Menu

Escuche Radio América

Boletin dominical - 10/03/13

  • Fecha de publicación: Sábado, 09 Marzo 2013, 18:14 horas

Si usted leyó el boletín del domingo anterior habrá notado el extraño caso del «Triangulo de las Bermudas».  Como entonces no completamos, continuamos en este boletín.

 Nadie sabe con exactitud qué ocurre en esta área.  Hay explicaciones de todo tipo, incluyendo rayos mortales que proceden de la Atlántida, la isla mencionada por Platón y que supuestamente se hundió en un pasado remoto, y secuestros de los Ovnis.  Esta creencia se fortaleció gracias a las últimas palabras del teniente Taylor, quien dijo por radio: «No vengan tras de mí... parece como si fueran del espacio exterior».

Ésta supuesta trasmisión radial fue captada por un radio aficionado.  Luego Art Ford, periodista, autor y conferencista, dio la noticia a través de un programa de televisión nacional en Estados Unidos en 1974, explicando que en un principio no le dio mucho crédito a esta información, pero que más tarde recibió confirmación de la torre de control la cual le trasmitió el mismo mensaje: «No vengan tras de mí... parece como si fueran del espacio exterior».

Pero éste no es el único caso de desaparición vinculado con los Ovnis, sino que son muchos.  Francis Hitching en su Atlas Mundial de los Misterios, compiló numerosos casos de embarcaciones y aviones que registraron anomalías magnéticas, al igual que una lista de las muchas desapariciones que han tenido lugar en esa área.  La lista es bastante extensa, a modo de información mencionaré algunas...

Embarcaciones y aviones perdidos
Rosalie, en el año 1800 • Mary Celeste, 1872 • Atlanta, 1880 • Freya, 1902 • Joshua Slocum, 1909 • Cyclops - Barco de carga, 1921 • Carrol A. Derring, 1921 • Raifuku Maru, 1925 • Cotopaxi, 1925 • Suduffco, 1926 • John and Mary, 1932 • La Dahana, 1935 • Gloria Colita, 1940.
En 1947, se perdió contacto de forma definitiva con un avión C-45 Superfort del ejército norteamericano, a 160 kilómetros de las islas Bermudas.  En 1948, un cuatrimotor Tudor Cuarto, civil, con 31 pasajeros a bordo.
En 1948, se perdió un DC-3 con 32 pasajeros y toda su tripulación.  En 1949, desapareció un segundo avión Tudor Cuarto.
En 1950, el barco norteamericano S.S. Sandra se perdió sin dejar rastro.  En 1952, el avión de transporte de pasajeros británico York desapareció con sus 33 pasajeros.
En 1954, el navío de la armada norteamericana Constelation con sus 42 tripulantes.  En 1956, el hidroavión Martín P5M, con diez tripulantes a bordo.
En 1963, el barco Reina del Sulpher, desapareció sin dejar rastro.  En 1967, el carguero militar YC-122.  En 1970, el fletador francés Milton Latrides.
En 1972, el barco alemán Anita de 20.000 toneladas, con 32 tripulantes.  En 1997, desaparecieron todos los pasajeros de un yate alemán.

¿Qué dice la Biblia?
En el libro de George Johnson y Don Tanner, “La Biblia y el Triángulo de las Bermudas”, dice: «En Salmos 42:7 encontramos un pasaje significativo referente a las profundidades del mar.  ‘Un abismo llama a otro a la voz de tus cascadas; todas tus ondas y tus olas han pasado sobre mí’.  El vocablo hebreo para designar la profundidad es ‘tehon’, que significa una masa que surge de las aguas, especialmente de lo profundo, del mar principal o los abismos subterráneos.

