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Lo que sabemos y/o debemos saber

  • Fecha de publicación: Sábado, 17 Abril 2021, 11:52 horas

Algunas de las cosas que usted sabe, seguramente dirá que no se puede afirmar que lo sabe.  Sin embargo, lea con atención y se dará cuenta que tiene la razón de que sabe más de lo que le gustaría admitir.

1. Usted sabe que Dios existe y Él es el creador del universo.
En casi todos estos casos, nos limitaremos a afirmar lo que la Biblia afirma.  Leeremos algunas declaraciones de la Biblia donde encontramos que usted sabe que Dios existe, pero le gustaría, nunca haberlo sabido.

“En el principio creó Dios los cielos y la tierra” (Gn. 1:1).
Cuando el universo no existía.  Dios sí, ya existía, porque, él es eterno sin principio.  Cuando la Biblia habla de... “principio”, no habla del Creador, como teniendo principio, sino que habla del principio de la creación.
“¿Qué cosa de todas estas no entiende que la mano de Jehová la hizo?” (Job 12:9).
El extiende el norte sobre vacío, cuelga la tierra sobre nada” (Job 26:7).
“De Jehová es la tierra y su plenitud; el mundo, y los que en él habitan. Porque él la fundó sobre los mares, y la afirmó sobre los ríos” (Sal. 24:1, 2).
“Por la palabra de Jehová fueron hechos los cielos, Y todo el ejército de ellos por el aliento de su boca” (Sal. 33:6).

Es tanta la información bíblica y las evidencias visibles de la existencia de Dios y de la creación por él, que el salmista llama “necio” a quien lo niega: “Dice el necio en su corazón: No hay Dios. Se han corrompido, hacen obras abominables; no hay quien haga el bien” (Sal.14:1).
“El malo, por la altivez de su rostro, no busca a Dios; no hay Dios en ninguno de sus pensamientos” (Sal. 10:4).
“Negaron a Jehová, y dijeron: El no es, y no vendrá mal sobre nosotros, ni veremos espada ni hambre” (Jer. 5:12).

Hay algo muy llamativo en esto de negar a Dios.  Todos cuantos lo hacen, saben perfectamente que él existe, pero prefieren negarlo para silenciar la voz de su conciencia la que no les deja en paz por vivir como si él no existiera.  Dios nunca llamaría “necio” a un ignorante, pero sí, a uno que conscientemente lo niega.

2. Usted sabe que es pecador.
Muchos estudiosos de la Biblia hacen lo posible por explicar el significado de la palabra pecado, pero en el fondo de su corazón, saben perfectamente que se trata del intento del hombre de tapar la luz del sol con un dedo...

¿Acaso alguien quiere ser culpable y saber que algún día será atrapado por la justicia, llevado ante el juez y luego a la cárcel?  ¡El hombre sabe que su vida se desenvuelve fuera de lo ordenado por Dios!  ¿Es cierto que usted es pecador?
“Todos se desviaron, a una se han corrompido; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno” (Sal. 14:3).
“Cada uno se había vuelto atrás; todos se habían corrompido; no hay quien haga lo bueno, no hay ni aun uno” (Sal. 53:3).
“¿Quién podrá decir: Yo he limpiado mi corazón, limpio estoy de mi pecado?” (Prov. 20:9).
Ciertamente no hay hombre justo en la tierra, que haga el bien y nunca peque” (Ec. 7:20).

En resumen:
1) No hay hombre (persona) que nunca peque.
2) Si Dios mirara a nuestros pecados, nadie sería salvo.
3) La corrupción de los hombres es total.
4] Nadie puede decir... “Yo he limpiado mi corazón”.
5) Toda la raza humana se ha descarriado como ovejas que se pierden.
6) Delante de Dios somos como suciedad y nuestras buenas obras como trapos de inmundicia.
7) Si decimos que no tenemos pecado, mentimos.
Aunque usted puede desconocer todas estas declaraciones bíblicas, sin embargo, allá en lo profundo de su corazón, sabe que lo que la Biblia dice de usted es cierto.  Esta descripción de cómo somos no nos gusta, pero es la verdad.

