¡Dios creó el petróleo!
- Fecha de publicación: Martes, 25 Marzo 2008, 15:21 horas
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Sobre la base de las nuevas observaciones llevadas a cabo en los últimos dos o tres años, los científicos ahora han expuesto la teoría de que el petróleo no es un combustible fósil, como siempre se había pensado.
La explicación que ha prevalecido para la formación de los depósitos de gas y petróleo, es que ambos son los remanentes de plantas y animales que murieron hace unos diez millones de años, y que luego fueron comprimidos con calor durante millones de años. Sin embargo, ahora se está divulgando la teoría que en lugar de eso, el petróleo se está manufacturando de continuo por procesos que tienen lugar bien profundo en el manto de la tierra. Esto convertiría al petróleo en un producto creado a propósito, no en la acumulación de restos animales y vegetales por millones de años.
Hay dos formas principales de mirar al mundo hoy. Una intenta analizar la historia geológica y humana en términos de procesos naturales; la otra por fe acepta como un hecho que Dios hizo la tierra y todo lo que hay en ella.
Parte de esa fe incluye la creencia de que la tierra fue creada con todo lo necesario para sustentar a sus criaturas vivas, incluyendo al hombre. Si Dios creó la tierra, entonces lo que sigue es que las infraestructuras que la sostienen fueron designadas para acomodar el crecimiento gradual de la población. En otras palabras, desde el principio, Dios sabía que la vida humana crecería exponencialmente, en combinación con un ascenso repentino en los últimos días en el uso de sus recursos naturales.
Conforme la sociedad ha avanzado durante los últimos cuatro mil años, los seres humanos han estado empleando la energía en varias formas... madera, carbón, aceite de ballena... en síntesis cualquier cosa capaz de producir calor.
Luego en 1859, Edwin Drake perforó un pozo en Pensilvania, cambiando la forma cómo todo el mundo pensaba respecto a la energía. Desde entonces, el petróleo se ha convertido en el principal producto de consumo en el mundo.
Antes del descubrimiento del petróleo subterráneo, el carbón fue el recurso que encendió la revolución industrial. Los geólogos y los primeros arqueólogos vieron las vetas de carbón como las ruinas comprimidas de bosques antiguos que quedaron enterrados en el fango y terminaron por convertirse en mineral. Ellos estaban constantemente preocupados de que el suministro de carbón fuese limitado, y que un día en el futuro cercano terminara por acabarse. Claro está, eso no ha ocurrido. Los suministros de carbón todavía son enormes. Nadie toma con seriedad la posibilidad de que el carbón se acabe.
Cuando se descubrió el petróleo, se supuso que era el producto de residuos orgánicos de animales y vegetales, que murieron y subsecuentemente quedaron cubiertos por depósitos de tierra arrastrada por el viento o por tierra transportada por inundaciones, que los sepultó permaneciendo en un medio libre de oxígeno. ¡Y listo, así fue como apareció el petróleo!
Con base en esta idea, una famosa compañía petrolera incluso usó un dinosaurio para el logotipo de su compañía. Cada niño en edad escolar ha crecido con la idea, de que el petróleo provenía de organismos muertos, dinosaurios y toda clase de animales. Fue por eso que se le llamó combustible fósil. Siguiendo con este pensamiento, la conclusión lógica es, que como sólo se trataba de un número limitado de dinosaurios y árboles, entonces el suministro de petróleo también es limitado. Sin embargo, ahora nueva evidencia sugiere que esto bien podría no ser cierto.
La conexión nazi
Sé que muchos lo ignoran, pero la realidad es, que es posible manufacturar el petróleo. Este hecho fue confirmado por primera vez en 1920 por dos científicos alemanes Franz Fischer y Hans Tropsch, quienes trabajando como un equipo en el Instituto Kaiser Wilhelm, desarrollaron el proceso catalizador ahora llamado «Tipo Fischer-Tropsch» o proceso «FT», mediante el cual el carbón puede convertirse en petróleo o gasolina.
