Boletin dominical - 08/07/12
- Fecha de publicación: Sábado, 07 Julio 2012, 18:21 horas
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Lo que sigue es la continuación de la respuesta a la carta que recibimos de un sacerdote católico romano quien se contactó con el misionero Alex. Si usted leyó el boletín del domingo anterior, podrá sacar mayor provecho.
Pablo se refiere a la roca también, y lo hace cuando Pedro sin duda aún vivía: “Y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la roca espiritual que los seguía, y la roca era Cristo” (1 Co. 10:4). Pero este no es el único texto que alude a Cristo, tanto como cabeza de la iglesia como la Roca sobre la cual descansa ésta. Consulte también Mateo 7:24 y 1 Pedro 2:7, 8. Nunca hombre alguno ha sido esa... roca sobre la cual uno puede construir su vida (Sal. 18:1, 2; 19:1, 6; 73:24-26; 62:1, 6). A mí no me extraña que una persona sin Cristo y por ende sin el auxilio del Espíritu Santo no pueda entender la diferencia entre nuestro Señor y Pedro, cuando coloca a un simple hombre como fundamento de la iglesia.
Debido a este y muchos otros errores, el catolicismo ha enceguecido a millones de preciosas almas y los ha enviado a un purgatorio inventado por esta institución con complejos jesucrísticos.
¿Qué dijo Pedro de sí mismo?: “Ruego a los ancianos que están entre vosotros, yo anciano también con ellos, y testigo de los padecimientos de Cristo, que soy también participante de la gloria que será revelada: Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto; no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey. Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria” (1 P. 5:1-4). Note bien que hace ver a sus destinatarios como «uno entre iguales» cuando dice: “Yo anciano también con ellos”. Más adelante dice: “No como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado” (vs. 1, 3). Fíjese también que menciona al “Príncipe de los pastores”, ¡pero no es Pedro, sino que se refiere a un tercero! ¿Quién es ese Príncipe? ¡Es Jesucristo mismo!
¿Sabe usted qué significa... Papa? Simplemente Padre, pero el Señor fue muy claro cuando dijo: “Pero vosotros no queráis que os llamen Rabí; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo, y todos vosotros sois hermanos”(Mt. 23:8). Si usted lee todo el capítulo 23 de Mateo, notará que la descripción del Vaticano y todo cuanto emana de allí está descrito con lujo de detalles. Aquí el Señor trata con los fariseos (¿hipócritas?) y dice que son sepulcros blanqueados (v. 24). Le hará mucho bien escapar de ese laberinto de hipocresía, engaño, inmoralidad y perversión. Entiendo que lo que digo puede parecerle demasiado fuerte, pero ya es tiempo de despertar. Creo que Dios mismo está dando una maravillosa oportunidad a tantos millones de católicos romanos quienes con urgencia necesitan conocer la verdad. Pero aquí es donde sus propios líderes deben dar el ejemplo y admitir su grave error.
¿Qué en cuanto a «mediador», «mediadora» o «mediadores»? Note lo que dice en 1 Timoteo 2:5, 6.
Pablo es muy claro cuando nos dice que sin el auxilio del Espíritu Santo nadie puede entender el plan de la salvación. Note nuevamente las palabras del apóstol: “Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente” (1 Co. 2:14).
Ni bien el Señor le dijo a Pedro que... “sobre esta roca edificaré mi iglesia”, debe notarse que ningún ser humano puede ser esa... “roca” ¡y menos Pedro! Note que unos pocos versículos más adelante el Señor, refiriéndose a Pedro, le dice: “Vete de mí Satanás” (Mt. 16:22, 23). Como si esto fuera poco, Pablo nos informa de la actitud de Pedro en cuanto al alimento, teniendo que resistirle “cara a cara”. Luego dice que, tanto Pedro como otros judíos con él manifestaban su “hipocresía” (Gá. 2:11-14).
Espiritualmente Pedro no estaba mejor equipado que el resto de sus colegas. Todos ellos eran “hermanos” porque así es como el Señor les dijo que se trataran: “Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra; porque uno es vuestro Padre, el que está en los cielos” (Mt. 23:9).
Amigo, le corresponde escudriñar las Escrituras, la Santa Biblia, no las enseñanzas del romanismo. Es imperativo que lo haga.
RESUMEN:
1. Usted necesita reconocer que la Biblia es la única autoridad divina. No lo es religión ni iglesia alguna, sino la Palabra de Dios, porque ésta “nunca fue escrita por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo” (2 P. 1:21).
2. Usted debe admitir que, a menos que permita que el Señor le regenere, que nazca de nuevo, usted no abandonará el engaño en el que milita.
3. Usted debe saber que según el mismo catolicismo romano, la doctrina más encumbrada es el supuesto “celibato” de sus ministros. Pero ocurre que según el apóstol Pablo se trata de una “doctrina de demonio” (1 Ti. 4:1-5).
4. No mezcle las tradiciones de los concilios y todo cuanto se ha impuesto como si se tratara de inspiración divina, si no lo abandona, usted continuará esclavizado como hasta ahora.
5. Todo verdadero cristiano sabe que es salvo porque cree, no en su religión, sino en las promesas divinas. Note bien lo que la Biblia dice sobre la salvación del pecador (Jn. 1:11-13; 3:16; 5:24).
Es mi oración y mi deseo que cuanto antes haga usted las paces con Dios por medio de Jesucristo.
J. Holowaty, Pastor