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Clonando para vida eterna

  • Fecha de publicación: Jueves, 10 Abril 2008, 18:01 horas

El 27 de diciembre del año 2002, los raelianos, una supuesta secta religiosa de los ovnis y su corporación privada Clonaid, anunciaron el nacimiento de una niña clonada. Poco después de eso, aseguraron que había nacido un segundo bebé clonado y tal vez otros. Sin embargo, hasta el momento sus reclamos no han sido probados.

Los periódicos en todo el mundo publican las noticias en sus primeras páginas como si estuvieran esparciendo mermelada sobre una tostada. Sin cuestionar la veracidad o sinceridad del grupo, el mundo se sintió cautivado por la historia. ¿Por qué? Porque el sistema general de creencias estaba listo, prácticamente esperaba la noticia. La clonación no es otra cosa más que la última expresión de la doctrina humanista de la evolución.

Los raelianos tienen una historia de hacer reclamos extravagantes y valerse de la publicidad, pero no importa, la humanidad aceptó la historia de ellos por entero. ¿Sería simple coincidencia que la noticia fuese dada a conocer al público durante la temporada de Navidad del año 2002, cuando los cristianos alrededor del mundo estaban celebrando el nacimiento virginal de Cristo? En esta temporada sagrada, los raelianos llegaron con su propio "nacimiento virginal". Más le vale que se acostumbre.

La teoría antigua y pasada de moda, darviniana, del origen humano ya es cosa del pasado. En el siglo XXI los humanistas seculares tienen una nueva explicación para el origen de la especie humana. De acuerdo con su última forma de pensamiento, los humanos somos el producto de los experimentos de los extraterrestres. Lo que es más, un número creciente de influyentes teóricos dicen que somos la progenie de astronautas de la antigüedad, de galaxias muy, muy distantes. Esta historia ha sido progresivamente embellecida desde la década de 1960.

Hoy, es bien conocida, simple, poderosa y fácil de asimilar; y es como sigue: Se dice que en el pasado antiguo, estos seres superiores viajeros del espacio, llegaron a la tierra e implantaron sus genes manufacturados en el ambiente terráqueo. La humanidad fue el resultado de sus acciones. Conforme pasaron los milenios, ellos han estado regresando de tiempo en tiempo, a fin de verificar el progreso de sus experimentos. Ahora, al final de los días, han vuelto para traer los elementos finales del desarrollo humano a una conclusión completa.

Fue así como los raelianos han ofrecido a Eva, su supuesta bebé clonada, como evidencia de su conexión intergaláctica. Además, según ellos, han completado este hecho en nombre de los astronautas de la antigüedad, quienes nos crearon en un período indefinido de tiempo. Si esto le suena descabellado, es porque simplemente no ha estado al tanto de las noticias.


La asombrosa aventura de Claude

El francés Claude Vorilhon, el fundador y líder de los raelianos, es una figura vistosa con una historia como corredor de autos de carrera, escritor deportivo y playboy europeo. Es el protagonista de una historia: la de un atractivo joven que estuvo en contacto con un astronauta intergaláctico de quien recibió información secreta. El viajero estelar le dijo a Claude que a partir de ese momento estaba comisionado para portar la antorcha, que debía ir a la delantera con la clave de la vida eterna mediante la clonación.

Contó su historia por primera vez en 1975 en un libro titulado Extraterrestres del espacio me llevaron a su planeta. La experiencia de Claude tuvo lugar el 13 de diciembre de 1973, cuando conducía su auto deportivo en las montañas volcánicas francesas por encima de Clermont-Ferrand. Fue allí donde vio un ovni en forma de campana, el cual descendió y estuvo suspendido por encima de la tierra cerca del lugar donde tenía su vehículo estacionado. Una escalera descendió de la parte inferior de la nave y un hombre diminuto con cabello negro y barba salió a su exterior a encontrarse con Claude.

El pequeño hombre lo invitó a entrar en su máquina. Ya en el interior se sentaron en dos sillas y tuvieron una larga conversación acerca de por qué lo habían escogido. Luego acompañó a Claude al exterior y partió prometiendo regresar el siguiente día a la misma hora.

Al otro día, Claude trajó papel, un bolígrafo y una Biblia al lugar de reunión, tal como le habían dicho. El pequeño hombre le explicó que, "En el principio Elohim creó el cielo y la tierra". Le informó a su protegido, que él era uno de los Elohim, que el nombre de ellos era plural, pero el de él, Eloha; era singular. A la velocidad del rayo, educó al joven Claude sobre la "verdad" de la Biblia, la cual, según le dijo, no hablaba ni de Dios ni del alma. Eso en cuanto a la "verdad".

