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¿Todavía sigue creyendo en todo cuanto tiene que ver con el cielo y el infierno?

  • Fecha de publicación: Sábado, 28 Agosto 2021, 20:18 horas

Poco a poco van quedando menos del lado de cuantos han de participar del arrebatamiento de todos los redimidos, tanto los que ya murieron, como aquellos que para ese momento estarán aún en sus cuerpos: He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados (1 Co. 15:51, 52).

Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras (1 Ts. 4:16-18).  Debemos notar que Pablo nos alienta a animarnos con esta esperanza: Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras” (1 Ts. 4:18).  Pedro el apóstol, también tiene algo que decirnos al respecto, cuando en su epístola anima a los cristianos a no desesperarse por la aparente demora del regreso del Señor: Mas, oh amados, no ignoréis esto: que para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día. El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento (2 P. 3:8, 9).  El apóstol menciona aquí el error que cometemos al pensar así.  No nos damos cuenta del calendario divino, el cual nada tiene que ver con el que seguimos nosotros.  Él nos dice que lo que para nosotros son mil años, para Dios es apenas un día.  Siglos antes de Cristo, el profeta de Dios ya advirtió de lo mismo: Venid y volvamos a Jehová; porque él arrebató, y nos curará; hirió, y nos vendará. Nos dará vida después de dos días; en el tercer día nos resucitará, y viviremos delante de él” (Os. 6:1, 2).  Debemos recordar que el profeta habla a los Judíos, asegurándoles que el tercer milenio a partir de la dispersión que ellos sufrieron en el año 70 de nuestra era, las cosas cambiarían, tanto para ellos como, consecuentemente para todo el mundo.  Los que estudiamos la Palabra de Dios, sabemos que las dudas son inevitables, y en cierto modo deben fortalecer nuestra fe, ya que las dudas son una clase de fe también.

Nunca dudamos de lo que nunca supimos.  Las dudas aparecen cuando alguien nos habla de algo, o cuando leemos alguna historia por allí, ya sea conocida o la que encontramos por primera vez.  Pero cuando esto ocurre en el campo espiritual, el asunto se torna muy serio, ya que puede cerrarse la puerta a la eternidad para el pobre pecador y en tal caso, lo único que le queda es la puerta de la salvación cerrada por siempre.  La Biblia es clara sobre esto.

Si usted tiene alguna duda sobre lo que tiene Dios en sus planes para el género humano, no tiene más que consultar su Biblia y verificar con cuanta exactitud se cumplieron todas Sus promesas por medio de Sus profetas, apóstoles, nuestro Señor mismo y las Escrituras en general.  Así que, si desea que su vida espiritual tome algo de seguridad, hágase un examen a fondo: ¿Creyó usted en Cristo como su Salvador único y personal?  ¿Cree usted en todas las promesas divinas que tenemos registradas en las páginas del libro de Dios?  ¿Está saturado de dudas y francamente no sabe qué creer?  Si esto ocurre, entonces recuerde que la culpa no la tiene el Señor, sino usted mismo, porque Él no cambia, pues es inmutable.  Usted sí, puede cambiar cuantas veces quiera.

«Pero..., dirá usted, ¿la vida se está haciendo imposible en todo el planeta?»
¡Justamente esto es lo que estamos viendo en las Escrituras como señales que anunciarán el rescate del remanente de los que le pertenecen!  Muchos cristianos saben del remanente de Israel, pero no descubren que cada generación después de Cristo ha tenido su puñado de cristianos quienes deben ser considerados de su época.

¿CÓMO ES NUESTRO MUNDO HOY?

Inmoralidad, idolatría, indiferencia para con los asuntos espirituales, crímenes, homicidios, suicidios, feticidios, robos, divorcios, nuevas nupcias, incluso entre muchos cristianos y más de una vez.

Amenazas de guerras, enfermedades y virus nunca antes conocidos, los famosos transgénicos, cuyos resultados, ¿quién desconoce?

¿Y qué de los programas que se burlan del Señor, de la Biblia, de los cristianos bíblicos, de Dios mismo, a través de medios que recorren todo el mundo y a todo color?  ¿Observó usted alguna vez el famoso «enlace», cuyo fin no es otra cosa que “enlazar” a las almas en el aire con el engaño de prosperidad material, salud física, armonía entre los esposos, etc.?

