Una nueva multitud de ''indignados'' salió a las calles
Artículo desactualizado, publicado a manera de información
- Fecha de publicación: Martes, 16 Agosto 2011, 00:13 horas
- Publicado en Israel /
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A tan sólo una semana de la manifestación más grande en la historia de Israel, el primer ministro Binyamin Netanyahu volvió a ser blanco de las protestas. Miles de "indignados" tomaron las calles de varias ciudades por cuarto fin de semana consecutivo. Reclaman más "justicia social".
Alrededor de 70 mil "indignados" israelíes participaron de una nueva manifestación ayer por la noche en doce ciudades del país. Reclaman contra los bajos salarios, los precios de los alquileres y las falencias en el sistema de seguridad social.
La multitudinaria protesta llega una semana después de la mayor manifestación en la historia de Israel, que convocó a 250 mil personas en las calles de Tel Aviv.
La jornada de anoche, aunque de menor convocatoria, dio la pauta de que el movimiento de protesta israelí –iniciado a mediados de julio principalmente entre la clase media– se está multiplicando hacia nuevos focos.
A Tel Aviv y Jerusalén –centro de las manifestaciones principales– se sumaron otras diez ciudades, entre ellas Haifa, Beersheva, Afula (en Galilea), Modi’in y Eilat.
El gobierno dirigido por el Premier Benjamín Netanyahu continúa desconcertado por la magnitud de la protesta, que convocó a profesionales de todos los rubros, incluidos médicos, maestros, trabajadores sociales, empleados tanto del sector privado como estatal.
Sin embargo, el objetivo de los organizadores para la nueva jornada, fue convocar a los sectores sociales más desfavorecidos para que no sea señalada como "una protesta burguesa", tal como sucedió en España.
Según repasa Clarín, el inicio de la rebelión, a fue una convocatoria por Facebook principios de julio, de una joven israelí que tuvo que dejar su vivienda por el aumento del alquiler.
Más adelante se sumaron las protestas por la suba del precio de la ricota, cuyo costo se había incrementado cerca de un 70% y se trata de un producto básico en la cocina israelí.
Luego, los reclamos se expandieron hasta alcanzar el combustible, la calidad de la educación y la salud y el empobrecimiento generalizado, a causa de los bajos salarios.