Explicó que los Elohim eran simplemente científicos. El hombrecito siguió diciéndole a Claude que ellos usaron satélites y explosiones gigantescas para darle forma a la tierra primitiva. Luego crearon a los animales y a las personas. Operaron en grupos y fueron altamente competitivos. Dijo que los humanos que habían hecho eran "creaciones" celulares, nada más, añadiendo: «... Los más hábiles entre nosotros deseábamos crear artificialmente a un hombre como nosotros mismos. Cada grupo se puso a trabajar y pronto, pudimos comparar nuestras creaciones. Pero las personas en nuestro planeta se horrorizaron al saber que estábamos produciendo 'niños de probeta', ellos tenían miedo, pensando que un día podían llegar a su propio planeta y causar pánico».

No obstante, continuaron con su trabajo, crearon a Adán y a Eva. El hombrecito habló de los argumentos surgidos entre los grupos de científicos creadores, acerca de cómo educar a los nuevos seres humanos. El equipo de la serpiente deseaba hacerlos tan inteligentes como sus creadores, pero los Elohim pusieron serpientes en medio de ellos, cuidando a la inocente pareja en el proceso y trayendo condenación a la serpiente.

El pequeño hombre siguió contándole a Claude, que los nuevos seres humanos fueron expulsados de su magnífico huerto, impidiéndoles que regresaran, ya "que varios soldados portaban desintegradores atómicos como armas". En esta forma se les impidió que tuvieran acceso a valiosa información científica.

Para los seres humanos no había inmortalidad, a menos que los Elohim volvieran a activar su vida celular. Fue así como el hombre antes del diluvio de Noé, utilizó todas las tretas posibles tratando de apoderarse del conocimiento prohibido que los haría inmortales iguales a sus creadores. Para impedir que esto ocurriera, los Elohim trajeron el gran diluvio.

Por esa misma razón más tarde confundieron las lenguas de las personas en Babel y destruyeron a los habitantes de Sodoma y Gomorra. Ellos probaron a Abraham, le dieron el conocimiento a Moisés y crearon a los profetas. Conforme el pequeño hombre le explicaba la Biblia en términos de cómo habíamos sido creados por personas de otros planetas, le dijo a Claude que sería el emisario de una nueva religión, declarando: «Tú, Claude Vorilhom, propagarás la verdad bajo tu nombre actual, el cual remplazarás progresivamente con el de 'RAEL' el cual significa literalmente 'luz de Dios' y si lo traducimos más exactamente 'luz de los Elohim' o 'Embajador de los Elohim' porque tú serás nuestro embajador en la Tierra, y vendremos oficialmente sólo a tu embajada. RAEL puede simplemente traducirse como 'mensajero'».

Claude asegura que le fue dada mucha instrucción, incluyendo la incorporación del símbolo religioso de la secta. De manera asombrosa, es la horrorosa combinación de la estrella judía de David, con una esvástica estilo nazi en su interior. Anteriormente hemos demostrado que la antigua cruz con los brazos torcidos es el símbolo satánico final. A lo largo de las edades este símbolo diabólico ha sido usado por las culturas paganas, tanto en el hemisferio oriental como en el occidental.

En lo que sólo puede llamarse una presentación corrupta y fraudulenta, el pequeño astronauta extraterrestre le informó a Rael, que se iba a convertir en la esperanza del mundo para alcanzar la vida eterna. Éstas fueron sus palabras: «¡No hay Dios, ni tampoco hay alma que abandone en vuelo el cuerpo después de la muerte! El hombre fue creado científicamente en un laboratorio hace mucho tiempo por hombres de otro planeta: 'Los ELOHIM'.

El principio de la Biblia, el Génesis, habla de la labor de los Elohim. La Biblia original en hebreo, dice además: 'El primer día Elohim hizo esto, el segundo día Elohim hizo lo otro, y este término Elohim ha sido traducido erróneamente por 'Dios' en tanto que en hebreo significa 'Esos que vinieron del cielo'. Es por consiguiente un plural». Permítame decirle: Esta es una mentira absoluta, algo inventado. Ni la gramática hebrea, ni la traducción apoyan esto.

El hombrecito supuestamente continuó diciéndole a Vorhilon: «Jesús nació de la unión de estos Elohim con una joven de la tierra... Moisés, Buda, Mahoma y todos los grandes profetas fueron enviados por estas personas del espacio exterior, los ELOHIM. 'Desde 1945 hemos entrado a la edad de la Apocalipsis'». Según el mentor de Claude, durante esa edad «...el hombre será igual a 'Dios', creando genes humanos sintéticos».

En este punto, él parece contradecirse a sí mismo, porque anteriormente declaró "Dios no existe". Sin embargo, esta es la característica del entero movimiento. No se basa en premisas racionales, sino en las enseñanzas confabuladas del hombrecito en su platillo volador.

Casi 30 años después, las doctrinas del pequeño astronauta extraterrestre supuestamente se han cumplido. Prácticamente fue un frenesí mundial el querer validar el supuesto nacimiento de dos clones raelianos. Según Rael se encuentran en la primera etapa de la creación de la vida eterna.


