Menu

Escuche Radio América

Boletin dominical - 14/10/12

  • Fecha de publicación: Sábado, 13 Octubre 2012, 20:02 horas

LOS TRES ÚLTIMOS DESEOS DE ALEJANDRO EL GRANDE

     Encontrándose al borde de la muerte, Alejandro convocó a sus generales y les comunicó sus tres últimos deseos:
1. Que su ataúd fuese llevado en hombros y transportado por los mejores médicos de la época.
2. Que los tesoros que había conquistado (plata, oro, piedras preciosas), fueran esparcidos por el camino hasta su tumba, y...

3. Que sus manos quedaran balanceándose en el aire, fuera del ataúd, y a la vista de todos.

Uno de sus generales, asombrado por tan insólitos deseos, le preguntó a Alejandro cuáles eran sus razones.
Alejandro le explicó:

1. Quiero que los más eminentes médicos carguen mi ataúd para así mostrar que ellos no tienen, ante la muerte, el poder de curar.
2. Quiero que el suelo sea cubierto por mis tesoros para que todos puedan ver que los bienes materiales aquí conquistados, aquí permanecen.
3. Quiero que mis manos se balanceen al viento, para que las personas puedan ver que vinimos con las manos vacías, y con las manos vacías partimos, cuando se nos termina el más valioso tesoro que es el tiempo.

Al morir nada material te llevas, aunque creo que las buenas acciones son una especie de cheque de viajero.
«EL TIEMPO» es el tesoro más valioso que tenemos porque ES limitado.

Podemos producir más dinero, pero no más tiempo.  Cuando le dedicamos tiempo a una persona, le estamos entregando una porción de nuestra vida que nunca podremos recuperar, nuestro tiempo es nuestra vida.

EL MEJOR REGALO que le puedes dar a alguien es tu tiempo y SIEMPRE se le regala a la familia, a alguien especial o a un buen amigo.

¿Pensó alguna vez cuáles serían sus últimos deseos antes de su muerte?  Es probable que usted haya escuchado de esa hermana que habiendo visitado a su médico, éste le dijo que tenía ya muy pocos días de vida.  Cuando ella llegó a casa, llamó a su pastor y le dijo cuáles eran los himnos que desearía que los hermanos cantaran.

En cuanto a féretro, explicó que deseaba que se pusiera un tenedor y que todos lo vieran.  El pastor se sorprendió por lo del tenedor.  Ella le explicó diciendo: «Pastor, la hermana líder del grupo de la femenil en la iglesia, siempre cuando tenemos una comida juntas, nos suele decir... ‘Quédense con el tenedor, porque lo mejor aún está por venir’.  Sabíamos de qué estaba hablando.  Era la torta que a todas nos gustaba.  Este es mi caso, pastor, lo mejor aún no lo he recibido, de ahí la cuestión tenedor».
¿Qué espera pedir usted hermano?  ¿Ciertos himnos?  ¿Orador que desea que hable en su funeral?  ¿Tema que desea que desarrolle el pastor?

La Biblia nos habla de algunos hombres de Dios quienes tuvieron mucho que decir acerca de sus hijos, como el caso de Jacob (Gn. 49).  Incluso parece darnos el secreto de la tribu que traerá al Anticristo al mundo: “Dan juzgará a su pueblo, como una de las tribus de Israel.  Será Dan serpiente junto al camino, víbora junto a la senda, que muerde los talones del caballo, y hace caer hacia atrás al jinete” (Gn. 49:16, 17).  No sabemos qué habrá pensado Dan al escuchar las palabras del patriarca Jacob, pero no eran los mejores deseos para la descendencia de este hijo.

¿Qué piensa usted deberían de decir sus padres de su vida, sus victorias y sus fracasos?

     PERMÍTAME DECIRLE LO QUE SERÍA MI DESEO FINAL AQUÍ EN ESTE MODELO 1934.

1. Que no hablen de mí, sino de mi Salvador y que el mensaje sea evangelístico.
2. Que en lugar de llorar, canten himnos tales como... «En la Mansión do Cristo está», «Hay un lugar do quiero estar».

429. ¡CUÁN  GRANDE  AMOR!

1) Que Cristo me haya salvado tan malo como yo fui,
Me deja maravillado, pues él se entregó por mí.

CORO
¡Cuán grande amor!  ¡Oh grande amor!  El de Cristo para mí.  ¡Cuán grande amor!  ¡Oh grande amor!
Pues por él salvado fui.

2) Oró por mí en el huerto: “No se haga mi voluntad”.
Y todo aquel sufrimiento causado fue por mi mal.

3) Por mí se hizo pecado, mis culpas su amor llevó.
Murió en la cruz olvidado, más mi alma él rescató.

4) Cuando al final con los santos su gloria contemplaré,
Con gratitud y con cantos por siempre le alabaré.

500. EN  PRESENCIA  ESTAR  DE  CRISTO

1) En presencia estar de Cristo,
Ver su rostro, ¿qué será?
Cuando al fin en pleno gozo
Mi alma le contemplará.

CORO
Cara a cara espero verle
Más allá del cielo azul.
Cara a cara en plena gloria
He de ver a mi Jesús.

2) Sólo tras oscuro velo,
Hoy lo puedo aquí mirar,
Mas ya pronto viene el día,
Que su gloria ha de mostrar.

3) Cuánto gozo habrá con Cristo
Cuando no haya más dolor,
Cuando cesen los peligros
Y ya estemos en su amor.

4) Cara a cara, ¡cuán glorioso
Ha de ser así vivir!
¡Ver el rostro de quien quiso
Nuestras almas redimir!

3. Deseo que no se apresuren a buscar un pastor, porque los bíblicos están en peligro de extinción.  Entre los diáconos pueden suplir las demandas del púlpito cada domingo.

            J. Holowaty, Pastor

volver arriba