El informe, realizado a petición de la Comisión de Asuntos Exteriores y Seguridad del Parlamento, y del que da cuenta el diario Haaretz, refleja un ambiente de pesimismo por el aislamiento diplomático al que puede enfrentarse Israel cuando el próximo 20 de septiembre los palestinos presenten su cuestión en la ONU.
Conforme a los cálculos del gobierno palestino de Ramala, la resolución podría obtener en la Asamblea General más de 130 votos a favor, mientras que en el Consejo de Seguridad será en principio vetado por Estados Unidos, uno de sus cinco miembros permanentes.
Según el informe parlamentario, impulsado por el jefe de la Comisión, Shaul Mofaz, del partido de oposición Kadima, "el gobierno no ha impedido lo que podría haber sido impedido, y después ha fracasado a la hora de prepararse" para sus consecuencias.
En los últimos meses la comisión ha seguido de cerca la evolución de los preparativos mediante consultas con altos mandos de los servicios de seguridad y dirigentes del gobierno, entre ellos el primer ministro, Biniamín Netanyahu, y el titular de Defensa, Ehud Barak.
El documento, firmado únicamente por Mofaz tras las presiones ejercidas desde la oficina de Netanyahu para que no fuera publicado ni respaldado por los miembros de los partidos en el gobierno, ha sido redactado por especialistas en política Exterior y Seguridad.
Mofaz indica en un breve comunicado que las conclusiones del informe son "una señal de advertencia a los mandatarios israelíes" y les insta a analizar el documento para evitar mayor daño.
Entre las variables que barajan los servicios de inteligencia están no sólo el aislamiento de Israel en la arena internacional, sino un posible alzamiento popular en los territorios palestinos que, de conducir a un baño de sangre, derive en un empeoramiento de la imagen de este país en la opinión pública mundial.
Según el informe, Israel debería haber ofrecido a tiempo "una alternativa política" que hubiera permitido a Estados Unidos reactivar las negociaciones de paz y, con ello, bloquear el camino de los palestinos hacia la ONU después de once meses de estancamiento absoluto en las negociaciones.
El único aspecto que alaba el informe es la preparación de los servicios de seguridad, y en particular del Ejército, para afrontar posibles disturbios civiles en Cisjordania (Judea y Samaria) y provenientes de Gaza.
Para ello se ha dotado de armas no letales y equipos antidisturbios, y realiza entrenamientos periódicos para el control de masas desarmadas y la posible evacuación de asentamientos que puedan verse rodeados.