El ansia de clonar

Sin duda todos recuerdan a Dolly, la oveja clonada creada por el Instituto Rosslyn hace algunos años. Después de la oleada inicial de excitación y debate espiritual con respecto a la ética del procedimiento, las personas regresaron a sus vidas normales. Sin embargo, el 14 de febrero del 2003, el Instituto Rosslyn dio a conocer a los medios noticiosos que Dolly, el primer animal clonado, había muerto a los seis años porque los científicos decidieron sacrificarla por causa de la infección pulmonar que padecía. Un examen veterinario había determinado esa dolencia progresiva de Dolly, la oveja más famosa del mundo desde su nacimiento a partir de una célula adulta de otra oveja.

El doctor Harry Griffin, del Instituto escocés Rosslyn que creó a la oveja, informó en un comunicado de que se practicará un examen al cuerpo de Dolly para conocer más datos. El científico aseguró: «Las ovejas pueden vivir entre once y doce años, y las infecciones de pulmón son comunes entre las ovejas de mayor edad, especialmente de las que viven en recintos cerrados».

El creador de la oveja Dolly, Ian Wilmut, uno de los científicos que más se opone a la clonación humana, había reconocido recientemente que el animal sufría un proceso de envejecimiento superior a lo normal. El profesor Alan Colman, otro de los científicos del equipo que creó a Dolly, afirmó que el caso de la famosa oveja «subraya la estupidez de aquellos que quieren legalizar la clonación reproductiva» de personas.

Colman advirtió: «En el caso de los humanos, sería escandaloso ir más allá dado el poco conocimiento que tenemos sobre los efectos a largo plazo de la clonación».

Los investigadores del Instituto Rosslyn, habían anunciado recientemente que la oveja padecía artritis. Dolly nació el 5 de julio de 1996, pero su existencia no fue divulgada hasta 1997. Posteriormente se conocieron más casos de cabras, vacas, cerdos, ratones, gallinas y gatos clonados, pero a Dolly le corresponde el honor de ser la primera de este "zoológico".

Sin embargo, en los años que siguieron a la clonación de Dolly, la competencia agresiva y algunas veces rencorosa, ha caracterizado el trabajo de los laboratorios de genética alrededor del mundo. Todos están compitiendo por el premio de ser los primeros en patentar sus propias técnicas de clonación.

Mientras tanto, se ha demostrado que el procedimiento reviste muchos riesgos, que los clones frecuentemente no pueden vivir. Otros parecen saludables, pero mueren rápidamente por causas desconocidas. Varios líderes en la investigación genética han dicho que la vida humana nunca debería arriesgarse en esta forma.

Sin embargo, Clonaid, el laboratorio patrocinado por los raelianos, por años ha estado en una vigorosa campaña con este lema: "Sí al clonaje humano". No debemos olvidar que Claude Vorilhon asegura ser el hijo de uno de los Elohim, clonado por ellos y criado por una madre humana.

Una historia privada cuenta que su padre era un refugiado judío y su madre una francesa, católico romana. Sin embargo, su vida ha estado dedicada a la diseminación de una sola idea, que astronautas de otros planetas crearon la humanidad. Su religión raeliana asegura que le dará el secreto de la vida eterna a la humanidad.


¿Carrozas de los dioses?

Otros, en su propia forma, han ayudado a propagar la misma falsedad. Tanto al nivel popular de la ciencia ficción, como al académico, esta idea tiene vida propia. En 1968, el escritor Erich Von Daniken cautivó la imaginación del mundo cuando publicó su primer libro ¿Carrozas de los dioses? En su libro plantea la posibilidad de que los misterios de la humanidad antigua pueden entenderse mejor, si se reconoce que somos el producto de la intervención de seres de otros planetas. Examinando la actividad contemporánea de los ovnis en el cielo, él incorrectamente razonó: "Si ellos eran los dioses de que hablan los manuscritos antiguos, entonces debían ser el Dios del Antiguo Testamento".

Al examinar textos antiguos, incluyendo la Biblia, llegó a la conclusión de que el hombre fue creado como una especie de experimento intergaláctico. A la luz de lo que nosotros sabemos respecto a la Biblia, algunas de sus declaraciones son verdaderamente notables, vierten mucha luz sobre las excursiones analíticas de la mente secular.

Lea lo que escribió acerca del diluvio de Noé y los eventos que le antecedieron: «La cosa asombrosa acerca de esta historia familiar es la información de que los padres de Noé fueron informados acerca del diluvio que habría de venir y que incluso su abuelo Matusalén fue advertido del terrible evento por el mismo Enoc, quien pronto después de eso, de acuerdo con la tradición, desapareció para siempre en un fiero carro celestial».

Von Daniken no menciona "la tradición" que explica cómo desapareció Enoc, sino que especula respecto a su significado. Y sigue diciendo: «¿Acaso esto no plantea seriamente la posibilidad de que la raza humana sea un acto deliberado, de que haya sido 'creada' por seres desconocidos del espacio exterior? De lo contrario, ¿qué quieren decir los manuscritos antiguos sobre la constante fertilización recurrente de seres humanos por gigantes e hijos del cielo? Visto bajo esta luz, el diluvio se convierte en un proyecto preconcebido por seres desconocidos con la intención de exterminar a la raza humana con unas pocas nobles excepciones. Pero si el diluvio, el cual es probado históricamente, fue deliberadamente planeado y preparado, y eso varios cientos de años antes de que Noé recibiera la orden de construir el arca, entonces no puede ser aceptado más como un juicio divino.

