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David y Goliat como semblanzas proféticas (VI)

  • Fecha de publicación: Sábado, 26 Agosto 2023, 19:57 horas

La Iglesia vence al enemigo y al espíritu anticristiano, apoya a Israel porque es una parte del poder del Buen Pastor, y está oculta en su saco pastoril.  La Iglesia es el elemento que impide la revelación del inicuo, porque en ella mora el Espíritu Santo.  Como dijera el apóstol: “Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo” (1 Jn. 4:4).  “Y ahora vosotros sabéis lo que lo detiene, a fin de que a su debido tiempo se manifieste.  Porque ya está en acción el misterio de la iniquidad; sólo que hay quien al presente lo detiene, hasta que él a su vez sea quitado de en medio” (2 Ts. 2:6, 7).

David sólo usó una de las piedras para conquistar al archi-enemigo de Israel.  Jesús ha escogido a personas de entre los cinco continentes y las ha colocado en su saco pastoril.  Pero sólo necesita una piedra para derrotar al Anticristo y a su reino.  ¡A través de una nación, Israel, y por medio de un hombre de la familia de Israel, el Mesías Jesucristo, Dios hará añicos el imperio del Anticristo!

Según Zacarías 12:3: “Y en aquel día yo pondré a Jerusalén por piedra pesada a todos los pueblos; todos los que se la cargaren serán despedazados, bien que todas las naciones de la tierra se juntarán contra ella”. Israel se convertirá en piedra pesada para todas las naciones de la tierra, las que se harán añicos a sí mismas al caer sobre ella.  El Señor Jesucristo es la Piedra cortada por manos no humanas que desciende del cielo para destruir por completo al imperio mundial anticristiano y establecer su milenio de paz en este planeta.

Dice en Daniel 2:34, 35: “Estaba mirando, hasta que una piedra fue cortada, no con mano, e hirió a la imagen en sus pies de hierro y de barro cocido, y los desmenuzó.  Entonces fueron desmenuzados también el hierro, el barro cocido, el bronce, la plata y el oro, y fueron como tamo de las eras de verano, y se los llevó el viento sin que de ellos quedara rastro alguno.  Mas la piedra que hirió la imagen fue hecha un gran monte que llenó toda la tierra”.  ¡El mismo Señor es la piedra que destruirá al Anticristo y a su imperio!

1 Samuel 17:40 nos ofrece una hermosa parábola profética del rapto.  Pero... ¿Cómo inició David su curso victorioso contra Goliat?  Dice la Escritura: “Y tomó su cayado en su mano...”  ¡El tiempo en que el Señor tomará su cayado, su vara, el cetro en su mano, es simultáneamente el momento del rapto!  Ese será el instante del inicio de su reinado victorioso, el cual comenzará con el juicio de la Gran Tribulación.

Ya estamos entrando en estos días cuando el Señor está comenzando a intervenir abiertamente en las cosas de este mundo.  Por esto las señales de los últimos tiempos proclamados en la palabra profética de la Biblia, tales como guerras, catástrofes, terremotos, epidemias, hambres, y otros, están teniendo un cumplimiento acelerado.  ¡El Señor ha comenzado a tomar el cayado, el cetro en su mano!

Sin embargo, la primera acción de David, fue inseparable de su segunda: “Y tomó su cayado en su mano, y escogió cinco piedras lisas del arroyo, y las puso en el saco pastoril, en el zurrón que traía...”  Eso mismo será con el Señor Jesucristo.  Él tomará el cetro en su mano al principio de su gobierno, y en el mismo momento tomará las cinco piedras del agua, en el rapto, y las pondrá en su saco pastoril.  Escogerá a su rebaño redimido, el que saldrá de los cinco continentes, del arroyo de donde fluyen aguas vivas, y las pondrá en su saco pastoril, el hogar celestial.

David entonces fue a enfrentarse a Goliat y lo conquistó con una sola piedra.  Jesucristo vendrá con su Iglesia como la piedra celestial y destruirá al “Goliat” de los últimos tiempos, al Anticristo, al igual que a los ejércitos de las naciones.

