Menu

Una Nación Milagrosa

En el invierno de 1984, estaba previsto que el Papa Juan Pablo II visitaría un hospital italiano. El pontífice llegó tarde ese día, mientras el personal de la institución esperaba pacientemente por él de pie en el vestíbulo.  Uno de los doctores que se encontraba allí con un puñado de papeles en sus manos, se sentó en una silla de ruedas y se puso a hacer anotaciones en los mismos.  Estaba tan absorto en su ocupación que no se advirtió cuando el Papa finalmente entró en el hospital y tan pronto como le vio en un asiento de inválidos, se acercó y lo bendijo.  Ante esta acción, el médico de inmediato se puso de pie y procedió a caminar, mientras que los integrantes del séquito papal dejaron escapar un grito ahogado y se persignaron, creyendo que habían presenciado un milagro.

Leer más ...
Suscribirse a este canal RSS