Hoy, la posibilidad de procrear una raza humana inteligente ya no es una teoría tan absurda. Así como los sabios de Tiahuanaco y la inscripción en el frontón de la Puerta del Sol hablan acerca de naves espaciales, que trajeron consigo a la Gran Madre sobre la Tierra para que ella pudiera tener hijos, los antiguos escritos religiosos también, nunca se cansan de decir que 'Dios creó al hombre en su propia imagen'».

Lo que acabé de citar lo tomé de un capítulo titulado "¿Era Dios un astronauta?" La propia naturaleza de su pregunta pone en duda la veracidad de las Sagradas Escrituras, también contradice seriamente la credibilidad de Von Daniken como teólogo, pero sí demuestra la diferencia entre los fieles que aceptan a Dios el Padre como el Creador que hizo todas las cosas y existe por la eternidad, y los incrédulos que buscan una explicación mucha más humana.

Es así como para Von Daniken, todos los seres humanos son la progenie directa, de lo que las generaciones de la antigüedad y los paganos en un tiempo llamaron "dioses". Por extensión, entonces, tan pronto como se incorpora esta idea, todos los humanos pueden verse potencialmente como dioses.

Los cristianos que creemos en la Biblia, vemos al Dios verdadero, no como un humanoide más avanzado, sino como el Creador eterno. En el Nuevo Testamento es el "Verbo", el Creador de todas las cosas, quien ha existido desde la eternidad, antes que cualquier ser creado.

Hombres como Vorilhon y Von Daniken han sido engañados por las autodeclaraciones de astronautas del espacio que se presentan a sí mismos como nuestros creadores. Al mismo tiempo estos mentirosos que pretenden ser divinos dicen que ellos sólo son eternos en el sentido de que pueden renovarse de continuo a sí mismos por medio de una serie de experimentos genéticos continuos.

Claro está que esos astronautas son completamente reales, ellos están bien delineados en la Biblia, son de hecho las fuerzas mencionadas por Pablo: "Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes" (Ef. 6:12).

Durante los largos siglos tenebrosos de guerra espiritual, ellos han perfeccionado la habilidad de aparecerse disfrazados en tal forma que logran engañar a la cultura de ese momento. Para los antiguos, eran los dioses falsos y los semidioses; para las personas de la edad media y la mente oriental eran los demonios y los genios, las hadas, elfos, gnomos y los duendes. Ahora, ante la cultura moderna aparecen vestidos con "trajes espaciales" y aparatos para respirar, presentándose como los astronautas intergalácticos que nos crearon.

En la década de 1960 y a principios de la de 1970, esta idea encontró eco en muchas formas diferentes. Los escritores de ciencia ficción fueron guiados por hombres como Arthur C. Clarke. Clarke fue el físico que primero desarrolló el concepto de los satélites espaciales cerca de la Tierra, además de plantear la idea de que la humanidad fue moldeada por hombres de una civilización avanzada. Esta fue la noción central de su popular libro y película, 2001: Una odisea espacial. Su visión narrativa comienza hace unos cuatro millones de años, cuando los astronautas de la antigüedad plantaron la primera serie de monolitos negros sobre la Tierra antigua. El segundo fue colocado en la Luna y el tercero en Europa, la luna de Júpiter. Esos artefactos oscuros, brillantes y rectilíneos eran más que simples piedras. Ellos proyectaban sabiduría, incluso una manifestación genética, que elevaba a los hombres a lo largo de un sendero evolutivo desde los simios hacia la divinidad. A pesar de que las especulaciones de Clarke son presentadas como ficción, es claro que sus creencias acerca de la creación del hombre y su perfección, es básicamente la misma presentada en sus libros.

En el último libro de Clarke 3001: La odisea final, el astronauta Frank Poole, muerto por mil años, es resucitado a una nueva vida. Como un emisario para la humanidad, completa la misión comenzada mil años antes. Bajo el nuevo orden visualizado en la historia, el hombre es capaz de elevarse a la posición de un dios.

Muchos otros escritores de ciencia ficción siguieron este mismo camino. Ellos visualizan varias clases de escenarios, en los cuales seres superiores llegan a la Tierra, llevando a los hombres con sus acciones a nuevos niveles de conocimiento y habilidades físicas.

Erich Von Daniken publicó un segundo libro. Fue un poco después del primero. En él, Von Daniken continúa exponiendo su caso, preguntándose qué habría pasado si los astronautas hubieran chocado en la tierra entre hombres primitivos. Dice: «¿Qué le habrían enseñado a los habitantes? Al regresar a su propio planeta, ¿qué remanentes de sus esfuerzos dejaron tras de sí? ¿Cómo los recordarían los habitantes de la tierra en sus mitos y en el arte?»

