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¿Qué podemos esperar para el año 2022?

  • Fecha de publicación: Sábado, 01 Enero 2022, 20:37 horas

Al llegar una vez más a fin de año, no todos sentimos lo mismo.  Los hay aquellos que han dedicado mucho esfuerzo físico y espiritual.  Todos cuantos lo han hecho y se han sentido bastante cansados más de una vez, se dan cuenta que valió la pena el trabajo que emprendieron justo en el fin de año anterior.

¿Se ha dado cuenta hermano que cada uno de nosotros decide cómo usar su vida?  Es probable que usted esté insatisfecho con lo que tiene como resultado ahora que ha entrado en una nueva oportunidad.  Pero… ¿qué le hace ver que las cosas en su caso irán mejor?

Si usted no hizo un cambio cualquier otro día, el 1° de enero no le brinda mejor oportunidad o fuerzas o deseos para ofrecer al Señor una consagración total.

¿Cómo cree usted celebraban el Año Nuevo hombres como: Pablo, Pedro, Juan y tantos otros que no han vivido en vano?

Pedro tuvo el primer gran mensaje evangelístico y la cosecha sin duda alguna no la esperaba él mismo, pero 3000 almas pasaron de muerte a vida.

¡Cuán oportuno sería leer una vez más las Epístolas de Pedro, lo difícil que le fue desde el primer momento cuando estaba al frente de la iglesia en Jerusalén!

En cuanto a Pablo, es casi imposible captar cómo pudo escribir 13 epístolas, formar tantas iglesias en Europa y en otros países; pero esto no nos sorprende tanto, sino el contenido de todo cuanto él nos dejó.

Finalmente, Juan, dejándonos el evangelio que lleva su nombre, además las epístolas y el Apocalipsis.  ¡Cuánta riqueza en todo esto!  No seamos negligentes y aprovechemos este nuevo año para agradecer al Señor por estos siervos suyos y hermanos nuestros.  Si en estos días de tanta maldad y tergiversación de las doctrinas bíblicas logramos sobrevivir, será una gran bendición y estaremos alabando al Señor con nuestro diario andar.

¿Y cómo comenzar esto?  Lo primero que debiéramos de hacer es corregir lo que hay en nuestros hogares si no es del agrado de nuestro Señor.

La recomendación es: Oremos para que el Señor nos ayude.  Nadie debe pretender que le será muy sencillo, muy fácil todo, porque estamos cerca de lo que conocemos como: EL APOCALIPSIS.

Los padres deben hacer hasta lo imposible para que cuando el Señor recoja a Su Iglesia, cada pareja pueda partir con sus hijos y nietos también.  Pero recuerde, el Señor nos da un año más como diciéndonos: «Hijo mío, tienes a tu cargo otros 12 meses, ¿sabrás usarlos?»

¿Qué  podemos  esperar  para  el  año  2022?

Si tuviéramos que sugerir algo a la Iglesia Bíblica Misionera, diríamos que vemos como algo muy necesario, el que la misma luche en dos frentes: Por un lado, que cada hermano tome en serio la vida de santidad.  No cabe duda de que ésta realmente es la voluntad de Dios: “Pues la voluntad de Dios es vuestra santificación...” (1 Ts. 4:3a).

El segundo frente sería un mayor interés en la asistencia.  Son muy pocos los hermanos que traen a sus amigos, vecinos o parientes aún no salvos cuando concurren a los servicios dominicales. 

¿Es  usted  un  visitante?

Si usted no es parte de esta Iglesia, pero nos ha visitado para escuchar la Palabra de Dios, muy bienvenido.  Haga las paces con Dios cuanto antes.  Reciba por la fe a Cristo Jesús como Salvador personal.  Conozca todo cuanto tiene que ver con el verdadero cristianismo, la salvación del pecador, el perdón que Dios ofrece y la seguridad eterna que está a su alcance.

Un  consejo  importante
Evite comenzar el nuevo año llevando sobre sus espaldas los pecados del año pasado.  Déjelos, en sincera oración, al Señor.  Él sabe qué curso darles y usted puede saberlo si lee algunas declaraciones Suyas:

“He aquí, amargura grande me sobrevino en la paz, mas a ti agradó librar mi vida del hoyo de corrupción; porque echaste tras tus espaldas todos mis pecados” (Is. 38:17).
“Yo, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí mismo, y no me acordaré de tus pecados” (Is. 43:25).

“Yo deshice como una nube tus rebeliones, y como niebla tus pecados; vuélvete a mí, porque yo te redimí” (Is. 44:22).

“Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar” (Is. 55:7).

“¿Qué Dios como tú, que perdona la maldad, y olvida el pecado del remanente de su heredad? No retuvo para siempre su enojo, porque se deleita en misericordia” (Mi. 7:18).

“Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad” (1 Jn. 1:9).

“Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo.  Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo” (1 Jn. 2:1, 2).

¡Tomemos estas palabras en serio, porque se trata de una oferta divina de completo perdón, sin importar cuán grave sea nuestro pasado!  ¡Comencemos este año nuevo tan anhelado!

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