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Eclesiastés 12:1-6

  • Fecha de publicación: Domingo, 18 Septiembre 2022, 08:19 horas

“Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes que vengan los días malos, y lleguen los años de los cuales digas: No tengo en ellos contentamiento; antes que se oscurezca el sol, y la luz, y la luna y las estrellas, y vuelvan las nubes tras la lluvia; cuando temblarán los guardas de la casa, y se encorvarán los hombres fuertes, y cesarán las muelas porque han disminuido, y se oscurecerán los que miran por las ventanas; y las puertas de afuera se cerrarán, por lo bajo del ruido de la muela; cuando se levantará a la voz del ave, y todas las hijas del canto serán abatidas; cuando también temerán de lo que es alto, y habrá terrores en el camino; y florecerá el almendro, y la langosta será una carga, y se perderá el apetito; porque el hombre va a su morada eterna, y los endechadores andarán alrededor por las calles; antes que la cadena de plata se quiebre, y se rompa el cuenco de oro, y el cántaro se quiebre junto a la fuente, y la rueda sea rota sobre el pozo”.

En algún momento el hombre hace su decisión.  Pero muchas veces sin siquiera darse cuenta, escoge ser feliz y dichoso o tal vez miserable y desdichado.  El éxito o fracaso seguramente será decidido entre la segunda y la quinta etapa de la vida.

Al hablar de JÓVENES tendremos en cuenta lo que Dios tiene que decirnos en Eclesiastés 12:1- 6, versículo por versículo:

  1. “Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes que vengan los días malos, y lleguen los años de los cuales digas: No tengo en ellos contentamiento”.  En muchas formas, este último capítulo es el más grandioso de todo el libro de Eclesiastés.  Está dirigido especialmente a las personas jóvenes.  Salomón les recuerda que Dios un día los juzgará.

Lo primero que tenemos que creer es que hay un Creador que nos hizo, no que somos el resultado de un proceso natural de evolución.  A lo largo de las edades Satanás ha tratado de persuadir a las personas, de que Dios, si existe, no le preocupa nuestro mundo insignificante ni sus habitantes.  En nuestra era presente, este gran enemigo ha ganado casi control completo sobre las mentes de los jóvenes a través de las escuelas, enseñándoles que son el proceso de una evolución impersonal al igual que los otros animales, y que como tales pueden vivir sus vidas sin preocuparse por ningún juicio hipotético.

2. “Antes que se oscurezca el sol, y la luz, y la luna y las estrellas, y vuelvan las nubes tras la lluvia”.  Cuando somos jóvenes es como la primavera, pero cuando llega la ancianidad, es como cuando vuelven las nubes.  Las dolencias de la ancianidad son simbolizadas por el invierno.

3. “Cuando temblarán los guardas de la casa, y se encorvarán los hombres fuertes, y cesarán las muelas porque han disminuido, y se oscurecerán los que miran por las ventanas”.Aquí se compara el cuerpo del hombre con una casa.  Note la metáfora: “Temblarán los guardas”, implicando las manos que se paralizan.  “Se encorvarán los hombres fuertes”.  Las piernas se debilitan y no pueden soportar el peso del cuerpo.  “Y cesarán las muelas porque han disminuido”.  Los dientes se han caído, ya casi los ha perdido todos y los pocos que quedan no son capaces de masticar las sustancias duras.  “Y se oscurecerán los que miran por las ventanas”.  Los nervios ópticos que capacitan para ver se han oscurecido.

4. “Y las puertas de afuera se cerrarán, por lo bajo del ruido de la muela; cuando se levantará a la voz del ave, y todas las hijas del canto serán abatidas”.  Las puertas que son el medio por el cual, el ocupante de la casa puede salir al exterior e interactuar con sus vecinos y visitantes, se cerrarán.  Esto simboliza la boca y los labios que se cerrarán porque ya no tiene ánimo ni para hablar.  “Por lo bajo del ruido de la muela”.  Ahora hace ruido al comer, porque los dientes se han perdido o porque los pocos que quedan no están firmes ni puede presionarlos unos con otros.  “Cuando se levantará a la voz del ave”.  Ya no tiene el sueño profundo de antes; el canto del gallo lo despierta.  Encuentra tantas dificultades para respirar cuando está en la cama que se alegra cuando termina la noche.  “Todas las hijas del canto serán abatidas”.  La voz es débil y chillona y termina la alegría y el placer.

5. “Cuando también temerán de lo que es alto”.  Al ser tan viejo tiene temor de los lugares altos, de ascender escaleras sin ayuda.  “Habrá terrores en el camino”.  No se atreverá a andar por miedo a encontrarse con algún peligro que no se siente capaz de repeler, ni con agilidad para escapar.  “Florecerá el almendro, y la langosta será una carga”.  El almendro da flores blancas, y es un emblema adecuado de la cabeza canosa, pero como está anciano cualquier insecto será una carga.  “Se perderá el apetito”.  Ha perdido el gusto y el apetito por las cosas más delicadas que antes tanto apetecía, incluso el apetito por todas las cosas de la vida.  “Porque el hombre va a su morada eterna”.  Va al lugar destinado a recibirlo cuando haya terminado toda la carrera de su vida, por eso “los endechadores andarán alrededor por las calles”, ya que sus familiares y seres queridos estarán lamentando su próxima partida.

6. “Antes que la cadena de plata se quiebre, y se rompa el cuenco de oro, y el cántaro se quiebre junto a la fuente, y la rueda sea rota sobre el pozo”.Ya hemos visto todas las evidencias externas de la ancianidad, con todos los achaques que la acompañan.  Ahora sigue lo que le sucederá al cuerpo cuando tiene lugar la muerte, la separación del alma y el cuerpo.  El versículo 6 describe la muerte física en la forma de cuatro metáforas.  Tanto la cadena, el cuenco de oro, el cántaro y la rueda, funcionan bien, pero todo finalmente se deteriora y termina por dejar de funcionar.

“Antes que la cadena de plata se quiebre”.  La cadena de plata es la médula espinal, de la cual proceden los nervios, pero que comienza a debilitarse y termina por romperse cuando llega el momento de la muerte.  “Y se rompa el cuenco de oro”.  El cerebro contenido en el cráneo, ya es incapaz de funcionar.  “Y el cántaro se quiebre junto a la fuente”.  La vena cava que vuelve la sangre al ventrículo derecho, aquí recibe el nombre de la “fuente” y el cántaro describe adecuadamente el corazón.  “Y la rueda sea rota sobre el pozo”.  La aorta que recibe la sangre del ventrículo izquierdo y la distribuye por todo el cuerpo, está rota, ha quedado inutilizada.

Y así termina la viva del hombre.  ¿Hacia dónde fue su alma?  Esto lo decide cada uno en particular.

Joven, ¿quieres triunfar?  Tú debes tomar la decisión correcta.  Haz las paces con Dios, recibiendo por fe a Jesucristo como tu Salvador personal y cree que la Biblia es la Palabra de Dios, esta te guiará para toda la vida.

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