Este libro, titulado Dioses del espacio exterior, está dedicado a plantear preguntas acerca del origen de los seres humanos, basándose en la arqueología y en los textos de los eruditos. Cita las historias de los sumerios, babilonios, canaanitas, aztecas e incas, para demostrar que en los días antiguos, los visitantes de otros planetas llegaron para darle su conocimiento a la humanidad.

No sólo eso, Von Daniken expande su idea general de que fueron asimismo nuestros progenitores genéticos. Como seres creados, de alguna forma se las ingeniaron para perfeccionarse a sí mismos, luego vinieron a la Tierra para dirigir el desarrollo humano. Su pensamiento general es que con la ayuda de ellos, un día nos elevaremos en la curva evolutiva hasta el punto que los seguiremos hasta las estrellas. Claro está, la suya es una interpretación muy imaginativa, una nueva forma de mirar a los dioses de la antigüedad. A pesar de todo siguen siendo los dioses del pasado.

Sus pensamientos concluyentes cuentan la entera historia. Él anticipa el día cuando el mundo entero llegará a estar unificado hablando un solo idioma, y sigue diciendo: «Pero entonces nuestro cuadro familiar y cuidadoso del mundo se desplomará y la generación más joven de la era del espacio borrará de su conciencia los últimos sentimientos nacionalistas, los cuales se habrán convertido en algo sin significado alguno.

Sólo por esa razón, pienso que es nuestra obligación examinar ambas interpretaciones aparentemente fantásticas de los textos tradicionales y la evidencia actual en la piedra con el más grande cuidado científico. Una vez hayamos absorbido todos los mensajes dejados por los 'dioses', los encuentros de carne y hueso con astronautas de estrellas distantes dejarán de causar terror porque sabremos que estos seres tienen algo en común con nosotros: Ellos también experimentaron el día de su propia creación en algún momento del tiempo».

Aquí está nuevamente. A pesar de creer fervientemente que nosotros fuimos creados por astronautas de la antigüedad, Von Daniken cree que ellos también a su vez fueron creados. Esto porta consigo la enorme pregunta: ¿Quién los creó a ellos entonces?

Tanto Claude Vorilhon como Eirch Von Daniken son hombres autodidactas. En ninguna forma se les debe considerar intelectuales. No son ni genetistas ni bioquímicos, sin embargo se han convencido de que los "dioses" son exactamente eso, científicos en genética. Una y otra vez a los astronautas de los ovnis se les retrata como expertos en genética en una escala fantásticamente avanzada.

Uno bien podría argumentar que solamente son sensacionalistas que están tratando de popularizar una idea, que sólo los analfabetos estúpidos pueden creer. Sería fácil decir que sólo les interesa el dinero. ¿Por qué creer en sensacionalistas de los ovnis cuya única idea es promover su propia secta tratando de vender más libros? Hay una respuesta simple y rápida a esta pregunta. La corriente principal de científicos, los disciplinados líderes de rigurosas academias, están promoviendo la misma idea. La pura verdad es que hoy, los intelectuales están promoviendo la misma idea, la teoría de que fuimos creados por "astronautas de la antigüedad". Están haciendo esto, precisamente porque han llegado al fin de todas sus conclusiones acerca de la veracidad del modelo evolutivo. En otras palabras se quedaron sin argumentos para apoyar la teoría de la evolución.

Es completamente simple, se han dado cuenta que la vida celular es demasiado compleja para surgir en forma espontánea. El antiguo estanque primitivo en el cual supuestamente apareció la vida celular simple, no satisface los requerimientos teóricos. Con el descubrimiento del ADN (ácido desoxirribonucleico) y el mapa genético, los científicos han tenido que reconocer, que todo el tiempo en la historia del universo no es suficiente para que la creación hubiera evolucionado a partir de una simple célula viva.

Como no creen en Dios, se inventaron sustitutos. Fabricaron el mito de que nuestros ancestros fueron traídos aquí en una "misión científica" deliberada por nuestros "creadores" proto-humanoides. Aseguran que si no fue esto, entonces las semillas del hombre deben haber sido arrastradas hasta la Tierra desde otro lugar, que fueron impulsadas por los vientos variables que circulan entre las estrellas. Esta última idea se conoce como la "teoría panspermia", la que sostiene que los gérmenes de los seres organizados se encuentran difundidos por todas partes, pero que sólo se desarrollan cuando encuentran el medio y circunstancias favorables para ello. Fue expuesta por primera vez en 1908 por Svante Arrhenius. Según él la vida en la Tierra se originó por esporas vivas que fueron trasladadas a través del espacio por la presión de la luz. Su idea era que habían estado a la deriva por un período de tiempo indefinido e incontable desde otros sistemas solares. De alguna forma llegaron hasta el hostil medio de la Tierra y millones de años más tarde, la humanidad evolucionó a partir de estas esporas.


