efecto de paranoia, locura, fuerza extrema y hasta canibalismo es el resultado del mismo producto.  La persona que lo consume puede ser alguien completamente normal, pero luego de ingerir cierta dosis de esta sustancia, comenzará a proceder exactamente como un endemoniado.  ¿Le ayudará esa “echadera de demonio”?  No, porque no se trata de un demonio, sino de marihuana sintética.  ¿La solución?  Evitar que vuelva a recibirla en su cuerpo.
¡Por supuesto que debemos tener especial cuidado de no encontrarnos con alguno de ellos!  Piense por un momento la cantidad de jóvenes, especialmente señoritas, quienes concurren a sus clases diariamente, sea de día o de noche; estos “endemoniados” no respetan el horario ni a las personas.  La solución no es llevar al supuesto poseído a un dotado de algún poder superior, sino quitarle la marihuana sintética.

Que el Señor guarde a nuestros jóvenes estudiantes para que nunca tengan la experiencia con un caníbal por allí.

Pero... ¿Quién es el responsable de la presente juventud?  El mismo que lo fue desde los dos jóvenes Caín y Abel.  El mayor mató al menor y era imposible evitarlo, salvo que la madre (Eva) no se hubiera dejado engañar por Satanás.

Cuando nace un bebé, ya está dotado del pecado en todas sus formas.  Pronto los padres se darán cuenta de la desobediencia del pequeño, de su empeño por conseguir lo que en su capricho desea.  Esta misma actitud va empeorando a medida que el pequeño crece, luego concurre a la escuela, pelea con sus amiguitos, más adelante le dicen que sus antepasados eran monos y que todo el universo es el resultado de una gran explosión.

La confusión, en la mente de este individuo va en aumento según el desarrollo mental y físico.  Si este desarrollo no recibe su porción espiritual, la marihuana, que es el producto satánico (uno de ellos) lo hará.  ¿Quién tiene la culpa?  En primer lugar los padres.  Luego la iglesia a la cual concurren o de la cual son parte.  Las amistades del hijo que pueden dar “el tiro de gracia”, si los padres no están en guardia.

No existe otra labor más agradable que ver cómo un recién nacido se desarrolla día a día.  En los primeros días la mayor responsabilidad es de la madre, pero luego el papá debe ser la autoridad, sin ser bruto ni impaciente con sus hijos.  Es así cómo el pequeño está aprendiendo que se puede gozar de la vida en el temor de Dios, ya que, tanto el amor como el temor de Dios ha aprendido del trato que obtuvo de su propio padre.  No permitamos que cuantos se oponen a la instrucción de los pequeños, se metan en nuestros hogares para enseñarnos cómo ser buenos padres.

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