Requisitos modernos para el pastorado apóstata

1. Que sea varón o mujer, da lo mismo, no discriminamos.
2. Si de hombre se trata, que esté convencido que es un “dios”, y si es una mujer, que no dude que es una “diosa”.
3. Siendo un... “dios”, debe recordar que tiene todos los atributos divinos, tales como sanar enfermos, crear riquezas con sólo pronunciar la palabra (lo cual se conoce como “el poder de la palabra”), y que aspire poder resucitar muertos, ya que Dios todo lo puede.
4. Que conozca bien el arte de la manipulación de las masas ignorantes para hacerles pensar a sus televidentes que es un verdadero hombre del único verdadero Dios.
5. Que no use palabras tales como, pecado, santidad, en el sentido bíblico, juicio divino, infierno y otros términos que nada bueno traen, solamente alejan a las multitudes.  En una palabra, que sea ampliamente inclusivo.
6. Que esté convencido de que Jesús no es el único a quien debemos seguir y obedecer.  Lo son muchos otros también, tales como Buda, Zoroastro, Mahoma, los Papas, Moisés, Pedro, Pablo, David, etc.
7. Que tenga una proyección del reino celestial aquí y ahora, sabiendo que una “iglesia” compuesta del cristianismo en todas sus expresiones, del islam, de budismo, de las religiones de la India y todo cuanto se conoce como paganismo, hechicería y brujería, es apenas una “expresión natural” de lo que por siglos se definió como exclusividad del cristianismo.
8. Que no defienda los llamados «valores morales» basados en la Biblia, ya que cada uno establece sus propios valores.  El candidato debe saber que lo que para él es inmoral, no necesariamente lo es para muchos otros.
9. Deberá involucrarse decididamente en el movimiento ecuménico “multi cultural”, “multi espiritual” y “multi religioso”.
10. Que reconozca que nuestro planeta es una pequeña “aldea”, la cual debe ser cuidada y en la cual debemos aprender la tolerancia, es decir, que siempre uno debe ceder ante las exigencias de los demás.  Respetar a la mayoría.
11. Que no predique ni enseñe la Biblia.  Más bien que ofrezca música para la generación joven.  Música sensual, estridente, divertida, que mueva la cadera y la pelvis, que sea... expresiva incluso en sus movimientos físicos, tanto de los “cantantes” como de cuantos la escuchen.  Se debe alabar a Dios con el cuerpo también, no solamente con el alma y el espíritu.  No olvide que David danzaba.  Recuerde siempre el Salmo 150:3-6, cuando de alabanzas se trate: “Alabadle a son de bocina; alabadle con salterio y arpa.  Alabadle con pandero y danza; alabadle con cuerdas y flautas.  Alabadle con címbalos resonantes; alabadle con címbalos de júbilo.  Todo lo que respira alabe a JAH.  Aleluya”.
12. Dedique mucho tiempo para la “música” y no importa su volumen, porque el salón donde nos reunimos está bien cerrado de modo que los vecinos no se quejen.  Dedique unas dos horas para las “alabanzas” y no más de unos diez minutos para una especie de... “merienda de media tarde”.  Vienen muy bien algunos chistes, dichos de algunos bufones y filósofos, lo mismo que algunas declaraciones del “santo padre”.
13. Que apoye el control de la natalidad y coopere con el peligro de la explosión demográfica.  Deberá estar de acuerdo con el feticidio y la eutanasia, es decir, que los ancianos y los defectuosos no deben vivir y que los hospitales y clínicas tengan el derecho y la obligación de aplicar este principio.
Hay otros requisitos los cuales la Comisión encargada de hallar a un pastor le comunicará.  Si se trata de un varón, debe ser joven y bien sano. La Biblia dice de estos que son “como caballos bien alimentados, cada cual relinchaba tras la mujer de su prójimo” (Jer. 5:8).  Si se trata de una... “pastora”, deberá ser atractiva, con buen timbre de voz, sexi en todo sentido de la palabra para atraer, no apartar a los varones.  Dios quiere que los Suyos sean felices, alegres.
Si usted llena estos requisitos, comuníquese con el “Centro de Perversión y Aniquilación” de todo cuanto tiene que ver con, “…todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre... en esto pensad” (Fil. 4:8).

                                                                   J. Holowaty, Pastor