Después de la I Guerra Mundial, los alemanes se advirtieron del hecho de que contaban con muy poco petróleo propio. Pero en cambio sí poseían ricos yacimientos de carbón. Mientras se preparaban para la II Guerra Mundial, se advirtieron que podían suplir sus propias necesidades de combustible, principalmente de gasolina, sólo si lo manufacturaban usando el proceso FT. Para finales de la guerra, tanto alemanes como japoneses habían adoptado el proceso de transformación del carbón en gasolina y nafta, el cual genera un combustible muy limpio, prácticamente libre de azufre y con un alto valor energético.
Para 1944, las plantas manufactureras de Alemania, le suplían combustible a las máquinas de guerra y eran capaces de producir 6.500 millones de toneladas de combustible sintético en un año. Después de la guerra, los científicos que fueron capturados por Estados Unidos desarrollaron allí el programa de combustible sintético. Actualmente, hay algunas plantas en Estados Unidos dedicadas a la investigación de FT, particularmente para aplicaciones militares.
Los petróleos y combustibles sintetizados en esta forma son químicamente reconocibles por la presencia de ciertos isótopos de carbono. Este detalle nos presenta con una conexión admirable, respecto a algo asombroso descubierto bien profundo en el océano Atlántico. Fue visto por primera vez en diciembre del año 2000.
La ciudad perdida
En ese tiempo, exploradores de las profundidades del océano, descubrieron en el Atlántico norte un campo de chimeneas de caliza que se elevan a una altura de un edificio de 18 pisos sobre el suelo oceánico. Ellos llamaron al área «La ciudad perdida». Estas estructuras están hechas del mismo material de las estalactitas y estalagmitas que se ven popularmente en lugares de atracción turística como las cavernas de Carlsbad o Alabastro. Esta región es completamente diferente a las usuales fumarolas volcánicas que se encuentran debajo del mar, debido a que no hay cámaras subterráneas de magma en la cercanía. En la Ciudad Perdida, las temperaturas son lo suficientemente calientes para producir reacciones químicas, pero también lo suficientemente bajas para crear hidrocarburos sin convertirlos en cenizas de carbono. Los fluidos que fluyen a través de las ventilas hidrotermales se dice que tienen una temperatura de unos 90 grados centígrados.
Las fumarolas de la Ciudad Perdida, descubiertas por Deborah Kelley y otros durante una expedición en el año 2000, están formadas de una manera muy diferente a las fumarolas negras conocidas desde alrededor de la década de 1970. Los científicos dicen que la geología de esta área consiste de las capas superiores expuestas del manto de la tierra. Los fluidos que fluyen a través de las fumarolas, están específicamente relacionados con la topografía, y tal parece que es petróleo, formado no por fósiles biológicos, sino por reacciones FT que tienen lugar en la zona entre el manto de la tierra y su corteza. ¡Aparentemente el petróleo se está produciendo de continuo!
Un grupo de científicos dirigidos por Giora Proskurowski de la Universidad de Washington, han publicado recientemente sus descubrimientos en Science, el prestigioso diario de la academia. Sus informes constituyen una hipótesis impactante ya que va más allá del punto tradicional biogénico de la acumulación del petróleo fósil.
El informe fue publicado el 1 de febrero de 2008 y se titula «Producción de hidrocarburo en el campo hidrotermal de la Ciudad Perdida». En términos simples lo que ellos aseguran es que el petróleo se está produciendo por procesos minerales, no animales o vegetales.
Los términos «abiogénico» o «abiótico» tienen el mismo significado. Lo que quieren decir es que bien profundo en el interior de la tierra, tienen lugar procesos minerales y mecánicos capaces de producir petróleo, no por procesos biológicos originados por animales o plantas.