El doctor Francis Crick

Pero... ¿Quién aceptaría tal teoría? Bueno nada más y nada menos que uno de los más destacados investigadores en genética en el mundo hoy, Francis Harry Compton Crick, biofísico británico, galardonado con el premio Nobel, quien contribuyó a determinar la estructura del ADN, la larga molécula que almacena la información genética de los organismos. El doctor Crick a menudo ha argumentado en favor de lo que considera la evidencia irrefutable de que el común ancestro del hombre ya se encontraba en la tierra hace 3.500 ó 3.600 millones de años.

Cree que hay una justificación molecular y bioquímica para esta teoría. Por los últimos 50 años este hombre ha estado a la vanguardia en la investigación médica y genética. Los detalles biográficos de su vida muestran un intelecto dotado, junto con curiosidad y empuje. Proviene de una familia londinense común y corriente, pero estaba destinado a desplegar gran talento como investigador.

Nacido en Northampton, justo antes de la segunda guerra mundial, en 1937, se doctoró en física en el Caius College de la universidad de Cambridge, y en 1949 ocupó un cargo en el laboratorio de biología molecular de dicha universidad. Después de la guerra, y luego de leer el libro de Erwin Schrodinger ¿Qué es la vida? El aspecto físico de una célula viva, expuso una nueva idea que vino a dominar su pensamiento: que la química y la física podían solucionar las dificultades que plagaban la investigación biológica de la vida de la célula. En ese tiempo, algunos sostenían que el proceso de la vida dependía de un principio vital que las leyes de la ciencia simplemente no pueden tocar.

Estos "vitalistas" se convirtieron en el blanco específico de Crick. En una entrevista publicada por el National Health Museum, él dijo: «Bueno, pienso que lo que me motivó hacia la investigación biológica fue que realmente sentía que había un misterio que tenía que explicarse científicamente. Una de estas áreas era la frontera entre los vivos y los no vivos, y la otra era el problema de cómo funciona el cerebro, los problemas del conocimiento. Claro está, hoy en día le llamamos a esas áreas biología molecular y neurobiología, pero esos términos eran desconocidos en ese tiempo. Por lo tanto fue desde la guerra, cuando decidí que me gustaría regresar y dedicarme a la investigación científica, me dí cuenta que podía comenzar nuevamente y escoger cualquier profesión que quisiera.

Pienso que advertí por primera vez que la reproducción de los genes era un problema importante. Y en ese contexto uno naturalmente se pregunta, de qué están hecho los genes, y unas de las posibilidades fue el ADN, pero en ese tiempo no estaba del todo claro que los genes estuvieran parcialmente hechos de ADN».

Usando los últimos instrumentos a su disposición, Crick y su compañero James Watson, descubrieron que los componentes del ADN formaban una estructura que era la base de la reproducción celular. "Crearon" un modelo llamado "la hélice doble" en el cual el ADN formaba una estructura como una escalera que le da a todas las células la habilidad de duplicarse a sí mismas.

El descubrimiento de ellos en 1953 fue un evento que marcó una línea divisoria. Las moléculas del ADN almacenan la información genética para toda la vida. En 1962 recibieron el premio Nobel de medicina. Sin embargo, este descubrimiento fue sólo el principio más sencillo del complicado misterio de la vida celular. Conforme el trabajo de Crick avanzó más y más a través de las décadas de 1960 y 1970, poco a poco se advirtió de un problema: Entre más profundo examinaba la escalera del ADN, más se convencía de que era imposible que se hubiera originado por una casualidad al azar.


La matemática demuestra que el hombre fue creado

Richard Tkachuck del Instituto de Investigación de Geociencia, lo pone en esta forma, dice: «Recientemente, nuevas voces se han escuchado en el escenario evolutivo, las cuales extrañamente le hacen eco al llamado creacionista de que la vida es exactamente demasiado compleja para haberse formado por interacciones químicas al azar, en una especie de estanque primitivo. De manera interesante, estas nuevas voces no proceden de lunáticos extremistas dentro de la comunidad científica, sino de autoridades de la estatura de Francis Crick, laureado con el premio Nobel y el astrónomo Sir Fred Hoyle. Hoyle ha usado la metáfora de una explosión en una chatarra que es capaz de producir un avión Boeing 747, para mostrar cuán improbable es que pueda surgir espontáneamente material vivo, de algo no vivo.

En su reciente libro, 'La propia vida', Crick dedica la primera mitad convenciendo a su audiencia, de que la probabilidad de que la vida se formara espontáneamente en esta Tierra es muy remota. Nota, por ejemplo, que la probabilidad de que se forme una proteína en la secuencia apropiada por la casualidad al azar, es aproximadamente de una en 10.260. Cuando uno considera que el número total de partículas elementales en el universo es de aproximadamente 1.080, puede ver que tales probabilidades son imposiblemente pequeñas. Usando una metáfora tomada aparentemente en forma directa de la literatura creacionista, Crick dice: 'Hay de hecho, la remota probabilidad, una esperanza fantásticamente pequeña, de que mil millones de simios, escribiendo en mil millón de máquinas de escribir, puedan en algún momento mecanografiar correctamente un soneto de Shakespeare durante la vida presente del universo».

