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Boletin dominical - 15/05/11

  • Fecha de publicación: Miércoles, 24 Septiembre 2008, 14:39 horas

Uno de los frecuentes problemas entre los cristianos y no cristianos, es la falta de una correcta comunicación.  Tomemos como ejemplo algunos de los casos entre nuestro Señor y quienes lo escuchaban.

Nicodemo, al no entender que “nacer de nuevo” (Jn. 3:7) nada tenía que ver con el nacimiento físico, le preguntó al Señor si un hombre adulto podría entrar en el vientre de su madre y nacer.  Cuando en otra ocasión el Señor, refiriéndose a su propio cuerpo, dijo que destruiría ese “templo” (su cuerpo) y en tres días lo volvería a levantar, aquellos que lo escucharon dijeron:En cuarenta y seis años fue edificado este templo, ¿y tú en tres días lo levantarás?” (Jn. 2:20).

En otra ocasión Jesús les dijo a sus seguidores que se cuidaran de la levadura de los fariseos y de los saduceos (hablaba de sus falsas doctrinas) y ellos pensaban que les estaba hablando del pan que se habían olvidado de traer, porque creyeron que la levadura se usa literalmente para el pan.

Cuando en Juan 6 el Señor habla de “comer” su carne y beber su sangre, de nuevo los que lo escuchaban no podían entender.  Pensaban que hablaba de canibalismo.  ¡Son tantos los casos de estos que tenemos en las Escrituras y que nos permiten ver cuán importante es que entendamos de qué se nos habla!

En el campo secular, una palabra en nuestro propio idioma español puede significar tanto una cosa como otra, hasta grosera en otro caso.  Recuerdo haber visto en Guadalajara un amplio letrero que habla de una pieza para los vehículos con el nombre de... (no quiero mencionarlo).

Pero lo que nos ofrece un extremo como para reír bastante, es lo que le ofrezco a continuación:
Alguien contó que en cierta ocasión una familia inglesa pasaba sus vacaciones en Escocia y en uno de sus paseos observaron una casita de campo que de inmediato les pareció cautivadora y propicia para su próximo veraneo.  Indagaron quién era el dueño y resultó ser un pastor evangélico, al cual se dirigieron para que se las mostrara.

Tanto por la comunidad, como por la situación donde se encontraba, la casa fue del agrado de la familia, quedando en ese momento comprometidos para alquilarla el próximo verano.  De regreso a Inglaterra recordaron detalle por detalle de cada habitación y de pronto la esposa se acordó que no había visto dónde estaba el (wc wáter en ingles), que en español quiere decir, inodoro, lavatorio o excusado.
Dado lo práctico que son los ingleses decidieron escribirle al pastor para preguntarle por el wc, y lo hicieron más o menos en estos términos:

«Estimado pastor, hace algún tiempo estuvimos en su propiedad, la cual queremos alquilar para nuestras próximas vacaciones, pero omitimos enterarnos de un detalle.  Por tal motivo, quisiéramos que nos indicara a vuelta de correo dónde queda el wc (baño o inodoro)».

Terminaron la carta de la manera más cordial y después de firmarla se la enviaron al pastor.  Cuando el ministro la recibió, desconociendo el significado de las letras wc y pensado que se trataba de una capilla de los anglicanos que se conoce como Wells Chapell y cuyas iniciales también eran WC., le contestó de inmediato a la familia de la siguiente manera (ahora tenga en mente, que él no captó lo que estaba diciendo):

«Estimados Señores: Tengo el placer de informarles que el lugar al cual ustedes se refieren se encuentra a unos doce kilómetros de la casa que piensan rentar en el verano, es un lugar modesto.  Como las personas acostumbran visitarlo con frecuencia, algunos llevan comida y permanecen allí todo el día.  Otros llegan a pie y algunos en tranvía, arribando todos en el momento preciso.  Hay lugar para unas 400 personas cómodamente sentadas y unas 100 de pie.  Los asientos están forrados de terciopelo púrpura y el lugar tiene aire acondicionado para evitar asfixia por aglomeraciones.

Se recomienda llegar temprano para conseguir lugar.  Mi esposa por no hacerlo así, hace como diez años tuvo que soportar el acto de pie y desde entonces no utiliza el servicio.  Los niños de ambos sexos se sientan juntos y todos cantan en coro.  A la entrada se le entrega un papel a cada persona, al que no le alcance la repartición debe usar el del compañero de asiento, pero al salir tiene que devolverlo para seguir usándolo durante el mes.

Todo lo que se deposita en ese lugar se utiliza para darle de comer a los pobres y a los huérfanos del hospital, hay fotógrafos que toman fotografías especiales en diversas poses las cuales serán publicadas en los diarios de mayor circulación y en las páginas sociales, así se podrán conocer a las altas personalidades, en el momento de realizar un acto tan humano como este».
Cuando los ingleses recibieron esta información decidieron cambiar de lugar de veraneo.

Pastor, J. A. Holowaty

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