Boletin dominical - 27/10/13
- Fecha de publicación: Domingo, 27 Octubre 2013, 08:04 horas
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Continuamos con la lista de los reformadores europeos y que mucho contribuyeron para librarse del yugo papal y sus pretensiones.
La Reforma en Suiza
Después que Lutero diera el grito de liberación de las almas del yugo del oscurantismo, Ulrico Zuinglio de Zurich, quien nació en 1484 y murió en 1531, fue uno de los más afectados por la Reforma, estimulado en parte por Lutero y en parte por lo que él mismo descubrió en la Biblia. Llevó la Reforma a su cantón nativo y de allí el movimiento se extendió gradualmente a través de la Suiza alemana, llegando finalmente a los cantones franceses donde tuvo por jefe a John Calvino.
Los estudios bíblicos de Zuinglio le llevaron a la conclusión de que sólo lo que se autorizaba de un modo literal en las Escrituras debía conservarse en la doctrina y en las prácticas de la iglesia y que la Biblia era el único medio para purificarla. El luteranismo conservaba muchos elementos de la liturgia medieval, pero Zuinglio abogaba por una ceremonia simple en oposición a la iglesia católica y al luteranismo y consideraba la eucaristía como una ceremonia tan sólo simbólica. Las reformas de Zuinglio, adoptadas de forma pacífica mediante votación por el Consejo de Zurich, pronto se extendieron a otras ciudades suizas.
Francia
El teólogo y jurista francés John Calvino, quien nació en 1509 y murió en 1564, fue otro de los impulsadores de la Reforma en Francia. Fue el principal reformador de la generación posterior a Lutero y Zuinglio. Las reformas de Calvino no eran tan extremas como las de Zuinglio, pero iban acompañadas de un estricto régimen que unía en la práctica, estado e iglesia en el mantenimiento de la moral y la doctrina correcta.
Calvino escribió la primera exposición sistemática de la teología protestante, puso en marcha un sistema de gobierno para la iglesia presbiteriana y fundó importantes instituciones educativas que formaron a hombres como John Knox, introductor del calvinismo en Escocia, donde se convirtió en la Iglesia presbiteriana. El calvinismo también se extendió en Francia, donde sus seguidores eran conocidos como los hugonotes, y a los Países Bajos, donde reforzó la voluntad para conseguir la independencia de la España católica.
Calvino adoptó estos puntos de vista de Lutero: Apoyó la doctrina de la justificación por gracia mediante la fe, y no de las obras; la importancia primordial de la Biblia; rechazó la tradición romana; negó la autoridad de la iglesia de Roma por derecho Divino y rechazó la sucesión apostólica desde el apóstol Pedro.
Para 1540, el protestantismo se había difundido rápidamente en Francia, provocando creciente represión. Bajo el reinado de Enrique II se establecieron cortes especiales para procesar a los herejes, quienes a menudo eran quemados en la hoguera. La multiplicación de los mártires provocó la extensión del calvinismo, debido a los esfuerzos masivos llevados a cabo desde Ginebra y hubo un gran aumento de los “hugonotes” (el apodo que se le daba a los calvinistas en Francia). En 1559, había cerca de cuatrocientos mil protestantes en Francia.
La sincera piedad y vidas puras de los “hugonotes”, contrastaba agudamente con las vidas escandalosas del clero romano, razón por la cual el papa Pablo IV ordenó su exterminio y el rey de Francia decretó que se les masacrara y que todo súbdito leal ayudara a cazarlos. Los jesuitas recorrían Francia persuadiendo a los fieles para que los destruyeran. Los protestantes perseguidos así por los agentes papales, tal como en los días de Diocleciano, se reunían en secreto, a menudo en sótanos y a media noche.
La creciente importancia de la Reforma en Francia, llevó a la hoguera a un buen número de mártires, creando un ambiente de persecución. Por esta razón, Calvino, al igual que otros franceses luteranos, abandonaron París.
Ginebra
En cada lugar de Europa, la Reforma se asentó gracias a la obra de algunos reformados, tal vez uno de los más extraordinarios fue el Pastor de origen francés William Farel. Cuando el señor Farel se enteró que Calvino se encontraba en Ginebra, lo visitó en la hospedería, convenciéndolo para que permaneciera allí y le ayudara a realizar la obra que reconocía superior a sus propias fuerzas. Después de ser perseguido y apedreado, logró desacreditar y expulsar la antigua fe católica. Fue así, cómo el 21 de mayo de 1536, en la plaza pública de Ginebra, mediante la institución de la democracia, logró que los ciudadanos de ese lugar aceptaran vivir «según el Evangelio y la Palabra de Dios».
Inglaterra
Cuando Calvino sólo tenía 26 años, ya era reconocido en toda Europa. Sin embargo, en Inglaterra, la suerte del calvinismo fue más diversa. El desarrollo de la Reforma inglesa fue disparejo comparado con el movimiento en otros países.
La Iglesia anglicana fue instaurada en Inglaterra en 1534, cuando Enrique VIII asumió la autoridad eclesiástica, que antes desempeñaba el Papa. El objetivo del Rey no era reformar la doctrina de la iglesia, sino conseguir la anulación de su matrimonio con Catalina de Aragón, hija de los reyes católicos. Sin embargo, bajo los reinados de Eduardo VI e Isabel I, la Iglesia anglicana llegó a convertirse en una institución protestante sin paliativos, como quedó definido en los treinta y nueve artículos. Los ritos anglicanos y la organización de la Iglesia, conservaron a pesar de todo muchas de las formas del catolicismo romano, apareciendo ante los ojos de muchos como una vía intermedia. Por esto los anglicanos recibieron las críticas de algunos disidentes calvinistas: Los Puritanos.
J. A. Holowaty, Pastor