Menu

Escuche Radio América

La historia del amor de Dios - II

  • Fecha de publicación: Sábado, 09 Agosto 2025, 21:12 horas

Dios  quiere  que  usted  vuelva

El mensaje total de la Biblia es que Dios nos ama tanto que quiere que volvamos a él.  Así como el padre estaba esperando ansiosamente el regreso de su hijo, así Dios anhela que regresemos a él.

¿Pero cómo puede Dios perdonar nuestros pecados? ¿Los pasa por alto, sin prestarles atención? Eso no es justo, ¿no es así?

No, Dios no pasa por alto nuestros pecados.  Nuestros pecados son castigados.  Pero Dios nos ama tanto que permitió que su Hijo, Jesucristo, fuese castigado en lugar nuestro.  ¿Recuerda usted el pasaje bíblico mencionado al principio de esta columna? “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito...”  ¿Dado para qué?  Él dio a Jesús para que llevase sobre sí el castigo del pecado que nos tocaba a nosotros.  Por eso, cuando volvemos a él y confesamos nuestros pecados, él nos puede perdonar porque todos los pecados que hemos cometido han sido pagados mediante la muerte de Cristo en la cruz.

Pedro, uno de los discípulos de Jesús y personaje importante en el Nuevo Testamento, cuando mucha gente le preguntó qué podían hacer para ser salvos, dijo: “Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo” (Hch. 2:38).

“En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados” (1 Jn. 4:10).

Dos son entonces las cosas que debemos hacer para volver a Dios:

  1. ARREPENTIRNOS:  Esto quiere decir que tenemos que reconocer que hemos pecado.  Quiere decir también que admitimos que no podemos hacernos agradables ante Dios por nosotros mismos, sino que debemos entregarnos a su misericordia.  Le decimos a Dios que estamos afligidos y apenados por nuestros pecados: “Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio” (Hch. 3:19).  “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad” (1 Jn. 1:9).

 

  1. SER BAUTIZADOS: Esto significa que debemos creer que Jesús es nuestro Salvador y declararlo públicamente ante otra gente.  Esta declaración pública comienza con el bautismo, pero es una confesión pública que debemos hacer también con nuestra boca.  Debemos estar dispuestos a ser conocidos como cristianos: “Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva” (Ro. 6:4).  “Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare” (Hch. 2:38, 39).

¿Qué  es  un  Cristiano?

Un cristiano es una persona a la cual Dios le ha dado el Espíritu Santo.  Esa persona entra en una nueva vida que nunca terminará, ni siquiera con la muerte física.  El Espíritu Santo mora en nosotros y nos da la paz con Dios, produciendo en nuestras vidas frutos de amor, gozo, paz, mansedumbre, bondad y santidad: “Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho” (Jn. 14:26).  “El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios” (Ro. 8:16).

Cómo  ser  cristiano

Usted puede ser cristiano ahora mismo.  Esto se logra entregándose uno a Cristo en oración.  Ore en voz alta la siguiente plegaria:
«Padre Celestial, he pecado contra ti y contra otros.  Confieso ese pecado.  Te pido que me recibas como hijo(a) tuyo(a) para vivir contigo para siempre.  Creo que has castigado mis pecados en tu Hijo Jesús, y que ahora ya han sido apartados de mí tan lejos como el oriente está del occidente.  Conviérteme en un ser agradable ante ti.  Ponme el manto de justicia.  Dame tu Santo Espíritu para que pueda producir en mi paz, gozo, amor, mansedumbre, bondad y pureza.  Te pido esto en el nombre de Jesús, mi nuevo Salvador y Señor. Amén».
“Yo te he invocado, por cuanto tú me oirás, oh Dios; Inclina a mí tu oído, escucha mi palabra. Muestra tus maravillosas misericordias, tú que salvas a los que se refugian a tu diestra” (Sal. 17:6).

Creciendo  como  cristiano

Después de haber hecho esta oración, usted puede estar seguro de que Dios la contestará y que una nueva vida ha comenzado en usted.  Esta nueva vida no será apagada. “El que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo” (Fil. 1:6).  Seguir a Jesús, ser un discípulo, significa que uno tiene hambre de saber más acerca de él.  Usted llegará a saber más sobre Dios estudiando su Palabra diariamente, ya sea a solas o con su familia y también como parte de un grupo de estudio bíblico.  Esta Biblia ha sido preparada especialmente para ayudarle a usted a hacer lo que recién mencionamos.  Usted está listo ahora para leer el próximo ensayo, que le mostrará cómo comenzar su estudio de este maravilloso libro. 

“De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas” (2 Co. 5:17).  “Y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios.  Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros, a él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amén” (Ef. 3: 19-21).

volver arriba