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Siendo bíblico

  • Fecha de publicación: Viernes, 09 Marzo 2012, 23:10 horas

Entendiendo los Tiempos está dedicado a decirles a las personas la verdad. Desde nuestro propio principio, nuestra meta siempre ha sido examinar, revelar y exponer las tendencias actuales a la luz de la Biblia. Creemos que la Escritura es la Palabra de Dios. Cuando las experiencias religiosas se oponen a la Palabra,

estoy convencido que hay que exponerlas a la luz de la verdad. ¿Cuál es su opinión? ¿Cree que es correcto o incorrecto?

Trato con tendencias actuales y asuntos que a menudo son controversiales. Aunque siempre he tratado de basarme en la Biblia, algunos me han escrito o me han llamado por teléfono muy enojados, asegurando que se sentían ofendidos por lo que había dicho.

No es mi objetivo ofender a las personas. Reconozco que la fe es territorio sagrado. Claro está, preferiría que las personas dijeran que están de acuerdo con lo que escribo. A pesar de eso, me siento obligado a hablarles a las personas cuando puedo ver que sus creencias no están en armonía con lo que enseña la Biblia.

También creo que es importante escuchar lo que dicen mis críticos. Como cristiano que cree en la Biblia, sería hipócrita de mi parte no estar abierto a la corrección por personas que tienen opiniones que expresar basadas en la Biblia.

No hace mucho, recibí un mensaje electrónico de una señora que estaba muy enojada contra mí. Ella comenzó diciendo que estaba orando para que Dios me mostrara la luz. Deseaba saber por qué estaba tan amargado y tergiversado hacia los católicos. Se preguntaba si acaso no había sido un católico que abandonó su fe o si había sido lastimado por un católico y no sabía cómo responder.

Estaba particularmente ofendida por lo que había dicho acerca de la “Eucaristía”. Me amonestó para que nunca dijera otra palabra contra la “Eucaristía”. Aseguraba que sabía que la Eucaristía era de Dios porque había tenido muchas experiencias eucarísticas. Decía, que cuando estaba arrodillada delante de la Eucaristía adorándola, “Cristo le habló con voz audible”. Para ella esta experiencia fue de Dios y cualquier cosa que yo dijera en contra de esto era del diablo.

¿Si usted fuera yo, que habría hecho? ¿Quién estaba correcto y quién equivocado? ¿Debía asentir a sus palabras, no hacerlo o no volver a decir otra palabra? ¿O debo continuar advirtiéndoles a las personas sobre enseñanzas, prácticas y creencias que muchos abrazan, pero que no se encuentran en la Biblia?

La respuesta a esta pregunta final es bien clara para mí. Prefiero obedecer a Dios que buscar la alabanza de los hombres. Vivimos en un día y edad, cuando hay muchas voces, muchas creencias y muchos que son engañados. Creo que es correcto decirles la verdad a las personas, sin importar su costo.

¡Eso fue lo mismo que hizo Jesús!

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