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La Fiesta de las Trompetas - Rosh Hashaná

  • Fecha de publicación: Sábado, 11 Septiembre 2021, 18:59 horas

La puesta de sol del lunes 6 de septiembre de 2021, marcó en Israel el comienzo de Rosh Hashaná, la festividad del año nuevo, asimismo el inicio del año 5782 en el calendario judío.  Aunque ellos reconocen y usan el calendario gregoriano, sus festividades están determinadas por lo que dicen las Escrituras, y la conmemoración de Rosh Hashaná no es diferente.  Esta fiesta se celebra el primer y segundo día del séptimo mes, el de Tisrí.

Rosh Hashaná también se conoce como la Fiesta de las Trompetas o Yom HaTeruá, el Día del Sonido.  La razón de estos nombres se encuentra en las instrucciones dadas por Dios con respecto a esta festividad en Levítico 23:23-24: “Y habló Jehová a Moisés, diciendo: Habla a los hijos de Israel y diles: En el mes séptimo, al primero del mes tendréis día de reposo, una conmemoración al son de trompetas, y una santa convocación”.

Hoy, miles de años después, los hijos de Israel siguen siendo fieles a las instrucciones Divinas.  En Rosh Hashaná, el eco del shofar, o cuerno de carnero, se escucha en todo su territorio y significa el reconocimiento de los israelitas de la realeza de Dios.  Sin embargo, hay un concepto adicional porque el festival marca el inicio de la época más sagrada del año en el calendario judío. 

Las celebraciones del 31 de diciembre: el año nuevo en el occidente secular, a menudo están marcadas por fiestas lujosas y alegría, pero las del Año Nuevo Hebreo son diferentes: la atmósfera de la celebración es de reverencia y devoción.

Para los judíos es un tiempo de autoexamen, de retrospección, de corregir los errores.  De verificar si hay algo que necesitan cambiar, relaciones que reconciliar, de entender qué espera realmente Dios de cada uno de ellos.  De tratar de ser la persona que Él quiere que cada uno sea. 

En una fiesta típica de Rosh Hashaná, las mesas están cubiertas con comida en abundancia, lo que significa la esperanza de fructificación y prosperidad para el año venidero.  Hay manzanas bañadas en miel para simbolizar el deseo de un dulce año nuevo.  El pescado cocinado, con la cabeza todavía unida, es una sugerencia del comienzo del año y se sirve como plato principal.  Mientras que los alimentos redondos en todas las mesas, representan el ciclo del año.

Durante Rosh Hashaná, al igual que en el día Sábado, los judíos devotos también se abstienen de participar en ciertas actividades, como usar dispositivos eléctricos o electrónicos, conducir o escribir.  En su lugar, suelen asistir a los servicios de oración en la sinagoga, aunque este año es probable que atiendan menos personas debido a la pandemia.

Según el Talmud (los comentarios sobre las secciones legales de la Torá), los judíos le agregaron un día adicional a la observación de esta fiesta.  Esto aparentemente ocurrió alrededor del año 500 a. C., cerca de mil años después de que fueran dadas las regulaciones de Levítico.  Históricamente este cambio se debió a que los rabinos deseaban asegurarse que todos los judíos en las diferentes partes del mundo pudieran divisar la luna nueva, y así poder declarar el Rosh Hashaná.

Un hecho asombroso emerge en los escritos de los teólogos judíos, quienes nos dicen concerniente a Rosh Hashaná, que el mensaje de la trompeta, «Era interpretado también como un símbolo de la final trompeta y como el llamado de convocación de Israel en su eterna batalla por el Reino de Dios».  Sin embargo, esta no es literalmente la final trompeta que se toca en las fiestas judías, ya que todavía hay más toques incluyendo uno particularmente importante en Yom Kippur.

Surgen varias razones posibles respecto a por qué esta festividad llegó a ser conocida por el pueblo como el día de "la final trompeta".  Primero que todo, esta conmemoración solemne que se caracterizaba por cien toques, era la última del mes, en el calendario dado a los judíos en Levítico.  Segundo, este día concluía con un solo toque prolongado que se tornaba cada vez más alto conforme concluía.  Este último trompetazo les recordaba a los judíos el sonido como de bocina que iba aumentando en extremo cuando el Señor descendió sobre el monte Sinaí para hablarle a Moisés.