Recuerde: La brujería, las drogas, el adulterio, la fornicación, la idolatría, “el evangelio de la codicia”, “las danzas sagradas”, las habladurías en “lenguas”, los modernos “apóstoles” de los que Pablo nos advierte en 2 Corintios 11:13-15: Porque éstos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de Cristo. Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz. Así que, no es extraño si también sus ministros se disfrazan como ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras”.  Después, cuando la gente cansada ya no da más y se ha nutrido de aserrín dominical, aparece el gurú de turno para una arenga de unos pocos minutos... ¡y menos mal que no son muchos los minutos!  Ahora debe crearse un ambiente silencioso, porque los “músicos”, que llegaron de alguna taberna donde ya ganaron su salario están cansados (menos mal) y desean ir a dormir.

¿QUÉ  FALTÓ  AQUÍ?

• Faltó Biblia y su clara exposición.
• Faltó himnos saturados de doctrinas bíblicas.
• Faltó silencio para escuchar la Palabra de Dios.
• Faltó oración y devoción.
• Faltó la verdadera alabanza al Señor, aunque hubo movimiento de la pelvis, saltos, algún aleluya y gloria a Dios por allí, entrega de mucho dinero por haber “gozado tanto” con el nuevo sistema de “alabanza y adoración” en algún... «Centro de Adoración Familiar», que más bien debería de llevar el nombre algo así como... «Centro de confusión, burla y perversión dominical».

¿CÓMO PODEMOS ABREVIAR BÍBLICAMENTE ESTO?

¿Sabía usted que en estos... “centros” las hay también “profetizas”?  Pero... ¿es bíblico esto? (Ez. 13:17-23).  Pero esto no es todo, ya que también hay varones capaces de organizar sus “alabanzas”, carentes completamente de Dios y todo cuanto Él manda (Ex. 32:1-6).  ¿Era posible darse cuenta de qué se trataba? (Ex. 32:1-12).

Moisés, el verdadero líder no estaba presente, pues había subido al monte y permaneció allí en la presencia de Dios, regresando luego con sus tablas en las que Dios había impreso los Diez Mandamientos.

Mientras tanto, ¿qué hizo Aarón y cuál fue la reacción del pueblo? (Ex. 32).  Notemos lo que sucedió:
1) La gente voluntariamente se desprendió del oro y de cuantas alhajas tenían. 
2) Aarón, para darle un perfil de un festival “aceptable” ...hoy diríamos “cristiano”, dijo: “Mañana será fiesta para Jehová”. 
3) Lo llamativo es que para algo así, la gente madrugó. 
4) Lo único que era para Jehová era el nombre, pero el resto era para el demonio que tomó control de todo. 
5) Notemos que en el versículo 7, Dios le dice a Moisés que ese es “tu pueblo”.  Ya no era de Dios. 
6) ¿Cómo acabó Moisés con esto? (vs. 11-14).  Moisés implora a Dios a que tenga paciencia con esos rebeldes y descarriados. 
7) La diferencia de los gustos musicales entre el joven y un mayor.  Lo que para Moisés era un “Festival”, para Josué era una pelea de alguna fuerza enemiga, por eso dijo… “Alaridos de pelea hay en el campamento”. 
8) ¿Cuál fue el resultado final de todo esto? (vs. 21-28).  Esta es la manera de conducir a la muerte a nuestros jóvenes, cuando el que está al frente no es un verdadero líder y convencido cristiano, sino un pusilánime.

No sabemos a cuántos mandan a la muerte por cada domingo en esos centros del “evangelio de la codicia”, donde, entre otras cosas se enseña que «no debemos clamar a Dios sino ‘reclamar’».  Según esta enseñanza, nosotros ordenamos y Dios nos obedece.  Tal enseñanza carece completamente de principios bíblicos.  Jesús NO dijo “reclamad”, sino “pedid”.  ¿Puede ver usted la diferencia aquí? 

“La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales” (Col. 3:16).  “...pero hágase todo decentemente y con orden” (1 Co. 14:40).

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