El antídoto contra la falta de unión
- Fecha de publicación: Miércoles, 24 Septiembre 2008, 14:39 horas
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El conde Nicolaus Ludwig von Zinzendorf nació en Dresden, Alemania, en una noble familia pietista en el año 1700. Los pietistas eran luteranos que buscaban conocer al Señor Jesucristo personalmente y vivir una vida piadosa.
A la edad de seis años, Zinzendorf le entregó su vida a Jesús. En la sencillez de la infancia escribió dos cartas de amor a Jesús y las arrojó a través de las ventanas del castillo. A los diez años fue enviado a la escuela en Halle, el centro del pietismo alemán.
Completó su educación en la Universidad de Wittenberg y en 1721 compró la propiedad de su abuela que contenía la villa de Berthelsdorf. Un poco después de esto, un líder de los moravos, los descendientes espirituales de Jan Hus, llegó y le preguntó si los oprimidos moravos podrían refugiarse en su tierra. Zinzendorf estuvo de acuerdo y en diciembre de 1722 llegaron los primeros diez. Les entregó una parcela de tierra que fue llamada Herrnhut, lo que cual significa “El Señor está mirando”.
Como el pastor pietista de la iglesia luterana en Berthelsdorf compartía la visión de los moravos en su predicación, los luteranos pietistas pronto se hicieron parte de Herrnhut, tal como habían hecho los Reformados y los Anabaptistas. Para 1727 la población había alcanzado trescientos, pero comenzaron a surgir las divisiones.
Prevalecían barreras en el lenguaje, y se suscitaron riñas entre los moravos y los luteranos sobre la liturgia de la iglesia. Zinzendorf determinó no permitir que Herrnhut se destruyera, él mismo se mudó allí, yendo de casa en casa tratando de traer unión en la comunidad.
El 19 de julio de 1727, organizó a todos los adultos en grupos espirituales de dos o tres. Agrupó a las personas con afinidad natural el uno por el otro y nombró a uno de ellos como líder. Comenzaron a reunirse regularmente para orar, exhortar y compartir sus cargas los unos con los otros.
El pueblo en Herrnhut empezó a ver cómo sus diferencias fueron desapareciendo conforme se enfocaban en sus mutuos problemas. El domingo 13 de agosto, el pastor de la iglesia luterana dio una breve predicación en Herrnhut para prepararlos para la cena del Señor. El pueblo entonces caminó hacia la iglesia en Berthelsdorf. El servicio comenzó cantando el himno Líbrame oh Dios de todas mis ataduras y grilletes, luego todos se arrodillaron y cantaron:
Mi alma se postra ante Ti
Hacia Ti, mi espíritu vuela
La congregación se sintió sobrecogida por tal emoción que el sonido de los sollozos casi ahogaban el canto. Varios hombres oraban con gran fervor. Zinzendorf guió a la congregación en una oración de confesión por haber roto su compañerismo anteriormente. Luego todos participaron de la cena del Señor. Después del servicio las personas que previamente habían estado peleando, se abrazaron unos con otros, comprometiéndose a amarse a partir de ese momento.
Los residentes de Herrnhut lo vieron como el día de su Pentecostés. Pronto comenzaron un ministerio de oración durante las veinticuatro horas, el cual continuó por cien años.
Los moravos se convirtieron en la primera iglesia protestante en enviar misioneros. Cuando Zinzendorf murió tres años después, doscientos veintiséis misioneros habían sido enviados desde Herrnhut a Santa Cruz, Groenlandia, Laponia, Georgia, Suriname, Guinea, Sur África, Argelia, Ceilán, Rumania y Constantinopla. Uno de cada seis, de los primeros moravos, se convirtió en misionero.
El día antes de morir, Zinzendorf le hizo esta pregunta a un amigo moravo: “¿Alguna vez supusiste al principio, que el Salvador haría tal como nosotros ahora vemos en las varias comunidades moravas... entre los paganos?... ¡Qué formidable caravana de nuestra iglesia, se encuentra ya alrededor del Cordero!”.
El día siguiente el conde Von Zinzendorf se unió a esa caravana que está adorando al Señor sobre su trono.
Reflexión
No fue coincidencia de que este “Pentecostés” moravo hubiera sido precedido por semanas de oración ferviente, o que la primera comunidad protestante que pusiera tanto énfasis en las misiones fuera la iglesia que permaneció orando por cien años. ¿Cuál es el papel de la oración en la iglesia de Dios, para alcanzar al mundo para Cristo?
“Entonces dijo a sus discípulos: A la verdad la mies es mucha, mas los obreros pocos. Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies” (Mateo 9:37 y 38).