Crick considera que las posibilidades de que la vida surgiera espontáneamente son tan pequeñas, que es obvio que no comenzó aquí, para nada. Luego expone otra idea, de que la vida comenzó en algún otro lugar... en algún otro planeta, bien lejano. Razona que ya que la vida no tuvo suficiente tiempo para desarrollarse aquí, entonces debió haber aparecido en otro sistema solar que se originó miles de millones de años antes que el nuestro.

El señor Tkachuk, por su parte, continúa diciendo: «Pero si la vida comenzó en algún otro planeta, ¿cómo llegó aquí? Con esta pregunta, Crick es quien mejor especula al respecto. Propone que la vida comenzó en algún otro lugar del universo y evolucionó a un nivel técnico mucho más alto que el ahora presente en la Tierra. Sugiriendo a continuación que estas formas de vida ahora están enviando cohetes que contienen formas primitivas de vida (tal vez bacteria o algas azul-verde) en todo el universo, propagando las semillas de la vida aquí y allá. Crick incluso describe el diseño del cohete y postula la condición necesaria para volver a entrar exitosamente en nuestra atmósfera».

Aquí es donde el señor Crick llega al final de su lógica. Pero... ¿Acaso está asegurando que alguna forma de panspermia es responsable de nuestro origen? No, no lo hace, ¡en lugar de eso prosigue directamente a hablar de la doctrina de la siembra interplanetaria por astronautas de la antigüedad! En cuanto al hecho de si acompañaron o no las semillas antiguas de la humanidad, eso es un punto debatible.

Rael, Von Daniken y muchos otros dicen que los astronautas trajeron las semillas personalmente y que luego supervisaron la inyección y crianza de esta nueva vida en nuestro medio. Pero una vez más, debe declararse que es un punto debatible. No hace ninguna diferencia si la vida se originó en otro planeta, en otra galaxia o en otra dimensión. El hecho es, que se originó en una forma que es matemáticamente tan compleja que no pudo ser de ninguna manera un evento espontáneo.

Matemáticamente la vida debe haber sido creada. Los científicos le delegan la creación de la vida a otra raza en algún otro lugar en el universo. Pero si fue así... ¿Quién los creó a ellos? ¿Y quién creó a la raza antes que ellos? Como puede verse fácilmente, esta pregunta continúa y se extiende hasta lo infinito. El señor Crick y otros científicos seculares tienen un problema: Saben que la vida fue creada, pero no desean adorar al Creador, por consiguiente prefieren exponer la teoría de que somos el producto de manipulación genética por parte de los extraterrestres.

Con esta acción, ellos realmente no confrontan el problema, sólo lo extienden hasta un punto que ya no tienen que tratar más con él. Ellos deben razonar que después de todo, ¿cuántas son las probabilidades de ser confrontados alguna vez por los antiguos que sembraron las semillas de la humanidad? En la página 153 del libro La propia vida, Crick declara: «Cada vez que escribo un documento sobre el origen de la vida, decido que nunca más voy a escribir otro, debido a que hay mucha especulación consecutiva después de unos pocos hechos».

En la página 88 del mismo libro, escribe: «Un hombre honesto, armado con todo el conocimiento disponible a nosotros ahora, sólo podría declarar que, en algún sentido, el origen de la vida parece ser hasta el momento casi un milagro».


Verdaderamente un milagro

Por milenios la milagrosa creación del hombre ha sido el artículo central de fe entre los cristianos. La imposibilidad matemática infinita del doctor Crick se convierte en una simple acción. Génesis 2:7 hace una declaración directa y franca, dice: "Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente".

Abraham, Isaac, Jacob y las 12 tribus, lo creían implícitamente. Los patriarcas vieron a Dios, no sólo como creador, el Verbo de la creación, sino como el proveedor y protector. Para Abraham, él fue quien firmó el pacto o promesa. A Moisés, le dio la ley. Puso su tabernáculo en medio de los hombres, le dio su reino a David y su templo a Salomón. Luego, en los días de Cristo, la verdad acerca de la creación se hizo realidad en carne y sangre. Para el apóstol Pablo, la creación fue un misterio, que ahora se revelaba a los fieles: "Y de aclarar a todos cuál sea la dispensación del misterio escondido desde los siglos en Dios, que creó todas las cosas" (Ef. 3:9).

Pabló declaró que el Señor Jesucristo era la encarnación de Dios, su imagen visible, que vino a morar en la humanidad en un acto supremo de amor y autosacrificio, incluso de humildad, para redimir a una humanidad culpable delante de Dios: "En quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados. El es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación. Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten" (Col. 1:14-17).

