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¿Qué, si...?

  • Fecha de publicación: Viernes, 09 Marzo 2012, 22:53 horas

Vivimos en una edad de ecumenismo. Mientras es correcto ser tolerante, la tolerancia puede ser excesiva. Jesús dijo que el camino angosto conduce al cielo. En Juan 14:6 hizo esta clarificación: “...Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí”. Sólo él es el camino angosto.

Por lo tanto, ¿qué pasa si aceptamos las enseñanzas falsas y los falsos maestros? ¿Debemos aceptarlos o no estar de acuerdo?

Después de pasar varias horas con misioneros mormones en Palmyra, Nueva York, haciéndoles preguntas sin ninguna respuesta bíblica, otra cosa vino a mi mente. Les dije: «Ustedes son muy dedicados y admiro su pasión por lo que creen, pero tengo una pregunta más y necesito hacérselas antes de irme». Sara, la joven que estuvo hablando todo el tiempo, interrumpió y dijo: «No son muchas las personas que vienen a hacernos preguntas. Soy yo quien supuestamente debe estarlo cuestionando a usted».

Y le respondí: «Le dejaré que tenga su turno en un momento, pero primero permítame hacerle una última pregunta. ¿Qué pasaría si Joseph Smith estuviera equivocado? ¿Qué pasaría si simplemente hubiera inventado una historia y ustedes están siendo extraviados?»

«Oh, nosotros tenemos el testimonio», dijo la otra muchacha que a duras penas había pronunciado una palabra hasta ese momento. «¿Quiere decir que la verdad depende de un sentimiento abrasador en su pecho?», le pregunté.

Y Sara replicó: «Usted prometió que esta sería su última pregunta».

Era obvio que Sara estaba todavía pensando en lo que le había dicho. Finalmente respondió: «Si usted está correcto y yo estoy equivocada, entonces un montón de mormones están con las rodillas bien hundidas en el excremento».

Justo en este momento la puerta de la habitación en donde estábamos sentados se abrió de súbito. «Hay otros investigadores que les gustaría hablar con ustedes muchachas», un caballero anciano dijo impulsivamente. «¿Podrían por favor concluir esta conversación?»

«Sí señor» - dije - «saldré en un momento». Les di gracias a las chicas por haber gastado tanto tiempo. Entonces Sara inquirió: «¿Quién es usted y por qué me hizo tantas preguntas?» En esta ocasión yo le respondí a ella. Mencioné que era un autor y que estaba investigando para un libro que estaba escribiendo titulado Engaño en los últimos días en el nombre de Cristo.

Ella se mostró muy interesada. «¿Es todo sobre nosotros?», inquirió. Y respondí: «No, de hecho el título es Vino nuevo y el vino de Babilonia. Es acerca de protestantes y católicos que basan su fe en experiencias y cómo una iglesia apóstata se está desarrollando y engañando al mundo».

Sara se mostró aliviada de que sus respuestas a mis preguntas no fueran a aparecer en mi libro. El señor mayor parecía incluso más aliviado al notar que ya íbamos de salida. Sin embargo, ambas chicas siguieron a mi amigo Tony y a mí hasta el auto. «¿Cómo puedo conseguir una copia de su nuevo libro?» - preguntó Sara. Tony prometió que regresaría con una copia tan pronto como saliera de la imprenta. El libro fue publicado simultáneamente con otro libro pequeño que también había escrito yo. Se titula El evangelio según Joseph Smith: Lo que creen los mormones.

Tony prometió que le entregaría personalmente ambos libros a Sara. Espero y oro para que Sara todavía se encuentre allí. Si no es así, tal vez alguien en la colina mormona del Centro Cumorah le entregue los libros a ella.

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