Dice en 1 Samuel 17:45, 46: “Entonces dijo David al filisteo: Tú vienes a mí con espada y lanza y jabalina; mas yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado. Jehová te entregará hoy en mi mano, y yo te venceré, y te cortaré la cabeza, y daré hoy los cuerpos de los filisteos a las aves del cielo y a las bestias de la tierra; y toda la tierra sabrá que hay Dios en Israel”.  ¡Esto es exactamente lo que ocurrirá en el Armagedón!  Jesucristo aparecerá como el Dios de los escuadrones de Israel, vencerá al Anticristo y a las naciones y literalmente le dará sus cuerpos a las aves del cielo, ¡para que los devoren!

Eso que ocurrió con Goliat y los filisteos es una ilustración de Apocalipsis 19:17-21: “Y vi a un ángel que estaba en pie en el sol, y clamó a gran voz, diciendo a todas las aves que vuelan en medio del cielo: Venid, y congregaos a la gran cena de Dios, para que comáis carnes de reyes y de capitanes, y carnes de fuertes, carnes de caballos y de sus jinetes, y carnes de todos, libres y esclavos, pequeños y grandes. Y vi a la bestia, a los reyes de la tierra y a sus ejércitos, reunidos para guerrear contra el que montaba el caballo, y contra su ejército. Y la bestia fue apresada, y con ella el falso profeta que había hecho delante de ella las señales con las cuales había engañado a los que recibieron la marca de la bestia, y habían adorado su imagen. Estos dos fueron lanzados vivos dentro de un lago de fuego que arde con azufre. Y los demás fueron muertos con la espada que salía de la boca del que montaba el caballo, y todas las aves se saciaron de las carnes de ellos”.  Esta profecía tendrá un cumplimiento literal, esto podemos comprobarlo por el siguiente informe de prensa, publicado en el periódico Nachrichten aus Israel de noviembre de 1999, y dice: «A principios de octubre de 1999 una gigantesca bandada estimada en 15.000 águilas voló sobre Jerusalén, Judea y Samaria en dirección a Galilea.  Como Israel es una encrucijada entre Europa, Asia y África, unos 500 millones de aves vuelan sobre Israel dos veces al año, hacia el norte en primavera y en dirección sur en el otoño».

Así como David se convirtió en rey y gobernante de Israel después de su victoria, Jesucristo establecerá su reino después de vencer al Anticristo y a sus ejércitos.

Luego eso que siempre fue verdad será revelado “y toda la tierra sabrá que hay Dios en Israel” (1 S. 17:46).

Israel recibirá respuesta a la gran pregunta, de que el enfrentamiento de David con Goliat, tenía una implicación profética: “Y cuando Saúl vio a David que salía a encontrarse con el filisteo, dijo a Abner general del ejército: Abner, ¿de quién es hijo ese joven? Y Abner respondió: Vive tu alma, oh rey, que no lo sé. Y el rey dijo: Pregunta de quién es hijo ese joven.  Y cuando David volvía de matar al filisteo, Abner lo tomó y lo llevó delante de Saúl, teniendo David la cabeza del filisteo en su mano. Y le dijo Saúl: Muchacho, ¿de quién eres hijo? Y David respondió: Yo soy hijo de tu siervo Isaí de Belén” (1 S. 17:55-58).

Israel reconocerá al hijo espiritual de Isaí, a Jesucristo, de quien Isaías profetizó: “Saldrá una vara del tronco de Isaí, y un vástago retoñará de sus raíces. Y reposará sobre él el Espíritu de Jehová; espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor de Jehová... Acontecerá en aquel tiempo que la raíz de Isaí, la cual estará puesta por pendón a los pueblos, será buscada por las gentes; y su habitación será gloriosa” (Is. 11:1, 2 y 10).  Israel entonces verá que quien los redime del último Goliat, es ese que estuvo en su casa hace más de dos mil años y expulsó a los demonios.
                            Continuará...

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