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Robert Haldane

“¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos!”
(Romanos 11:33)

Los europeos que estaban en sus 20 años, experimentaron una especie de euforia cuando estalló la revolución francesa por los años 1780.  Sin embargo, este sentimiento desapareció entre la gran mayoría, tan pronto como vieron cuánta sangre inocente se estaba derramando. 

Robert Haldane, quien nació en febrero de 1764 y murió en diciembre de 1842, fue un teólogo y escritor escocés.  Fue el autor de un comentario Sobre la Inspiración de la Escritura y Exposición de la Epístola a los Romanos.  Sus padres James Haldane y su esposa vivían en Londres.  Robert era parte de esa generación de revolucionarios, y como muchos de ese tiempo se sintió desilusionado con la idea de que la reestructuración política podía crear un mundo perfecto.

Como pertenecía a una familia rica, en 1796 decidió financiar una misión cristiana a India, que no fuera sancionada, pero su petición fue negada.  Al verse incapacitado para propagar el Evangelio en el exterior, decidió predicarlo en Escocia.  Vendió el castillo de su familia, rompió relaciones con la iglesia escocesa y viajó por el país predicando y ayudando a edificar capillas y tabernáculos, para cristianos que se habían separado de la Iglesia de Escocia.  Técnicamente, sólo la jerarquía religiosa del estado podía tener congregaciones y templos, de tal manera que quienes estaban fuera de ella tenían que usar otro nombre para sus lugares de reunión.  Asimismo financió el entrenamiento de 300 jóvenes para el ministerio cristiano.  Mientras otros hombres ricos estaban viviendo vidas de ociosidad y lujo, Haldane estaba gastando una fortuna para propagar el Evangelio.

En 1816 visitó Ginebra, Suiza, en donde le ocurrió algo bien curioso mientras se encontraba sentado en la banca de un parque cerca del lago Geneva.  Estando allí se puso a conversar con unos estudiantes de teología quienes claramente no tomaban muy en serio su fe y sabían muy poco de la Biblia y de las creencias cristianas básicas.

Al cabo de poco tiempo estaban visitando al señor Haldane y estudiando la epístola de Pablo a los Romanos.  Varios de estos jóvenes experimentaron una conversión genuina.  Los profesores de ellos estaban prácticamente horrorizados al ver que este hombre, al que consideraban “un aficionado” estuviera enseñándole a sus estudiantes y que ellos respondieran con entusiasmo.

Haldane murió en 1842 habiendo tocado muchas vidas y continúa haciendo esto mismo hasta este día, por medio de su comentario de la Epístola a los Romanos.

Señor, concédenos la oportunidad de poder testificar tus verdades y transformar vidas.  Amén.

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