El parágrafo del resumen del informe, está escrito en términos científicos, difíciles para comprender para la persona común y corriente, pero pese a todo vale la pena citarlo. Las rocas “ultramáficas” que se mencionan aquí se les da ese nombre, debido a su alto contenido en magnesio y hierro, indicando con esto que proceden del manto de la tierra, no de su corteza superior.
«Los hidrocarburos de bajo peso molecular en los fluidos naturales hidrotermales han sido atribuidos a producción abiogénica por reacciones del tipo Fisher Tropsch, a pesar de que la evidencia clara para tales procesos ha sido evasiva. Los respiraderos de la Ciudad Perdida liberan metano e hidrógeno en el agua circundante; no producen cantidades significativas de dióxido de carbono, sulfuro de hidrógeno o metales, que son los principales productos de las fumarolas negras volcánicas. La temperatura y pH del agua cercana a los dos tipos de fuentes hidrotermales también es significativamente diferente... Nuestros descubrimientos ilustran que la síntesis abiótica de hidrocarburos en la naturaleza pueden ocurrir en presencia de rocas ultramáficas, agua y una cantidad moderada de calor».
En Titán también
A la luz de este descubrimiento es sorprendente que más o menos en el mismo tiempo, los científicos europeos observaran la producción abiótica de hidrocarburos en un lugar bien distante de la tierra. De hecho lo observaron en una de las lunas de Saturno llamada Titán.
El 14 de enero de 2005, una pequeña sonda espacial de unas 705 libras llamada Huygens, penetró dentro de la atmósfera de Titán y trasmitió los datos recolectados a Cassini, el orbitador de la NASA, el cual está girando alrededor de Saturno.
Huygens, desarrollado por la Agencia Espacial Europea (ESA) fue designado especialmente para captar la presencia de hidrocarburos. Gracias a estos estudios, ahora se cree que Titán, la más conocida luna de Saturno, tiene cientos de veces más hidrocarburos líquidos que todas las reservas conocidas de petróleo y gas natural en la tierra.
Para deleite de los científicos en todas partes, Huygens descubrió la presencia de carbono-13. Se sabe que este isótopo en particular es producido por algunas variaciones del proceso FT. Allí se está produciendo petróleo y metano, bien distante de la presencia de ninguna criatura viva, animal o vegetal.
En una noticia de la Agencia Espacial Europea (ESA), publicada el 29 de noviembre de 2007, el profesor Andrew Coates del Laboratorio Espacial y de Ciencia London Mullard de la University College, dijo, «el espectrómetro electrónico de Cassini nos ha permitido detectar iones negativos que tienen 10.000 veces más la masa del hidrógeno. Anillos adicionales de carbono pueden acumularse de estos iones, formando moléculas llamadas hidrocarburos aromáticos policíclicos, lo cual puede actuar como una base para las formas más primitivas de vida».
Coates añadió: «Su existencia plantea preguntas acerca de los procesos involucrados en la química de la atmósfera y formación de las partículas, y ahora pensamos que es más probable que estos iones negativos se formen en la atmósfera superior antes de moverse más cerca hacia la superficie, en donde probablemente forman la especie de bruma que rodea el planeta y la cual nos ha ocultado sus secretos en el pasado. Fue la bruma lo que hizo que se le hiciera un alto a la misión de Voyager para examinar a Titán más de cerca en 1980, y fue una de las razones para que se lanzara Cassini».
Note que mientras Coates sostiene la creencia de que el petróleo y el gas hidrocarburo son el origen de la vida, a pesar de todo documenta el hecho de que allí en Titán se originaron por procesos no biogénicos.
El carbono 13 es el mismo isótopo que se encontró en las profundidades del Atlántico, en la Ciudad Perdida. Está asociado con orígenes sintéticos, mientras que el carbono 12, es exclusivo del petróleo de origen orgánico. Tal vez está emergiendo algo nuevo que demuestra, que la creación de Dios incluye no sólo el combustible nuclear del sol y la riqueza mineral de los planetas, sino los procesos indispensables que proveen la energía necesaria para abastecer una sociedad avanzada, en particular para producir petróleo.
