El bautismo no le sirvió de nada
- Fecha de publicación: Miércoles, 24 Septiembre 2008, 14:39 horas
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Karl Marx nació el 5 de mayo de 1818, en Trier, Prusia. Era descendiente de un distinguido linaje de eruditos judíos. Su padre era abogado y cuando en 1816 un decreto prusiano prohibió que los judíos ocuparan posiciones de prestigio en la ley, su familia abrazó el luteranismo. El 26 de agosto de 1824 , Karl y sus hermanos fueron bautizados.
Fue confirmado a la edad de quince años y por un rato parecía ser un cristiano comprometido. Sin embargo, conforme continuaba su educación, toda su apariencia de cristianismo fue desapareciendo. Recibió un doctorado en filosofía de la Universidad de Jena. Trabajó como editor en París y Bruselas antes de establecerse en 1849 en Londres en donde permaneció por el resto de su vida. Allí se involucró en la política revolucionaria pero pasó la mayor parte de su tiempo estudiando en el Museo Británico.
Marx era un poeta. Cuando niño su poesía giraba alrededor de dos temas: su amor por Jenny von Westphalen, la niña que vivía al lado de su casa con quien se casó en 1841, y la destrucción del mundo. Sus poemas estaban colmados con salvajismo, odio, pactos suicidas y pactos con Satanás. En uno de ellos escribió:
“Somos los monos de un Dios frío”. Una de sus frases favoritas era de Fausto: “Todo lo que existe merece perecer”. El tema de una conflagración apocalíptica venidera ocupó su pensamiento a lo largo de su vida. Escribió sobre “El día del juicio”, cuando “las reflexiones de ciudades en llamas son vistas en el cielo”. Durante una conferencia en 1856 dijo: “La historia es el juicio, sus verdugos el proletariado”. Esta visión de condenación era una noción artística en la mente de Marx, no una conclusión científica.
Muchas de sus frases favoritas mostraban su desdén por todo lo espiritual, tal como “La religión es el opio del pueblo”; “La religión es sólo el sol ilusorio alrededor del cual gira el hombre, hasta que comienza a girar alrededor de sí mismo”. Un conocido suyo concluyó: “Marx no cree en Dios, pero cree mucho en sí mismo y hace que todos le sirvan. Su corazón no está colmado de amor, sino de amargura y tiene muy poca simpatía por la raza humana”.
¿Qué clase de fruto produciría en la vida de un hombre actitudes como ésta? Marx tenía un estilo de vida poco saludable. Fumaba y era un bebedor empedernido. Raras veces se bañaba o aseaba. Era totalmente incompetente administrando el dinero. Nunca trató seriamente de conseguir un trabajo, sino que en lugar de eso vivía de los préstamos que le hacían familiares y amigos y que nunca pagaba. Su madre una vez expresó su deseo de que Karl debería “acumular capital en lugar de estar sólo escribiendo al respecto”.
Estaba a salvo financieramente, gracias a herencias sustancias que le proveían una renta anual equivalente a tres salarios de un obrero especializado en ese tiempo. Incluso con esta generosa herencia, todo lo que él y su esposa sabían hacer era gastar y pedir prestado. La cubiertería de plata de la familia siempre estaba en la casa de empeño, al igual que sus ropas. Hubo un tiempo en que Karl sólo tenía ropa suficiente para salir de la casa, hasta el extremo de contar con un solo par de pantalones.
Su vida familiar era desastrosa. Una de sus hijas murió de una sobredosis de opio y otra en un pacto suicida.
A pesar de sus escritos respecto a la lucha de la clase trabajadora, Marx sólo conocía personalmente a un miembro de esta clase trabajadora. Se llamaba “Lenchen” y fue la sirvienta de su familia desde 1845 hasta su muerte en 1890. Aunque Marx colectaba informes de muchos trabajadores que recibían salarios ínfimos, nunca encontró evidencia de un trabajador que no recibiera salario. Sin embargo, una de esas personas vivía en su propia casa. Lenchen nunca recibió un centavo de Marx por su labor, sólo una habitación y los alimentos. Marx tuvo un hijo de ella, Freddy, pero convenció a su protegido Friedrich Engels para que reclamara su paternidad en su lugar. A Freddy se le permitía visitar a Lenchen sólo entrando a través de la puerta trasera. Marx en una ocasión conoció a su hijo cuando entraba por la puerta de atrás, pero Freddy nunca supo que el filósofo radical era su padre.
Reflexión
¿Cree que el bautismo y confirmación de Karl Marx tuvo algún efecto en su vida posterior? ¿Cuáles cree que fueron los principales factores que hicieron de Marx el hombre en que se convirtió?
“Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase que no todos son de nosotros” (1 Juan 2:19).