Boletin dominical - 9/12/12
- Fecha de publicación: Sábado, 22 Diciembre 2012, 01:37 horas
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Nunca como hoy debemos informarnos sobre el origen de estos… “palestinos” y cómo llegaron a apoderarse de una buena parte del territorio de Israel.
Este engaño tan arraigado en la mente de millones de personas, probablemente sea el detonante de una guerra en esa región permitiendo incluso que Israel pueda construir su templo en el norte de la cúpula de la Roca, tercer lugar en importancia para el Islam.
No sólo el mundo entero vive engañado, sino los israelíes y hasta los propios palestinos. Estos últimos son usados tan sólo como un medio para alcanzar una meta, ya que de ellos se hizo un pueblo que en realidad nunca ha existido. El nombre “palestinos” se deriva de la palabra «filisteos».
Los filisteos fueron un pueblo no semítico, de origen indoeuropeo. Junto con los egeos, los micenios y otros, formaban parte de los llamados «pueblos del Mar»que habitaban las islas y las costas septentrionales del mar Egeo. Fueron expulsados de sus territorios al producirse los grandes movimientos migratorios en el este del Mediterráneo y el sudeste de Europa, durante la última parte del segundo milenio A.C., después del colapso de su gran civilización, descrita por Hormero en la Iliada y la Odisea.
Según la tradición bíblica, los filisteos llegaron de Caftor, una isla comúnmente identificada con Creta, ocuparon partes del territorio y destruyeron a sus pobladores. Leemos en Deuteronomio 2:23: “Y a los aveos que habitaban en aldeas hasta Gaza, los caftoreos que salieron de Caftor los destruyeron, y habitaron en su lugar”. Textos similares que confirman esto los encontramos en Josué 13:3; Génesis capítulos 10 al 14; Jeremías 47:4 y Amós 9:7. Como los filisteos provenían de Caftor (Creta), ni siquiera eran árabes.
El nombre «Palestina»sencillamente es una palabra general para referirse al territorio de Israel. Fue inventada por el emperador romano Adriano, quien odiaba a Dios y a los judíos. En el año 135 de nuestra era y luego de reprimir el levantamiento de los judíos encabezados por Bar-Kochba, y queriendo destruir toda memoria de Israel y de Jerusalén, este monarca le cambió a esta ciudad el nombre por Aelia Capitolina. Igualmente al territorio de Israel también le cambió el nombre por el de sus más encarnizados enemigos, los filisteos.
Con una honestidad increíble, en el año 1977, Zuheir Mohsen uno de los líderes representantes de la Organización Palestina, confesó el bien calculado mal uso de ese nombre, por parte de los árabes que viven en la llamada “Palestina”. Dijo: «No existe un pueblo palestino. La creación de un estado palestino es un medio en favor de la continuidad de nuestra lucha contra Israel y a favor de la unidad árabe... Pero en realidad no existe ninguna diferencia entre los jordanos y los palestinos, los sirios y los libaneses. Todos nosotros formamos parte del pueblo árabe. Solamente por razones políticas y tácticas hablamos de la existencia de una identidad palestina, ya que está en el interés nacional de los árabes el darle al sionismo una existencia separada de los jordanos. Por razones tácticas, Jordania, que es un estado con fronteras fijas, no puede reclamar a Haifa y Jaffa. Por el contrario, yo como palestino sí puedo reclamar a Haifa, Jaffa, Beerseba y Jerusalén. Porque tan pronto como se haya establecido nuestro derecho por la totalidad de Palestina, no esperaremos un minuto más para la unificación de Jordania y Palestina».
El pueblo palestino es engañado, abusado y usado como punta de lanza contra el costado de Israel. En esa tierra sencillamente vivían árabes que mayormente provenían de Siria y Jordania, pero también judíos. Porque en este sentido, también los judíos son palestinos. Por eso cuando la señora Golda Meir era Primer Ministro dijo: «Yo también soy palestina». También fue Golda Meir quien declaró: «Recién podremos tener paz con los árabes, cuando ellos amen más a sus hijos de lo que nos odian a nosotros».
Entre 1948 y 1967, las tierras del oeste del Jordán y Gaza se encontraban bajo el dominio árabe, es decir, jordano. Si hubiera existido una cuestión palestina, tal como se asegura en la actualidad, ¿por qué entonces no se les otorgó un estado mientras se encontraban bajo el dominio árabe? Sencillamente, porque nunca fueron reconocidos como pueblo independiente, sino como árabes pertenecientes a Jordania, a Siria o a otros países.
El nombre «palestinos»surgió recién en el año 1964, cuando el Comité Mayor Árabe le pidió a la Liga Árabe a favor de Palestina, que le permitiese integrar la Organización de Liberación de Palestina (OLP).
Sobre esto publicó lo siguiente el semanario egipcio El Mussawar: «La nación palestina es el resultado del avance de una planificación, ya que el mundo difícilmente aceptaría una guerra de cien millones de árabes contra una pequeña nación israelí».
Antes de 1964 los habitantes de “Palestina”sencillamente eran llamados«árabes». Cuando el 15 de mayo de 1948 siete ejércitos árabes atacaron el recién nacido estado de Israel, los árabes de “Palestina”fueron llamados a abandonar sus territorios por un tiempo limitado y a ponerse a salvo hasta que Israel hubiera sido derrotado. Fueron los líderes de los mismos estados árabes quienes animaron a los palestinos a hacer esto. Ellos no fueron expulsados por los israelíes. El 68% de ellos se fueron sin jamás haber visto un soldado israelí. Un refugiado palestino resumió la situación de la siguiente manera, comentó: «El gobierno árabe nos dijo: ‘Salgan ustedes, para que nosotros podamos entrar’. De modo que nosotros salimos, pero ellos no entraron».
Finalmente, ¿quién podrá defender a Israel si todo el mundo se le opone y tratan de quitarles su territorio? En primer lugar, la tierra no es de los israelitas. ¡El Dueño es completamente otro y Él no permitirá que algún otro pueblo aparte de los israelitas intenten anexarlo a algún otro territorio: “La tierra no se venderá a perpetuidad, porque la tierra mía es; pues vosotros forasteros y extranjeros sois para conmigo” (Lv. 25:23).
En cierto modo, Israel tiene su territorio y vive allí como inquilino, pero como Dios es el dueño, no les cobra nada. Esto explica por qué cuantas veces sus vecinos se confabularon para sacarlos de allí, nunca lograron su intento. Si mal no recuerdo, Israel ganó tres veces más del territorio que tenía antes de La Guerra de los Seis Días (1967). ¿Qué hizo con semejante victoria? Devolvió a sus enemigos. ¿Quién jamás devolvió lo ganado en una guerra?