El petróleo es una bendición, no una maldición
Es exactamente como el ángel le dijo a Daniel, en la tan conocida profecía: “Pero tú, Daniel, cierra las palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin. Muchos correrán de aquí para allá, y la ciencia se aumentará” (Dn. 12:4).
El conocimiento científico literalmente está explotando. Pero cada nueva aplicación requiere más y más del uso de energía. Esto ha hecho que los medios noticiosos se preocupen ante la perspectiva de que la energía se agote, y de continuo están prediciendo una crisis y otra. Usualmente la crisis gira alrededor de alguna forma de energía o la falta de ella.
El valor del petróleo ha aumentado en forma exorbitante en todo el mundo. Para los medio ambientalistas, es una maldición literal que ha terminado por ensuciar el mundo. Esa es la protesta que se escucha de continuo que debemos dejar de usarlo. El presidente Bush recientemente hizo la declaración «de que somos adictos al petróleo» y que debemos romper con la adicción empleando alguna nueva tecnología aún no descubierta. Pero también se dice que somos adictos a la comida, al aire o al agua, los que también fueron provistos por nuestro Creador como elementos necesarios para la vida.
En verdad, no hay sustituto para el petróleo, ni lo habrá en un futuro previsible. No puede ser remplazado por nada más conocido por el hombre.
Afortunadamente, la nueva evidencia sugiere que el petróleo y el gas se están produciendo en cantidades masivas por un proceso sintético. Ellos están allí para que los usemos, y continuarán hasta que el Reino sea establecido.
Para certificar esta idea, el cántico de Moisés menciona específicamente la riqueza mineral, incluyendo petróleo: “Jehová solo le guió, y con él no hubo dios extraño. Lo hizo subir sobre las alturas de la tierra, y comió los frutos del campo, e hizo que chupase miel de la peña, y aceite del duro pedernal” (Dt. 32:12, 13).
Aquí, la extracción de miel de la peña y aceite del duro pedernal, es ciertamente tanto una metáfora como una declaración real, que describe el proceso que es una parte del mundo de hoy. Sin petróleo el sistema mundial se detendría, pero sabemos que Dios proveerá la energía que el hombre necesita.
De hecho, entre las bendiciones del Reino tenemos esta profecía que diera Moisés cuando pronunció sus bendiciones sobre las doce tribus. El otro pronunciamiento que diera José es una promesa literal de riqueza mineral, incluyendo las profundidades, los collados y las dádivas de la tierra: “A José dijo: Bendita de Jehová sea tu tierra, con lo mejor de los cielos, con el rocío, y con el abismo que está abajo. Con los más escogidos frutos del sol, con el rico producto de la luna, con el fruto más fino de los montes antiguos, con la abundancia de los collados eternos, y con las mejores dádivas de la tierra y su plenitud; y la gracia del que habitó en la zarza venga sobre la cabeza de José, y sobre la frente de aquel que es príncipe entre sus hermanos” (Dt. 33:13-16).
A la tribu de Aser, la bendición de Moisés promete específicamente bendiciones de petróleo: “A Aser dijo: Bendito sobre los hijos sea Aser; sea el amado de sus hermanos, y moje en aceite su pie. Hierro y bronce serán tus cerrojos, y como tus días serán tus fuerzas” (Dt. 33:24-25).
Muchos han sugerido que el hierro y el bronce mencionados aquí, son referencias específicas a las herramientas necesarias para perforar un pozo. Sugieren que el territorio de Aser, el cual se extiende a lo largo del mar Mediterráneo, desde Tiro hasta el área sur de Haifa, es probablemente rico en petróleo. Incluso ahora mismo se están perforando pozos cerca del Meguido, al sur del monte Carmelo.
Cuando los taladros lleguen donde está el petróleo, se encontrará allí por un largo tiempo, exactamente donde Dios quiso que estuviera.