Boletin dominical - 23/01/11
- Fecha de publicación: Miércoles, 24 Septiembre 2008, 14:39 horas
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Siempre es necesario tener cuenta que cuando se usa el plan de la salvación tal como aparece en el folleto ¡URGENTE!, los siguientes aspectos:
1. Está bien tener un ejemplar y seguir los pasos que se ofrecen en sus páginas, pero es necesario que todos los textos sean verificados por la Biblia. Entre ambos deben asegurarse que lo que dice el folleto, lo dice la Biblia. Se debe recordar que la autoridad es la Biblia, no otro libro, folleto u orador, por más distinguido que fuere.
2. Tenga presente siempre que su interlocutor no lo desvíe de su meta original. A veces la persona evangelizada repentinamente cambia de rumbo. Por ejemplo le dice: «¿Y quiénes son los Mormones, los Testigos, Rosacruces, etc.?». Sea muy cuidadoso de no perder su tiempo con algo que en nada ayudará. Con mucha amabilidad puede decirle: «Su pregunta es muy importante, pero vamos a responderla más adelante». Tenga por cierto que si el pecador recibe a Cristo, ya no tendrá interés en esas cosas.
3. Siempre cuando es posible, procure que su potencial hermano/a, haga la oración de gratitud al Señor por su salvación.
4. Asegúrese que la persona entendió lo que se le dijo y lo que leyó en la Biblia. Por ejemplo:
* ¿Entendió qué significa RECIBIR A CRISTO?
* ¿Entendió cuáles y cuántos pecados el Señor le perdonó?
* ¿Entendió por qué insistimos que al recibir a Cristo uno es salvo para siempre?
* ¿Entendió que ya ha sido justificado y que por lo tanto nunca más será llevado a juicio?
El cristiano que desea tener éxito en conducir a los perdidos a Cristo, debe tener el cuadro completo de la salvación en su mente. Es MUY IMPORTANTE que el pecador ENTIENDA de qué se le está hablando.
Note bien el folleto ¡URGENTE!
1. Reconozca que usted es un pecador
2. Reconozca que Cristo ya murió por sus pecados
3. Reciba a Cristo por Salvador
4. ¿Es segura la salvación?
5. ¿Qué ocurre si siendo cristiano cometo un pecado?
6. ¿Quién me ayudará en la vida cristiana?
* El Espíritu Santo
* La Palabra de Dios
* La comunión con los hermanos
5. Escuche a su interlocutor.
Supongamos que el evangelizado le haga esta pregunta: «¿Qué significa ‘nacer de nuevo’?». No debemos olvidar que, poco a poco esta terminología está siendo usada por grupos que nunca fueron salvos. Sin entrar en teología profunda, use para responder 2 Corintios 5:17-19: “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación; que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación”.
Usted ya sabe que la cuestión NACER DE NUEVO está en la conversación de Jesús con Nicodemo: “Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, un principal entre los judíos. Éste vino a Jesús de noche, y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él. Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer? Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. No te maravilles de que te dije: Os es necesario NACER DE NUEVO” (Jn. 3:1-7).
Dígale a su evangelizado que esto del nuevo nacimiento lo hace el mismo Espíritu Santo, ni bien el pecador deposita su fe en Cristo Jesús. Después de declarar al pecador una “...nueva criatura...”, agrega: “...Y todo esto proviene de Dios...” (2 Co. 5:17, 18).
Siga escuchando a su interlocutor y dígale que si vienen dudas, no debe alarmarse, pero debe clamar al Señor para que él se encargue de esas dudas.
6. Dígale que ahora que es salvo, procure que otros lo sean también: “El siguiente día quiso Jesús ir a Galilea, y halló a Felipe, y le dijo: Sígueme. Y Felipe era de Betsaida, la ciudad de Andrés y Pedro. Felipe halló a Natanael, y le dijo: Hemos hallado a aquél de quien escribió Moisés en la ley, así como los profetas: a Jesús, el hijo de José, de Nazaret. Natanael le dijo: ¿De Nazaret puede salir algo de bueno? Le dijo Felipe: Ven y ve. Cuando Jesús vio a Natanael que se le acercaba, dijo de él: He aquí un verdadero israelita, en quien no hay engaño. Le dijo Natanael: ¿De dónde me conoces? Respondió Jesús y le dijo: Antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi. Respondió Natanael y le dijo: Rabí, tú eres el Hijo de Dios; tú eres el Rey de Israel” (Jn. 1:43-49).
7. Dígale que su salvación es por gracia: “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe” (Ef. 2:8, 9), pero que nunca olvide que el versículo 10 es para el ya salvo: “Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas”. Por eso ahora sus buenas obras tienen valor, tanto para él mismo como para mayor gloria de Dios.
J. A. Holowaty, Pastor