Cronología de la Tribulación (IV)
- Fecha de publicación: Sábado, 25 Junio 2022, 18:04 horas
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La destrucción de Babilonia
En algún momento, en medio de todo este caos y horror tendrá lugar la destrucción de Babilonia, el falso sistema religioso. Dios reserva el juicio final para aquellos que mantuvieron las tradiciones religiosas de Babilonia antigua, y estos versículos se refieren a la destrucción de Roma. Dios le da a esta ciudad del falso rey, el Anticristo, y del falso sumo sacerdote, el Papa, la copa llena del vino del furor de su ira: “Y los reyes de la tierra que han fornicado con ella, y con ella han vivido en deleites, llorarán y harán lamentación sobre ella, cuando vean el humo de su incendio, parándose lejos por el temor de su tormento, diciendo: ¡Ay, ay, de la gran ciudad de Babilonia, la ciudad fuerte; porque en una hora vino tu juicio!” (Ap. 18:9, 10).
Con todo el armamento nuclear y el caos que se habrá desatado sobre la tierra, el horror seguirá en aumento, ya que simultáneamente también serán vertidas sobre la tierra las copas de la ira de Dios. El juicio de las copas son los juicios finales y absolutos de Dios sobre la tierra. Hay mucha similitud entre los juicios de las copas y los juicios de las trompetas, pero hay tres diferencias principales:
1. Los juicios de las copas son totales mientras que los de las trompetas son parciales.
2. Los juicios de las trompetas, le dan a los inconversos la oportunidad de arrepentirse, pero los juicios de las copas no, y
3. La humanidad es afectada indirectamente por varios de los juicios de las trompetas, pero atacadas directamente por todos los juicios de las copas.
Primera copa
“Fue el primero, y derramó su copa sobre la tierra, y vino una úlcera maligna y pestilente sobre los hombres que tenían la marca de la bestia, y que adoraban su imagen” (Ap. 16:2). Durante el periodo de la Tribulación, el Anticristo tendrá el poder de realizar milagros falsificados. Incluso hasta hará descender fuego del cielo: “También hace grandes señales, de tal manera que aun hace descender fuego del cielo a la tierra delante de los hombres” (Ap. 13:13).
Aumentarán las pestes, habrá intercambios nucleares, hambre y muertes para los seguidores del Anticristo y el falso profeta. Habrá también manifestaciones terribles en el espacio, lo mismo que grandes alteraciones en todo el planeta. Aunque las descripciones que ofrece la Biblia parecen sacudidas físicas de la corteza terrestre, causada por terremotos y erupción volcánica, a todo esto, debemos sumar los efectos del invierno nuclear. Es cierto que las cenizas volcánicas hacen que la luna se torne roja. Después de la erupción en Krakatoa, una pequeña isla volcánica situada en el suroeste de Indonesia, en el estrecho de la Sonda, entre Java y Sumatra, se dice que el sol se oscureció y la luna lucía roja. Los maremotos causados acabaron con 36.000 personas.
Segunda copa
“El segundo ángel derramó su copa sobre el mar, y éste se convirtió en sangre como de muerto; y murió todo ser vivo que había en el mar” (Ap. 16:3). Las aguas de los océanos se tornarán como sangre. Note la similitud de esta plaga con la que Dios ejecutó en Egipto por medio de Moisés: “Así ha dicho Jehová: En esto conocerás que yo soy Jehová: he aquí, yo golpearé con la vara que tengo en mi mano el agua que está en el río, y se convertirá en sangre. Y los peces que hay en el río morirán, y hederá el río, y los egipcios tendrán asco de beber el agua del río” (Éx. 7:17, 18).
Tercera copa
“El tercer ángel derramó su copa sobre los ríos, y sobre las fuentes de las aguas, y se convirtieron en sangre. Y oí al ángel de las aguas, que decía: Justo eres tú, oh Señor, el que eres y que eras, el Santo, porque has juzgado estas cosas. Por cuanto derramaron la sangre de los santos y de los profetas, también tú les has dado a beber sangre; pues lo merecen. También oí a otro, que desde el altar decía: Ciertamente, Señor Dios Todopoderoso, tus juicios son verdaderos y justos” (Ap. 16:4–7).
Los mártires bajo el altar están ahora satisfechos viendo que se ha hecho justicia. Recuerde que estos mártires en el quinto sello “... Clamaban a gran voz, diciendo: ¿Hasta cuándo, Señor, santo y verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre en los que moran en la tierra?” (Ap. 6:10). Ahora en la tercera copa, responden con aprobación al juicio de Dios.