Para los apóstoles esta verdad era clara y evidente. La creación en todos sus aspectos debe ser atribuida al "Verbo". Debe recordarse que en el Israel antiguo, el Señor era el "Verbo de la creación". Para los cristianos él es exactamente eso y más: "En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho... Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad" (Jn. 1:1-3,14).

Sobre el tema de la genética, la Biblia es completamente clara. El Señor no sólo creó a Adán, sino también a Eva. Juntos se convirtieron en su plan para la reproducción de la humanidad. A partir del nacimiento de su primer hijo, la Biblia detalla una serie de genealogías. Cada una de ellas es extremadamente importante para comprender el plan de redención de Dios.

La primera genealogía es la del impío linaje de Caín. La segunda es el piadoso linaje de Set, la cual conduce de un modo ininterrumpido a Abraham, el padre de los fieles. En el capítulo 6 de Génesis, vemos que Satanás y sus ángeles entrometidos intentaron contaminar el linaje genético de la raza humana primitiva. Casi lo logran, pero el fiel Noé y su familia se mantuvieron libres de la contaminación genética y fueron preservados por Dios a través del gran diluvio, salvando así al linaje humano.

Lo más importante, Noé preservó el linaje del cual vendría el Mesías prometido. La genealogía es muy importante para Dios, y su destrucción es aún más importante para Satanás. A lo largo de los años él ha dedicado mucha energía para destruir a los judíos, a quienes las profecías de la Biblia prometen el reino milenial.


La religión verdadera

Ahora tenemos a Rael, propagando el "evangelio de los extraterrestres" de los llamados "Elohim". En Génesis 1:1 la palabra hebrea que se traduce como "Dios" es el vocablo hebreo Elohim. Es él a quienes los cristianos conocen como Padre, Hijo y Espíritu Santo. Él ciertamente no es un pequeño astronauta del espacio con barba negra, quien le prometió el secreto de la vida eterna a un francés corredor de autos llamado Claude Vorilhon. Tampoco es "los astronautas de la antigüedad" quienes en forma repetida visitaron a los sumerios, acadios, babilonios, hindúes, incas o aztecas.

Las hordas de demonios que plagan nuestra atmósfera en busca de personas crédulas, son capaces de adoptar la forma que sea más conveniente para nuestra cultura actual. Hoy el hombre secular ha sido despojado de una explicación plausible de la creación, por eso Satanás y sus demonios están más que felices por proveerles una explicación satisfactoria. Y aunque el motivo de los "astronautas de la antigüedad" falle en responder la pregunta de quién realmente creó la vida humana, la mayoría están perfectamente felices de aceptar esta ficción y continuar viviendo sus vidas vacías.

"La religión verdadera" de Rael promete la vida eterna mediante la clonación. Las contribuciones de sus miembros financian los laboratorios de Clonaid. Juntos prometen vida eterna a través de la clonación. Rael predica repetidamente que la humanidad está viviendo "en la edad del Apocalipsis", queriendo decir con esto, que ahora, por primera vez, los hombres pueden entender el origen humano y duplicarlo.

En la página de internet de Clonaid, aparece el siguiente parágrafo: «Hace casi seis años, Rael, el muy conocido líder espiritual del Movimiento Raeliano, la organización más grande relacionada con los ovnis que suma 55.000 miembros en 84 países, fundó Clonaid, la primera compañía que ofrece la clonación de los seres humanos». En otra publicación, él explica cómo la tecnología de hoy es el primer paso en la búsqueda de la vida eterna.

El propio Rael escribe: «La clonación permitirá que la humanidad alcance vida eterna. El siguiente paso será clonar directamente a una persona adulta sin que tenga que pasar por el proceso de crecimiento, luego se le transferirá la memoria y la personalidad, tal como hicieron los Elohim, valiéndose de los 25.000 años de avanzado conocimiento científico. Entonces, nos despertaremos después de la muerte en un cuerpo completamente nuevo, exactamente como si nos despertásemos después de una buena noche de sueño».

El precio que cobra Clonaid por cada procedimiento asciende hasta los $250.000 dólares. Claramente, sólo la élite podrá pagar por esta vida eterna. Los cristianos no sólo sabemos quién es el Creador verdadero, sino que conocemos a uno falsificado apenas lo vemos. Cuando el Señor Jesucristo vino, habló muchísimo sobre la vida eterna, dijo: "Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí" (Jn. 14:6).

Habló de la vida eterna muchas veces, diciéndole a sus seguidores que él mismo es la vida eterna. El tratar de alcanzar la eternidad mediante el esfuerzo humano es la necedad más grande que alguien pueda jamás concebir. El apóstol Juan lo dice en forma muy hermosa, con una advertencia de que buscarla en otra forma o por otros medios es idolatría: "Sabemos que somos de Dios, y el mundo entero está bajo el maligno. Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero; y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la vida eterna. Hijitos, guardaos de los ídolos. Amén" (1 Jn. 5:19-21).

¡Regocíjese! ¡El Señor Jesucristo tiene vida eterna para nosotros!.

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