3. Usted sabe que Jesucristo es la manifestación de Dios.
Aunque sepa muy poco acerca de Cristo, su nacimiento, su vida, su muerte, su resurrección y su ascensión al cielo, usted carece de argumentos en su contra.  En una palabra, usted sabe que Jesucristo es la plena manifestación de Dios.  ¿Dice la Biblia tal cosa?
“He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros” (Mt. 1:23).
“Yo y el Padre uno somos” (Jn. 10:30).
“En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios” (Jn. 1:1).

El Señor Jesucristo era Dios hecho hombre. “Dios es Espíritu...” (Jn. 4:24a).  Pero en la Persona de Cristo, Dios tomó cuerpo de modo que los hombres pudieran ver a Dios, dialogar con él, comer con él y oírlo hablar como quien habla con su compañero.

Hay quienes dicen que Jesús fue un gran profeta, un gran maestro, el más grande de todos los hombres, pero de ninguna manera era Dios.  Pero... ¿cómo es posible que él haya sido “el más grande de todos los hombres” cuando aseguraba ser Dios y no lo era?

Si él no era Dios, entonces era el más grande engañador, era un lunático, un individuo que no merece la menor atención; usted sabe perfectamente que él es Dios mismo, tal como la Biblia afirma.

4.  Usted sabe cuál es la paga del pecado.
• Satanás con su astucia introdujo la muerte.
• Jesús mediante su justicia introdujo la vida eterna.
• Satanás nos separó de Dios, pero Jesucristo nos unió con él.
• Satanás nos pervirtió, pero Jesucristo nos santificó.
• Satanás ofrece el infierno, pero Cristo ofrece el cielo.
• Satanás atrajo la condenación, pero Cristo, la justificación.
• Satanás es el autor del odio.  Cristo es el autor del amor.
• Con Satanás perdimos el Edén, pero con Cristo ganamos el cielo.
Romanos 3:23 es el texto que en pocas palabras describe la lúgubre condición del hombre, debido al pecado.  Se acarreó una muerte triple: La espiritual, la física y la eterna: “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios” (Ro 3:23).

Aunque uno no haya leído la Biblia, sin duda tiene una idea que su comunión, con su Creador, no anda bien.  La tiranía de Satanás es tal, que el pobre pecador, por más que desee liberarse de él, no puede.  Satanás no quiere que usted tenga paz.  Lo que él hace, es que primero le convierte al hombre en un impío, y luego le muestra lo que Dios dice de su condición: “No hay paz, dijo mi Dios, para los impíos” (Is. 57:21). 

Pero... ¡qué diferencia vemos en las palabras de Jesús! en Juan 14:27: “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo”.

En la mayoría de los casos, Satanás es el causante del insomnio.  Él es el causante de los temores, la angustia, las preocupaciones, la falta de entendimiento entre padres e hijos.  Él es el causante de cada divorcio, cada aborto, cada pelea.  Pero él no termina aquí su labor.  El también involucra a los hombres en cultos que le rinden.  Sistemáticamente hay millones que se dedican a la brujería, el demonismo, las supersticiones.

¿Es, acaso, Satanás una figura... ficticia?
En tal caso, lo del Huerto del Edén, la serpiente y el pecado, es pura ficción.

La vida de Job y todo cuanto se dice allí de la participación de Satanás, es pura ficción... Job no existió, por lo tanto, nada pudo perder ni sufrió lo que su libro dice.

Tampoco nuestro Señor fue crucificado, tal como la Biblia dice, porque... todo es pura ficción.  No podemos creer en esos mensajes ficticios. Cuando la Biblia dice que Satanás estará muy ocupado en este mundo en los días del Anticristo... ¿todo es pura alegoría y ficción, o se trata de una persona real que se opone a Dios y a sus designios?

Si fuera pura ficción, imaginación y personajes irreales, no tendrían a tantos seguidores.  Satanás y los demonios son seres reales, son inteligentes, y tienen su campo de acción.  “Hoy en día hay muchos seguidores de Satanás”.

Pero la Biblia nos dice: “Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros” (Stg. 4:7).

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