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Boletin dominical - 21/04/13

  • Fecha de publicación: Viernes, 19 Abril 2013, 19:02 horas

Ni bien intentamos evangelizar a un católico romano, éste al instante contesta que… “fuera de su iglesia no hay salvación”.  Lo mismo ocurre con otras sectas.  Nunca los cristianos verdaderos recurren a tan pobres argumentos, ya que la respuesta correcta es, que fuera de Cristo Jesús no hay salvación. 

Uno puede no ser parte de ninguna congregación, pero si depositó su fe en Cristo, es definitivamente salvo.  He aquí lo que nos dice el apóstol Pedro (Hch. 4:11, 12).  Pablo le dijo a un carcelero desesperado cómo podía ser salvo (Hch. 16:27-31).  De los dos malhechores crucificados uno a cada lado del Salvador, uno le dijo: “Y uno de los malhechores que estaban colgados le injuriaba, diciendo: Si tú eres el Cristo, sálvate a ti mismo y a nosotros.  Respondiendo el otro, le reprendió, diciendo: ¿Ni aun temes tú a Dios, estando en la misma condenación?  Nosotros, a la verdad, justamente padecemos, porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos; mas éste ningún mal hizo.  Y dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino.  Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso” (Lc. 23:39-43).  Jamás alguno de los apóstoles pretendió tal cosa como que únicamente mediante su iglesia podrían los pecadores ser salvos.  Por otro lado, toda secta tiene esta identificación.  Cuando alguien pretende contar con el derecho de ofrecer salvación, siguiendo sus principios, etc., y que fuera de esa iglesia u organización no hay salvación, no siga perdiendo tiempo con los tales; se trata de una secta que no conoce al único Salvador, que es Cristo Jesús.  Es por eso que Pedro dijo a los miembros del Sanedrín que... “no hay otro nombre (fuera de Cristo) bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” (Hch. 4:12).  Si Pedro era la roca sobre la cual descansaría la iglesia, ¿por qué no se valió de tan elevado prestigio?  ¡Porque él mismo dice que esa Roca era, es y será siempre Cristo mismo! (1 P. 2:6-8).  Así como el Señor Jesucristo fue “piedra de tropiezo” para los judíos que lo rechazaron.

¿CUÁL ES EL MAYOR PROBLEMA ENTRE EL ROMANISMO Y EL CRISTIANISMO?

Aunque son varios, sin embargo podemos abreviar y quedarnos con los más importantes de donde derivan todas las otras diferencias.  Me refiero a la autoridad espiritual y teológica.
Para un cristiano lo es la Biblia con sus 66 libros, ni más ni menos.  Pero para un católico romano están las tradiciones de esa organización.  El cristiano siempre tiene en cuenta la advertencia divina (Ap. 22:17-20; Mt. 15:1-3, 6b-9).

¿ES CIERTO QUE MARÍA, LA MADRE DE JESÚS TAMBIÉN INTERCEDE POR NOSOTROS?

Según la Biblia, hay un sólo mediador, que es nuestro Señor Jesucristo (1 Ti. 2:5, 6).  Es notable que el apóstol aclare, no solamente que hay un Dios y un sólo mediador, sino que aclara que ese Mediador, entre Dios y los hombres es Jesucristo.  Jamás un cristiano acudirá a María la madre de Jesús, para que interceda por él a Dios el Padre.  Tampoco hay “santos canonizados” y que debido a eso, “están autorizados” para mediar entre nosotros y Dios.

¿A QUIÉN DEBEMOSCONFESAR NUESTROS PECADOS?

El único autorizado para perdonar nuestros pecados es Dios mismo.  Aquellos que tienen un “sacerdocio” y piensan que ellos tienen facultad de perdonar pecados, no tienen un sólo pecado perdonado.  Sin embargo cuantos clamaron directamente al Señor, recibieron perdón completo.  “Y a vosotros, estando muertos en pecados... os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados” (Col. 2:13).  ¡Cuán felices debemos sentirnos al saber que todos nuestros pecados Él ya nos perdonó!  Pero... ¿qué en cuanto a los romanistas que jamás recibieron perdón de un solo pecado?  ¿Qué prefiere usted?  ¿Tener todos sus pecados perdonados o continuar siendo culpable de todos ellos?  Usted decide, si se postra ante el único autorizado para recibir el perdón o seguirá en sus pecados y el Señor lo sorprenderá culpable.

¿QUÉ CLASE DE SACERDOCIO ES EL DEL CATOLICISMO?

En el Antiguo Testamento Dios estableció que los sacerdotes de Su pueblo, debían ser todos descendientes de la Tribu de Leví.  Ellos tenían la obligación de enseñar al resto del pueblo Hebreo los Estatutos y Mandamientos Divinos.  Ya en aquellos días existían muchos otros pueblos paganos, los cuales también tenían sus jerarquías y sacerdotes.  Pero en el Nuevo Testamento ya no aparece el sacerdocio levítico, aunque los tres mil que fueron salvos en el día de Pentecostés, eran todos judíos (Hch. 2:41).

En el Nuevo Testamento encontramos a pastores, ancianos, obispos y diáconos.  Todos ellos formaban parte de cuantos debían alimentar a sus respectivas congregaciones con las enseñanzas de Jesús y los apóstoles.  Pero jamás encontraremos sacerdotes haciendo misas, confesando pecados y con supuesta autoridad para retener o perdonar pecados.  ¡Nuevamente los cristianos y católicos no armonizamos!

¿QUÉ SIGNIFICADO TIENE PARA EL CRISTIANO LA NECESIDAD DE RECIBIR A CRISTO?

El cristiano entiende que, “recibir a Cristo” es el resultado de haber escuchado la Palabra de Dios (o leído la Biblia), y al verse pecador, arrepentido le confiesa al Señor sus pecados y deposita su fe en Él, sabiendo que es un regalo divino el hecho de ser salvo una vez y para siempre.  No hay tal como “recibir a Cristo” como Salvador personal cuando hablamos del Catolicismo romano, ya que en este caso se trata de un “cristo eucaristico”, es decir, es un misticismo cuyo origen no es bíblico.  Debido a esto, ningún católico asegura ser salvo, aunque cumpla con todos los requisitos que su iglesia exija.  Por supuesto que el pecador no puede creer que la hostia, haya hecho algo por salvarle, ya que el que murió por los pecadores fue el mismo Jesucristo.  Su prepunta debe ser: ¿Soy Cristiano o Católico Romano?  ¡No confunda, porque no es lo mismo!

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