Boletin dominical - 05/06/11
- Fecha de publicación: Miércoles, 24 Septiembre 2008, 14:39 horas
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Recibimos un interesante e inspirador informe del misionero Alex Holowaty, quien, junto con Elizabeth, su esposa, se fueron a Salta (Argentina) por algunas semanas para evangelizar casa por casa.
Pero, es mejor que él mismo nos diga cómo les va. Con fecha 27 de este mes de mayo, nos dice:
«A Dios gracias estamos muy bien, con bastante trabajo. Nunca esperé que los salteños serían tan abiertos al evangelio. Hasta ahora solo una persona me dijo que no vuelva más a hablarle, porque con lo que le digo, lo dejo muy nervioso, agregó. Además es muy católico y no desea que lo visite. A pesar de esta prohibición, hoy fue ya la tercera vez que lo visité en su casa. Me enteré luego que él es un curandero famoso aquí y yo le hablé mucho al respecto la semana pasada cuando le leí el texto de Éxodo 22:18: ‘A la hechicera no dejarás que viva’. Este hombre se enojó tanto que entró en su casa y nos dejó afuera por un rato solos. Hoy simplemente no me atendió del todo. Pero hay noticias muy alentadoras también. El lunes pasado mientras hacíamos visitas en el barrio llamado Los Álamos, entramos en una casa donde encontramos un matrimonio de ancianos. Él con sus 87 años y su esposa con 93 años de edad. Muy lúcidos, ambos, pero... fervientes católicos. Después de presentarnos, comenzamos a hablar y les hice ver que ya eran bastante entrados en años como para continuar en una religión que los conducirá al mismo infierno. Les expliqué el plan de la salvación y ambos recibieron a Cristo Jesús como Salvador y Señor. Aquí van sus nombres como para que oren por ellos. El nombre del caballero, Gualberto Gonza; el de su esposa, Nicanora Corregidor. Lamentablemente ambos son analfabetos, así que nos comprometimos volver a visitarlos para leerles la Biblia a fin de llevarlos a un crecimiento espiritual que tanto necesitan.
Anoche me llamó Dano y me pidió si podría venir con su socio del trabajo a fin de hablarle a su esposa, la que aún no es salva. El esposo ya había hecho su decisión antes, porque Dano lo evangelizó. Oren por estas personas. El nombre de la dama es Eugenia Perri y el de su esposo, Pedro Veggieni. Desean ser bautizados ni bien se eleve un poco la temperatura.
Atentamente, Alex»
¡Cuán importante es la evangelización cuando se hace el trabajo bíblicamente! Lamentablemente alguien metió en la cabeza de muchos pastores y la misma iglesia, algo así como que hay alguien por allí que está dotado de un gran carisma y ese debe ser elevado a un nivel de “Evangelista Internacional”, como si se tratara de un... especialmente “ungido” y que cuando él interviene, multitudes arrepentidas acudirán al Señor confesando sus pecados. Este mito ya va desapareciendo y poco a poco los de gran carisma se están extinguiendo.
¡Cuánto me gustaría que cada miembro de nuestra iglesia fuera un evangelista! ¿Recuerda el caso de Eldad y Medad?: “Y corrió un joven y dio aviso a Moisés, y dijo: Eldad y Medad profetizan en el campamento. Entonces respondió Josué hijo de Nun, ayudante de Moisés, uno de sus jóvenes, y dijo: Señor mío Moisés, impídelos. Y Moisés le respondió: ¿Tienes tú celos por mí? Ojalá todo el pueblo de Jehová fuese profeta, y que Jehová pusiera su espíritu sobre ellos” (Nm. 11:27-29). ¡Quiera el Señor darnos siquiera a uno de estos que lo que hacían era proclamar el mensaje divino a la multitud allá en el desierto! A juzgar por las palabras de Moisés a su ayudante Josué, parecería que su joven compañero tenía celo para que nadie hiciera sombra al gigante Moisés. Pero las palabras de Moisés dan a entender una interrogante.
La gran mayoría de los miembros de nuestras iglesias no se dan cuenta de que el secreto del mayor gozo del cristiano es convertirse en un... Eldad y/o Medad. ¡Por supuesto que habrá protestas porque a Satanás no le agrada que una iglesia se convierta en una colmena sin zánganos! Hay dos enemigos de la iglesia. Ellos son los... “hermanos Parásitos” y los “hermanos Zánganos”. Ambos viven del trabajo de otros. Hay esposos parásitos y también hay esposos y papitos que son verdaderos zánganos. Conocí a algunos de ellos. Son un estorbo y una vergüenza para la esposa y para los hijos.
La mayoría de los cristianos conocemos lo que Lucas nos dice en el libro de Los Hechos de los Apóstoles, lo que sucedió con la recién nacida iglesia de Jerusalén, con cuánto entusiasmo y gozo comenzaron a propagar el evangelio: “...En aquel día hubo una gran persecución contra la iglesia que estaba en Jerusalén; y todos fueron esparcidos por las tierras de Judea y de Samaria, salvo los apóstoles… Pero los que fueron esparcidos iban por todas partes anunciando el evangelio. Entonces Felipe, descendiendo a la ciudad de Samaria, les predicaba a Cristo. Y la gente, unánime, escuchaba atentamente las cosas que decía Felipe, oyendo y viendo las señales que hacía. Porque de muchos que tenían espíritus inmundos, salían éstos dando grandes voces; y muchos paralíticos y cojos eran sanados; así que había gran gozo en aquella ciudad” (Hch. 8:1, 4-8).
A pesar de la persecución, “…había gran gozo en aquella ciudad”. La ciudad era Samaria y los misioneros eran hombres y mujeres que huían de la persecución de Jerusalén. Hombres y mujeres guiados por el Espíritu Santo no se cruzaron de brazos.
¿A qué se deberá que hoy no hay “gran gozo” entre los cristianos, ni estos son motivo para el gozo de otros tantos que aún no fueron salvos?
Nosotros decimos ser «Iglesia Bíblica», lo que significa, «cristianos fieles a la Palabra de Dios». También decimos ser «Iglesia Misionera». Pero... ¿Realmente hay algo de misionero y bíblico en nuestra vida? Examínese usted mismo: ¿Cuántas personas fueron salvas porque usted las condujo a Cristo? ¿Cuántos hogares fueron transformados porque los esposos y padres les entregaron el regalo del perdón divino y la vida eterna?
Recuerde, el sólo hecho de ser salvo no necesariamente le hace feliz. Es la salvación y la consagración al Salvador el secreto de la felicidad. Que no nos quepa la menor duda de que cuando tengamos que partir de este mundo a la presencia del Señor, lo único que lamentaremos será... ¿Por qué fui tan indiferente, habiendo sido cristiano por tantos años y no recuerdo haber conducido a Cristo a un sólo pecador? ¿Recuerda lo que dice en 1 Juan 2:28?: “Y ahora, hijitos, permaneced en él, para que cuando se manifieste, tengamos confianza, para que en su venida no nos alejemos de él avergonzados”.
J. A. Holowaty, Pastor