Un maestro sobre costumbres judías ofrece una excelente exposición sobre este aspecto de Rosh Hashaná.  Explica que a esta celebración se le llama "la final trompeta" por su conexión con el shofar (la trompeta de cuerno de carnero) y con el carnero que reemplazó a Isaac como sacrificio.  Dice que los judíos creían que el animal que quedó trabado en el zarzal y que Abraham usó como sacrificio en lugar de su hijo, representaba al Mesías.  Enseñan también que el séptimo cuerno de este carnero se convirtió en la trompeta shofar que fue tocada en el monte Sinaí a la entrega de la Ley y que el toque de esta trompeta llegó a ser conocido como "la primera trompeta".  Las creencias de los judíos con respecto a Rosh Hashaná, es que se trata de...

1.   Un día de juicio, un llamado por arrepentimiento y un tiempo de convocación para la nación.  Según los escritores judíos, «Isaías explícitamente asoció el sonido del shofar con una amonestación contra el pecado, ya que dijo: ‘Clama a voz en cuello, no te detengas; alza tu voz como trompeta, y anuncia a mi pueblo su rebelión, y a la casa de Jacob su pecado’ (Is. 58:1)».

2.   Un día de juicio para todo el pueblo.  El rabino Ismael del siglo II, dijo: «El hombre es juzgado en Rosh Hashaná y el veredicto es sellado en Yom Kippur».  El Talmud declara: «En el año nuevo todas las criaturas pasan delante de Él como ovejas, tal como es declarado: Es Él quien moldea el corazón de todos ellos y considera todas sus acciones».

3.  Un día para condenar y confundir a Satanás.  Según los rabinos, el diablo tiene una predilección especial por acusar a Israel en año nuevo, presentando delante del Señor todas sus faltas y pecados.

Cuando uno lee los versículos que describen el rapto, encuentra una similitud fascinante con la fiesta de las trompetas.  1 Tesalonicenses 4:16-18 nos dice que Jesús vendrá por los cristianos, "con trompeta de Dios".  Más específicamente, Pablo escribió así sobre el rapto: “He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados” (1 Co. 15:51, 52).

Algunos estudiosos han interpretado el toque de esta "final trompeta" como la última de las siete mencionadas en el capítulo 11 del libro de Apocalipsis.  Sin embargo, ya que el toque de la trompeta es esencialmente parte de la cultura judía, es necesario interpretar su significado a la luz del entendimiento de ellos.

La creencia de que la última trompeta que Pablo dice que se tocara en el Rapto, es la trompeta final de Rosh Hashaná, es incorrecta.  Si esto fuera cierto, entonces el Rapto tendría que ocurrir necesariamente en un día determinado del año y el propio Señor Jesucristo dijo bien claro: “Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre. Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre” (Mt. 24:36, 37).

A principios de la década de 1900, algunos eruditos cristianos también sugirieron, que la fiesta de las trompetas era el llamado para la reunificación de Israel.  No obstante, la mayoría de los estudiosos de las profecías hoy, coinciden en que a pesar de que es obvio que Dios asistió a los judíos para que volvieran a obtener control de su tierra ancestral, todavía no hemos visto su verdadera "reunificación".  Para entender el razonamiento de ellos sólo necesitamos observar que, aunque los judíos están en posesión de su tierra natal, y la cifra de los que han regresado se ha incrementado en forma increíble, todavía hay millones de israelíes dispersos en el mundo.

La fiesta de Rosh Hashaná es una sombra del Rapto, pero nos equivocamos si tratamos de mezclar los elementos de la imagen que Dios nos ha dado, con la realidad que representa.  Las siete fiestas solemnes judías fueron dadas específicamente a la nación de Israel para presentarles varios aspectos del plan redentor de Dios.  Ilustran muchos de sus detalles, pero esto no significa que las festividades reflejen perfectamente el programa de Dios.

Por ejemplo, un día al año los judíos celebran el Día de la Expiación, el que también es una imagen de la Tribulación. Sin embargo, la Tribulación real que conocemos tendrá siete años de duración, mientras el Día de Expiación es sólo uno en el calendario. ¡La imagen apunta a la realidad, pero no la sustituye!

“Porque la ley [... es] la sombra de los bienes venideros, no la imagen misma de las cosas...” (He. 10:1a).

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