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¿Cuántos y cuáles son los... “movimientos” de la vida?

  • Fecha de publicación: Sábado, 25 Septiembre 2021, 19:25 horas

Vamos a pensar hoy sobre la vida en la base de los diferentes movimientos de las obras clásicas. Si usted es una persona que suele escuchar música clásica, podrá entender mejor esta comparación. Generalmente cuando anunciamos una obra, un concierto, por ejemplo, de Mozart, o de Handel, tal vez Corelli, Bach, etc., indicamos cuántos movimientos tiene esa obra y cuáles son.

Pensando en estos... movimientos, me di cuenta que cada uno de ellos bien pueden identificarse con las vivencias de todos nosotros, tanto en la cuestión edad como en el carácter.  Veamos:

Allegro: ¡Cuántas veces usted habrá visto esta palabra sin saber a qué se refería! Bueno, el diccionario dice que se trata, entre otras cosas, de un movimiento musical. “El allegro es moderadamente vivo”. Este podría ser el movimiento que corresponde a la edad de la infancia hasta la adolescencia. Es cuando los niños son los que alegran el ambiente con sus juegos, sus risas, su energía y su curiosidad. Generalmente nos gustan los chicos de esta edad, salvo los hijos de padres malcriados.

Fortísimo: Este es el movimiento muy fuerte. Este sin duda identifica a los adolescentes. ¡Estos sí que no son nada silenciosos! Les gusta mucho el ruido, no importa por qué ni de qué ni de dónde viene. Lo que quieren es ruido y más ruido. Así ya tenemos una “obra de dos movimientos”, pero los conciertos generalmente son más que dos movimientos.

Moderato: Este se llama generalmente: “Allegro Moderato”, lo que significa que es alegre, pero a diferencia del anterior, es moderado, no se parece del todo, ni al Allegro ni al Fortísimo, sino que está entre ambos. Yo colocaría aquí a los jóvenes cuya edad y madurez coinciden. Es decir, los jóvenes que se comportan de acuerdo a la edad que tienen, porque bien sabemos que el comportamiento de muchos de éstos suele estar muy por debajo de lo que les corresponde. Pero cuando la estatura física se conforma con su “estatura emocional”, entonces debemos llamarlos “moderados”.

Vivace: (se pronuncia vivache). Es un movimiento tal como lo dice, con mucha vida. Tal como ocurre con los jóvenes, quienes están en plena flor de la vida. Tienen todas las energías de un adolescente, aunque resisten mucho más y tienen ya “la cabeza en su lugar”. Si se sabe aprovechar bien esta edad, todos salen ganando. Los mismos jóvenes y quienes los rodean. Esta edad es también la más codiciada por el mundo. Es, generalmente aquí, donde el joven desvía su camino. A esta altura ya está cursando estudios en la Universidad y pretende conocer muchas cosas que no conocía. Los profesores le llenan la cabeza de todo tipo de basura ateísta, materialista y además cosas que constituyen el bagaje de Satanás para la juventud tal como lo ha hecho siempre. Son muchos los muchachos y muchachas que en su temprana edad, incluyendo la adolescencia, ofrecían mucho, leían su Biblia, tomaban apuntes de cuanto les servía para mejorar su relación con el Señor que parecían amarle intensamente. Pero... luego abandonaron su Biblia, sus apuntes, sus convicciones, su pureza de mente y cuerpo, lanzándose al basural mundano, como diciendo... «¿por qué me resistí por tantos años a disfrutar la vida en toda su extensión? Sin duda mis padres y los de la Iglesia me mantuvieron en la ignorancia de cosas tan maravillosas...» Sí, hace ya muchos años que el apóstol dijo: “Pero les ha acontecido lo del verdadero proverbio: El perro vuelve a su vómito, y la puerca lavada a revolcarse en el cieno” (2 P. 2:22).

Con tristeza, luego de muchos años, estos mismos jóvenes ya pasan al siguiente movimiento, y entonces, ¡con cuánta tristeza asumen nuevamente sus responsabilidades como cristianos! Pero ahora ya muy poco tienen que ofrecer. Dice la Biblia: “¿Pero qué fruto teníais de aquellas cosas de las cuales ahora os avergonzáis? Porque el fin de ellas es muerte” (Ro 6:21).

Finale (presto): Muchas veces la obra termina con... “finale presto”, lo cual bien pudiera adecuarse a la muerte que luego de los anteriores movimientos, acerca rápidamente al individuo a la misma muerte. Este movimiento se llama “finale” porque pone fin a la obra, y en este caso, a “las obras” del hombre.

Prácticamente todas las grandes obras clásicas terminan con un movimiento alegre, rápido y termina abruptamente. Pero cuando usted deja la obra antes de terminar, probablemente el último movimiento que escuche será el... “Lentamente”. Sí, se trata de quienes vivieron para sí mismos y para el mundo. Estos, en lugar de partir a la eternidad felices, van muriendo así, “lentamente” y con bastante dolor.

Podemos pensar que, en cierto modo, el carácter y comportamiento es en sí un Concierto o una Sinfonía. Digamos, una obra clásica para una orquesta completa. Pero no hay que olvidar que hay obras muy alegres y otras muy tristes. Hay obras que invitan a volver a escucharlas y otras que son tan aburridas que uno no termina de escucharlas ni la primera vez. Lo mismo ocurre con cada uno de nosotros.

Oración de un/a joven cristiano/a

Padre mío, yo vengo a ti en nombre de Cristo Jesús mi salvador.
Te ofrezco mi vida para tu servicio.
Quiero ser un/a joven humilde, servicial, santo/a, obediente a mis padres y dispuesto/a si es necesario, a sufrir por ti.
Necesito que me des mucha humildad, paciencia, bondad, integridad y pureza.
Controla mi lengua, controla mi lectura, las películas que veo, la música que escucho, las amistades que tenga, mi trato para con las demás personas, especialmente con las/os damas/muchachos, para que yo las/los respete y no juegue con sus sentimientos.
Que ni mi padre ni mi madre tengan que llorar por causa de mi conducta sospechosa o por andar con amistades mundanas.
Líbrame del orgullo, del engaño, de la codicia, de la hipocresía y de las apariencias,
¡No quiero vivir de apariencias!
Ayúdame a considerar a los demás como superiores a mí mismo, ayúdame a ofrecer mis habilidades y talentos en tu servicio, en la iglesia en donde tú me tienes.
Quiero ser un/a hijo/a tuyo/a ejemplar… así como lo fueron otros jóvenes como:
 José, Samuel, Daniel, Timoteo y otros.
Ayúdame a no desperdiciar el valioso tiempo que tú me regalas cada día, ni despreciar a mis hermanos ni a los jóvenes de mi iglesia, y a no avergonzarme de ti y de tus enseñanzas.
Señor, necesito que me ayudes para que no caiga yo en alguna de las tantas trampas que el enemigo las tiene tendidas y en las que muchos/as jóvenes ya han caído.
Ayúdame a no incursionar en el sexo mientras soy soltero/a, y cuando me case, la/el única/o mujer/hombre con quien viva íntimamente sea mi esposa/o.
¡Hoy yo hago mi decisión por una vida diferente, una vida santa, una vida consagrada, una vida limpia para que no me tenga que arrepentir de nada cuando alcance los años maduros si tú me los das!         
                                                                                   Amén.
                                                    Pastor J. Holowaty

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