Cuarta copa
“El cuarto ángel derramó su copa sobre el sol, al cual fue dado quemar a los hombres con fuego. Y los hombres se quemaron con el gran calor, y blasfemaron el nombre de Dios, que tiene poder sobre estas plagas, y no se arrepintieron para darle gloria” (Ap. 16:8, 9). Ahora el sol quemará con un calor intenso. Estas personas condenadas, con sus corazones endurecidos responderán maldiciendo a Dios, ya que los condenados son incapaces de arrepentirse. Eso fue lo mismo que le ocurrió al Faraón en Egipto a quien Dios endureció su corazón.
La quinta copa
“El quinto ángel derramó su copa sobre el trono de la bestia; y su reino se cubrió de tinieblas, y mordían de dolor sus lenguas” (Ap. 16:10). Moisés ejecutó un juicio similar en Egipto, esto lo tememos en Éxodo 10:21–23: “Jehová dijo a Moisés: Extiende tu mano hacia el cielo, para que haya tinieblas sobre la tierra de Egipto, tanto que cualquiera las palpe. Y extendió Moisés su mano hacia el cielo, y hubo densas tinieblas sobre toda la tierra de Egipto, por tres días. Ninguno vio a su prójimo, ni nadie se levantó de su lugar en tres días; mas todos los hijos de Israel tenían luz en sus habitaciones”
Sexta copa
“El sexto ángel derramó su copa sobre el gran río Éufrates; y el agua de éste se secó, para que estuviese preparado el camino a los reyes del oriente” (Ap. 16:12).
En el momento del Armagedón, el flujo del río Éufrates en Irak estará seco para permitir que los ejércitos invadan a Israel. Este lecho seco abrirá el camino para los ejércitos de los reyes de Oriente, que avanzarán hacia el valle de Armagedón en Israel. Desde la década de 1990 la represa de Ataturk en Turquía detiene el flujo del río Éufrates.
Los versículos indican que son varios reyes, lo cual podría ser el resultado de que China se disolverá en países pequeños que estarán unidos por una confederación. Una consecuencia del deseo de China de someter a Taiwán bajo su control, mientras que al mismo tiempo le dará la libertad que necesita Hong Kong para prosperar. Tal confederación podría incluir las poblaciones de otras potencias económicas e incluir a India, Japón y Corea del Sur.
Ahora tres espíritus malignos hablan a través del dragón, de Satanás, de la bestia el Anticristo, y el falso profeta. Su mensaje es a los líderes mundiales: para que envíen sus ejércitos al Armagedón: “Y vi salir de la boca del dragón, y de la boca de la bestia, y de la boca del falso profeta, tres espíritus inmundos a manera de ranas; pues son espíritus de demonios, que hacen señales, y van a los reyes de la tierra en todo el mundo, para reunirlos a la batalla de aquel gran día del Dios Todopoderoso” (Ap. 16:13, 14).
Finalmente, las naciones del mundo se congregarán en el valle de Josafat o Armagedón para atacar a Israel y habrá un gran derramamiento de sangre: “Y fue pisado el lagar fuera de la ciudad, y del lagar salió sangre hasta los frenos de los caballos, por mil seiscientos estadios” (Ap. 14:20).
Cuando tal parece que todo está perdido para Israel, el Señor descenderá del cielo para defender a su pueblo: “Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea. Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo. Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: EL VERBO DE DIOS. Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos. De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso. Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES” (Ap. 19:11-16).
La séptima copa
“El séptimo ángel derramó su copa por el aire; y salió una gran voz del templo del cielo, del trono, diciendo: Hecho está. Entonces hubo relámpagos y voces y truenos, y un gran temblor de tierra, un terremoto tan grande, cual no lo hubo jamás desde que los hombres han estado sobre la tierra. Y la gran ciudad fue dividida en tres partes, y las ciudades de las naciones cayeron; y la gran Babilonia vino en memoria delante de Dios, para darle el cáliz del vino del ardor de su ira. Y toda isla huyó, y los montes no fueron hallados. Y cayó del cielo sobre los hombres un enorme granizo como del peso de un talento; y los hombres blasfemaron contra Dios por la plaga del granizo; porque su plaga fue sobremanera grande” (Ap. 16:17-21).
Este enfrentamiento y todas las catástrofes culminarán con la derrota total del Anticristo y sus ejércitos: “Y vi a la bestia, a los reyes de la tierra y a sus ejércitos, reunidos para guerrear contra el que montaba el caballo, y contra su ejército. Y la bestia fue apresada, y con ella el falso profeta que había hecho delante de ella las señales con las cuales había engañado a los que recibieron la marca de la bestia, y habían adorado su imagen. Estos dos fueron lanzados vivos dentro de un lago de fuego que arde con azufre. Y los demás fueron muertos con la espada que salía de la boca del que montaba el caballo, y todas las aves se saciaron de las carnes de ellos” (Ap. 19:19-21).
El Señor después establecerá su reino milenial de justicia sobre la tierra.