      ¿Podría ser una zona de abismos llamando a otra, una puerta a otra puerta?  La misma palabra se menciona en Génesis 1:2, con relación al diluvio ‘y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo’.  También se cita en el diluvio de Noé.  ‘El año seiscientos de la vida de Noé, en el mes segundo, a los diecisiete días del mes, aquel día fueron rotas todas las fuentes del grande abismo...’ (Gn. 7:11a).  En Job dice que el Leviatán ‘Hace hervir como una olla el mar profundo...’ (Job 41:31)».
Otros testigos han hablado de un resplandor amarillo en esa área.  Warren y Betty Miller, misioneros y pilotos, aseguran que vieron un resplandor amarillento sobre el Triángulo, mientras volaban en dirección a Cuba.  Salmos 148:7 y 8 ofrece una correlación interesante: “Alabad a Jehová desde la tierra, los monstruos marinos y todos los abismos; el fuego y el granizo, la nieve y el vapor, el viento de tempestad que ejecuta su palabra”.

Aquí la palabra que se traduce como “vapor” no es la misma que en otros pasajes, también se traduce como «nubes».  Esta sólo se menciona en dos lugares más del Antiguo Testamento, en Génesis 19:28 refiriéndose a “el humo que subía de la tierra como el humo de un horno”.  Y en Salmo 119:83, donde el salmista dice que está “como el odre al humo”.

George Johnson y Don Tanner en el libro, La Biblia y el Triángulo de las Bermudas, se preguntan: «¿Podría existir un resplandor espiritual que sea visible para algunos y que surge del compartimiento del Seol o Hades en el mundo subterráneo?.
      El libro de Apocalipsis dice refiriéndose al abismo: ‘Y abrió el pozo del abismo, y subió humo del pozo como humo de un gran horno; y se oscureció el sol y el aire por el humo del pozo’ (Ap. 9:2).

      Joel profetizó del tiempo en que Dios ‘dará prodigios en el cielo y en la tierra, sangre, y fuego, y columnas de humo’ (Joel 2:30).

      Algunos pueden burlarse, pero Jesús se refiere a ‘las puertas del Hades’ en Mateo 16:18, y en Isaías 38:10 se mencionan las ‘puertas del Seol’.  Notemos también en Joel 38:17, Salmo 9:13 y 107:8, que hablan de ‘las puertas de la muerte... y las puertas de la sombra’».

Durante los muchos incidentes ocurridos en el Triángulo, las brújulas se han comportado de manera errática.  Existen sólo dos localidades en el mundo en que las brújulas apuntan hacia el verdadero norte: En el Triángulo de las Bermudas y en el mar del Diablo, cerca de Japón.  En todos los demás lugares apuntan hacia el norte magnético, con unos cuantos grados de diferencia que corresponden a la inclinación del globo terrestre.

George Johnson y Don Tanner dicen en su libro: «Si bien se trata de un fenómeno físico, ¿no podría ser que los espíritus que han ido al mundo inferior miran hacia el norte con la esperanza de ser liberados.  El norte, dice la Biblia, es el lugar donde está localizado el cielo.  Notemos este pasaje: ‘Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte’ (Is. 14:13)».

Sabemos por la Escritura que el Seol o Hades es un sitio real.  En el Antiguo Testamento era el lugar donde iban los muertos y estaba dividido en dos compartimientos, el primero era el lugar de los condenados y el otro el seno de Abraham.

Para cuando el Señor dijo estas palabras sobre la muerte de un salvo y el otro perdido, respectivamente, lo que hoy conocemos como el cielo se entendía que Abraham estaba en el cielo porque fue quien dio origen a toda una nación monoteista (Israel).  Abraham no solamente creyó “en Dios”, sino que creyó también “a Dios” (Gn. 15:1-6), especialmente el versículo 6.  Israel tuvo la misión de conducir a todos los pueblos politeistas al monoteismo, al único Jehová Dios (Ex. 19:6; Dt. 7:6).  Tal como ellos se mezclaron con los idólatras, y olvidaron la misión que les fue otorgada, lo mismo ocurre con nosotros los cristianos hoy; pues la gran mayoría es más mundana que cuantos nada saben de las enseñanzas de las Escrituras, agregan a los textos de Éxodo y Deuteronomio lo que tenemos en 1 Pedro 2:9, 10.

volver arriba