Boletin dominical - 16/12/12
- Fecha de publicación: Sábado, 22 Diciembre 2012, 01:41 horas
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Ninguna otra religión o persona ha causado más confusión y daño al Evangelio, que el paganismo Católico Romano. Por supuesto que las supersticiones del budismo nada bueno han traído. Lo mismo ocurre con el hinduismo y sus millones de creencias, donde hasta la vaca es sagrada, debido a lo cual la gente se muere de hambre y las vacas se pasean por las calles en todo el país.
¿Y qué del islam, donde la mujer es vista como esclava del hombre y sin ningún derecho de un ser humano? No hay leyes que la defiendan. No obstante, ni el budismo, ni el hinduismo, ni ningún otro grupo religioso, pretende ser cristiano. Este sólo hecho los coloca en un pedestal de menor culpa y menos confusión.
Para que podamos tener siquiera una vaga idea del romanismo y sus enseñanzas, vamos a tocar, una vez más, lo que seguramente usted ya sabe. Pero nunca está mal recordar lo que no debemos olvidar.
¿QUÉ ENSEÑA EL PAGANISMO ROMANO SOBRE LA SALVACIÓN?
Permitamos que la misma Enciclopedia Católica nos informe. Nos dice que «El único medio de salvación se logra por medio de esa religión», ya que se afirma esto que se decidió en el Concilio de Nicea, presidido por Constantino en el año 325. El «Credo de Nicea-Constantinopla», afirma: «Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica».
Esto mismo fue luego ratificado en los posteriores concilios y sínodos.
En la Enciclopedia Católica prácticamente todos los Papas ratifican esta misma mentira. ¿Sabía usted que el apóstol Pedro nunca fue a Roma? No existe ninguna prueba de que él haya estado alguna vez en esa ciudad. Pero vea cómo se fabrican los engaños, cuando dice que... «Son decretos papales, de la Cátedra de San Pedro. Por lo tanto, constituyen la enseñanza dada a la iglesia católica por Jesucristo y los apóstoles».
Al leer acerca de la base sobre la cual descansa el engaño del romanismo, pronto notamos que es todo... “infalible”.
¿MARÍA, SIN PECADO?
LA INMACULADA CONCEPCIÓN DE MARÍA
En la Constitución Ineffabilis Deus del 8 de diciembre de 1854, el papa Pío IX pronunció y definió que la Santísima Virgen María «en el primer instante de su concepción, por singular privilegio y gracia concedidos por Dios, en vista de los méritos de Jesucristo, el Salvador del linaje humano, fue preservada de toda mancha de pecado original».
¿Qué dice la Biblia en cuanto a la virginidad de María? Notemos lo que Pablo escribió inspirado, no por algún sínodo, algún Papa o algo por el estilo, sino por el Espíritu Santo: “Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; no hay quien entienda, no hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno… Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios… Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron” (Ro. 3:10-12, 23; 5:12).
Pero… ¿Qué dice María de sí misma?: “Entonces María dijo: Engrandece mi alma al Señor; y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador” (Lc. 1:46, 47).
Si ella nació sin pecado, ¿por qué dice que el bebé que daría a luz era su Dios, su Señor y su Salvador? ¿Para qué necesitaba Salvador si no tenía de qué salvarla? ¿A quién creerá usted? ¿A la misma María o a los traficantes de almas cuya sede la tienen en el Vaticano? Y... ¿Por qué traficantes de almas? Porque es lo que el Señor se lo reveló a Juan: “Y los mercaderes de la tierra lloran y hacen lamentación sobre ella, porque ninguno compra más sus mercaderías; mercadería de oro, de plata, de piedras preciosas, de perlas, de lino fino, de púrpura, de seda, de escarlata, de toda madera olorosa, de todo objeto de marfil, de todo objeto de madera preciosa, de cobre, de hierro y de mármol; y canela, especias aromáticas, incienso, mirra, olíbano, vino, aceite, flor de harina, trigo, bestias, ovejas, caballos y carros, y esclavos, almas de hombres” (Ap. 18:11-13).
Lea especialmente la última parte del versículo 13. Vea ahora lo que dice en Ezequiel 13:17-20: “Y tú, hijo de hombre, pon tu rostro contra las hijas de tu pueblo que profetizan de su propio corazón, y profetiza contra ellas, y di: Así ha dicho Jehová el Señor: ¡Ay de aquellas que cosen vendas mágicas para todas las manos, y hacen velos mágicos para la cabeza de toda edad, para cazar las almas! ¿Habéis de cazar las almas de mi pueblo, para mantener así vuestra propia vida? ¿Y habéis de profanarme entre mi pueblo por puñados de cebada y por pedazos de pan, matando a las personas que no deben morir, y dando vida a las personas que no deben vivir, mintiendo a mi pueblo que escucha la mentira? Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo estoy contra vuestras vendas mágicas, con que cazáis las almas al vuelo; yo las libraré de vuestras manos, y soltaré para que vuelen como aves las almas que vosotras cazáis volando”.
LA SUPERSTICIÓN
Aquellos eran cancheros “para cazar las almas” por medio de “velos mágicos para la cabeza”. La magia mariana no difiere en nada excepto los años que separan a Ezequiel de las modalidades de nuestros días.
Pero... ¿Cuándo comenzó y se impuso la idea de endiosar a María?: “Mientras él decía estas cosas, una mujer de entre la multitud levantó la voz y le dijo: Bienaventurado el vientre que te trajo, y los senos que mamaste. Y él dijo: Antes bienaventurados los que oyen la palabra de Dios, y la guardan” (Lc.11:27, 28).
El Señor sabía muy bien que Satanás intentaría derivar la deidad y la misma salvación a una sencilla y humilde aldeana pretendiendo que era mejor que el resto de tantas otras doncellas temerosas de Dios como ella. A pesar de todo, se invoca a María, se le canta mentiras y hasta se la hizo “Madre de Dios”.
J. Holowaty, Pastor