Boletin dominical - 30/09/12
- Fecha de publicación: Sábado, 29 Septiembre 2012, 17:57 horas
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¿Es necesaria mucha preparación académica para prosperar? Son muchos los jóvenes que se lamentan porque no pueden costear sus estudios en la universidad, pensando que con un impresionante título de tal o cual facultad, podrán, por fin, lograr el éxito soñado.
¡Nada más lejos de la verdad que esto! Conozco a un hombre comentarista radial en USA, cuyos programas están saliendo por 600 emisoras sin que a él le cueste nada. Pero... ¿de qué habla él? Generalmente de política, sobre todo en su propio país. La gente lo llama de todas partes donde dominan el idioma inglés. A él escuché decir... «Hago lo que tanto me gusta y todavía me pagan». Según entiendo este caballero no posee ningún doctorado, pero vale la pena escucharlo. ¿Conoces, joven hermano el dicho... «Lo que natura no da Salamanca no presta»? Se refiere a una ciudad en España, donde para entonces existía la única universidad. Para triunfar en la vida no se necesitan títulos, sino más bien dedicación, consagración al trabajo, responsabilidad, constancia y no pretender enriquecerse de la noche a la mañana. El camino puede ser largo y difícil, pero vale la pena seguir adelante.
A continuación lea el testimonio del que no tuvo educación más allá, tal vez de la primaria. Un verdadero autodidacta. Esto lo encontramos entre las noticias y me pareció bueno incluirlo para beneficio de cuantos jóvenes leen esta COLUMNA.
Su nombre: Bill Cosby. Lo que él dijo cuando le hicieron una entrevista, vale la pena escucharlo mediante este escrito. Pero antes, para quienes ya son bastante “de antes”, lea el diálogo de dos caballeros en un hogar de ancianos... «Tengo 85 años y siento como si me estuviera deshaciendo a pedazos. ¿Y tú cómo te sientes George?».
George respondió: «Aunque ya casi cumplo los 100 años, me siento como un niño recién nacido».
Y Norman replicó «¿Cómo en este mundo puedes sentirte como un recién nacido, a tu edad?». Y ésta fue la respuesta de George: «Ya no tengo ningún diente, no tengo pelo, no puedo dormir durante toda la noche, y he vuelto a usar pañales».
Bill Cosby, brillante comediante, un hombre sin escuela pero educado y autodidacta, quizás más lúcido que muchos. Esto debería ser de lectura obligatoria para cada hombre, mujer y niño en Jamaica, el Reino Unido, Estados Unidos, Canadá, Australia, Nueva Zelanda y todo el mundo.
Se trata de una carta-declaración del famoso Bill Cosby, que merece la pena leer porque habla sin represión y con libertad sobre asuntos que infectan nuestro mundo, como sólo puede hacerlo alguien que se siente agotado y cercano a la muerte. La carta es, por encima de todo, una queja y una denuncia de los constructores de este mundo. «Tengo 74 años y ya estoy cansado».
He trabajado duro desde que tenía 17 años. Salvo por algunos graves problemas de salud, he trabajado 50 horas a la semana y no he caído enfermo en casi 40 años. Tuve un salario razonable, pero yo no heredé mi trabajo ni mis ingresos y trabajé duro para llegar donde estoy. Dada la economía actual, deduzco que mi retiro fue una mala idea.
Pero estoy cansado, muy cansado. Estoy cansado de que me digan que tengo que «distribuir la riqueza» entre la gente que no tiene mi ética de trabajo.
Estoy cansado de que me digan que el Gobierno tomará el dinero que gané, por la fuerza si es necesario, para darlo a gente demasiado perezosa para ganárselo.
Estoy cansado de que me digan que el Islam es una “Religión de Paz”, cuando todos los días leo decenas de historias de musulmanes matando a sus hermanas, esposas e hijas para defender su “honor”. De musulmanes que se sienten ofendidos y por eso asesinan a musulmanes, a cristianos y a judíos, porque ellos no son “creyentes”. Veo a musulmanes quemando escuelas para niñas; a musulmanes lapidando a víctimas de violaciones, a adolescentes condenados a muerte por “adulterio”. Musulmanes mutilando los genitales de las niñas pequeñas. Todo en nombre de Alá, porque el Corán y la ley Sharia lo dicen.
Estoy cansado de que debemos tener “tolerancia por otras culturas”, mientras que Arabia Saudita y otros países árabes utilizan nuestro dinero del petróleo para financiar mezquitas y escuelas islámicas (madrassas) y predicar en ellas su odio en Australia, Nueva Zelanda, Reino Unido, América y Canadá, mientras que no permiten financiar una iglesia, sinagoga o escuela religiosa en Arabia Saudita o en cualquier otro país árabe para enseñar el amor y la tolerancia.
Estoy cansado de que me digan que los adictos a las drogas tienen una enfermedad y que yo debo ayudarlos, darles apoyo y pagar por el daño que ellos hacen. ¿Es que se les apareció un virus gigante, que se precipitó sobre ellos en un callejón oscuro, les agarró y les forzó a meterse cosas como polvo blanco por las narices o a clavarse una aguja en el brazo, mientras ellos trataban de defenderse?
Estoy cansado de escuchar a ricos atletas, artistas y políticos de todas partes que, cuando son pillados en delitos monetarios, hablan de errores inocentes o errores juveniles, cuando todos sabemos que ellos piensan que su único error fue dejarse capturar.
Estoy realmente cansadode personas que no tienen responsabilidad por sus vidas y acciones.
Estoy cansado de escuchar que culpen al gobierno, o a la discriminación, etc., por todos sus problemas.
También estoy cansado y harto de ver a hombres y mujeres jóvenes, en sus años de adolescencia y veinteañeras, estar cubiertas de tatuajes y piercings en sus rostros, que los hacen no aptos para un empleo, pidiendo dinero al gobierno.
Sí, estoy cansado… pero también me alegra tener 74 años, principalmente porque no tendré que ver más en el mundo a esas personas.
Sólo lo siento por mi nieta y por sus hijos. Gracias a Dios estoy en el camino de salida y no en el camino opuesto.